Juicio por el crimen de Nora Dalmasso: “Rohrer y mi mamá fueron amantes”

Facundo Macarrón, hijo de la víctima, aseguró que se lo contó una amiga de su madre.

«Eso es lo más macabro de todo; que haya ido a buscar a mi hermana a Ezeiza».

Fue la última frase que pronunció Facundo Macarrón (34) este mediodía, con la que terminó la tercera audiencia del juicio por jurados que determinará si su padre, Marcelo Macarrón (62), es culpable o inocente del «homicidio agravado por el vínculo, alevosía y por precio o promesa remuneratoria» de Nora Dalmasso (51), madre de Facundo y pareja de Marcelo. El crimen ocurrió el 25 de noviembre de 2006.

Macarrón hijo se refirió a Miguel «El Francés» Rohrer (65), un empresario, vecino y amigo de su familia, y a quien señaló como «sospechoso» del asesinato de su madre.

Según había declarado una hora antes su hermana María Valentina Macarrón (31), Rohrer la había esperado en el aeropuerto internacional de Ezeiza para recorrer el último tramo de su regreso a Río Cuarto. Valentina tenía 16 años cuando mataron a su madre. Se encontraba en Chicago, Estados Unidos, por un intercambio estudiantil.

«Tomate el primer vuelo a Argentina que tu mamá tuvo un accidente», le había pedido un familiar por teléfono. Al llegar a la ciudad cordobesa, se enteró la verdad.

En 2006 la mujer apareció estrangulada en una cama de su casa, en Río Cuarto. La causa tuvo diferentes lineas de investigación, pistas falsas y varios acusados del entorno íntimo. Más de 15 años después llegó el juicio con un único…

«Me pareció raro que me haya recibido en el aeropuerto. Porque no era un familiar, ni una persona tan cercana como para esperarme. Con el tiempo fui sacando conclusiones: tengo recuerdos de visitas al campo de su familia de Rohrer. Él la miraba mucho a mi mamá, al punto de acosarla. Su mano derecha, Ricardo Araujo, se fue a vivir a a Estados Unidos apenas ocurrió el crimen. Y Miguel vendió su casa y se mudó a Buenos Aires».

Rohrer, que en su perfil de Facebook se denomina «Ruso de Adrogué», le había asegurado al ex fiscal Javier Di Santo que el fin de semana del crimen estuvo en Buenos Aires y Entre Ríos. Pero, según unas escuchas de la SIDE, había estado en Río Cuarto.

«Una amiga de mi mamá me contó que vio a Rohrer en la casa de Araujo, su mano derecha. Fue en la noche del viernes 24 de noviembre. Comieron un asado, y hay testigos de eso», contó Facundo, que se encontraba en la ciudad de Córdoba, cursando Derecho, y tenía 19 años cuando se enteró del asesinato de su mamá. Araujo vivía en el mismo country que los Macarrón-Dalmasso, el barrio Villa Golf.

«Esa misma amiga de mi mamá, Margarita, también nos dijo que Rohrer le enviaba poemas a mi mamá. En su momento encontramos un cuaderno de mi mamá: eran manuscritos de los mismos poemas que recibía», agregó Facundo.

Además de quebrarse en llanto durante varios fragmentos de su declaración, el hijo del imputado narró que se encuentra viviendo en Bruselas, Bélgica, donde trabaja como diplomático. Además, es abogado. Su hermana tampoco se quedó en Córdoba. Vive en Mendoza, donde administra su local de comida para celíacos. Es licenciada en Nutrición y acaba de ser mamá: su nene tiene 10 meses.

Otra cuestión que lo hace sospechar a Facundo es la anteúltima comunicación que tuvo con «Norita». Habría sido el martes 21 o miércoles 22 de noviembre. Le comentó sus ganas de viajar a visitarla a Río Cuarto y pasar el fin de semana juntos. La respuesta de Nora fue: «Mirá que el viernes a la noche tengo un programa con amigas».

Facundo aclara que sintió que su mamá no quería recibirlo. Al menos no ese fin de semana, en el que se encontraría sola: Valentina vivía en Estados Unidos, Marcelo se encontraba en Punta del Este y él en Córdoba.

«En un principio no me pareció raro. A ella le gusta estar sola; en eso nos parecíamos. Además el otro fin de semana iba a ser el Día del Médico y festejaríamos con mi papá», declaró ante los jueces y el jurado.

El jueves 23 hablaron por última vez. Y el sábado 25, el que lo llamó fue su papá: «Hijo, gané el torneo de golf. ¿Te comunicaste con tu mamá? Me es imposible», agregó que le dijo su padre, desde Punta del Este, Uruguay. Pero él no se preocupó demasiado. Creyó que Nora podría estar en el campo de su abuela, donde no había señal.

El domingo recibió el llamado de un familiar. Le pedía que viajara urgente a Río Cuarto, que su mamá «no se sentía bien». Junto a Andrés, su pareja, tomó un micro de larga distancia. Al llegar, se enteró la verdad.

«La amiga de mi mamá me confesó que Rohrer y mi mamá fueron amantes», señaló. «Con el tiempo sentí que aquel viernes iban a estar juntos. Es una buena oportunidad para hacer público todo esto, siempre guardando el principio de inocencia. No entendemos por qué a la Justicia no le interesó nuestra sospecha. Presentamos pruebas, pero nunca se lo investigó a Rohrer. Por mucho menos a mi papá lo hicieron sentar en el banquillo. Pero Miguel debería estar en su lugar».

Los hermanos aprovecharon para hablar del acoso mediático que padecieron. Dijeron que no podían salir de sus casas, por los móviles en vivo que los esperaban en la puerta. Lo mismo en las casas de sus abuelas. Facundo aseguró que usaba gorro y anteojos para que no lo reconocieran. A la audiencia llegó de remera lisa, negra, jeans y zapatillas.

Y aclaró: «Me acostumbré a las lisas porque cuando usaba con diseños había periodistas que las veían y ‘leían que tan perversa podía ser mi mente’. No hubo piedad. Me destrozaron la juventud».

Valentina, por su parte, se quebró al recordar cuando se difundió la foto de su madre recién fallecida. Siempre angustiada, recordó las informaciones sobre los supuestos amantes de Nora, y las remeras que se hicieron y decían «Yo no estuve con Norita».

«Secuestraron cartas viejas que le había escrito a mi papá. Era una nena y le decía lo que le diría cualquiera hija a su papá, que lo amaba. Salieron a decir que tenía una relación con él. Siempre se incriminó a la familia. Nos expusieron un montón. Se dijeron muchas barbaridades».

Sobre la relación entre Marcelo y Nora, explicaron que cuando ellos nacieron vivían en la ciudad de Córdoba, donde Nora trabajaba en un banco. «Ganaba mucho más que papá, que era residente médico. Luego mamá dejó de trabajar y vinimos a Río Cuarto», coincidieron. En los que serían sus últimos años, Nora volvió a trabajar. Se sumó a la empresa familiar de su padre, como administrativa.

Para ambos, la relación matrimonial era normal. Si había discusiones eran como las de toda pareja, pero nunca sintieron que podrían separarse. «Se amaban y estaban muy enamorados. Nunca hubo problemas por el dinero. Les gustaba ahorrar para hacer reformas en la casa y viajar. Uno de los viajes fue a Disney», juraron.

El último dato que aportó Valentina fue a los nueve años del asesinato de su madre. Recordó que fueron a la casa de una tía, por un cumpleaños, y que se reencontraron con Miguel. «¿Qué hacen los Macarrón?», habría dicho al vernos, a modo de recriminación. Valentina declaró que sufrió una crisis, un ataque de nervios.

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