El juicio, los fueros y la «proscripción»: Preguntas y respuestas para entender el futuro judicial del Cristina Kirchner

Cristina Kirchner afronta la instancia final de su primer juicio oral, acusada de asociación ilícita y fraude al Estado en el caso Vialidad

El 1° de agosto, con el reinicio de la actividad judicial, el fiscal presentará su alegato y expondrá los argumentos de su acusación.

Texto: Paz Rodríguez Niell

La vicepresidenta sostuvo que van a condenarla, que la sentencia ya está escrita; el kirchnerismo dijo que la intención es “proscribirla”.

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¿Cuándo se sabrá si Cristina Kirchner es condenada o absuelta en el caso Vialidad?

El Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) planea dictar su veredicto antes de fin de año. Para eso, el cronograma es muy ajustado. Antes, deben presentar sus alegatos la fiscalía y las defensas. Empieza, el 1° de agosto, el fiscal Diego Luciani, que tiene nueve jornadas para sostener su acusación. Después alegan las defensas, en orden alfabético. Son 13. Cristina Kirchner es la número seis. Cada una tiene tres días. Las audiencias son tres veces por semana y está previsto que los alegatos demoren cuatro meses en total. Una vez terminados, el TOF 2 fijará una fecha para las “últimas palabras” y el veredicto. “Todas nuestras estimaciones son absolutamente relativas porque en este juicio nunca se pudieron cumplir, siempre aparecieron inconvenientes, pero nuestro propósito es terminar el juicio a fin de año”, dijo una fuente del tribunal a LA NACION. Fue esa la intención que transmitieron, también, cuando desde la Corte les pidieron una “estimación” de cuándo podrían dictar su sentencia, según supo este medio de fuentes de los dos tribunales.
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¿Qué intervención tiene la Corte Suprema en este juicio?

La Corte Suprema rechazó el mes pasado todos los recursos de las defensas para frenar el juicio y no está previsto que vuelva a intervenir; al menos, no en el corto plazo. La sentencia que dicte el TOF 2 será revisada por la Cámara Federal de Casación. La Corte podría recibir el caso, para tratar un recurso extraordinario, después de que haya resuelto Casación.
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¿Puede la justicia electoral impedirle a Cristina Kirchner ser candidata en las próximas elecciones?

Solo si es antes de las elecciones es condenada, con un doble conforme (es decir, con dos sentencias condenatorias sucesivas) y siempre que la condena esté firme; o sea, que ya no queden más recursos ordinarios ni extraordinarios posibles. Esa es la jurisprudencia vigente de la justicia electoral. Antes, la Cámara Nacional Electoral consideraba que quien tenía una condena confirmada por la Casación ya no podía ser candidato (esa era la doctrina del precedente Romero Feris), sin esperar que ya no hubiera chance de que la Corte, vía recurso extraordinario, revisara la condena, pero fue la Corte, por unanimidad, la que le impuso un nuevo criterio. Lo hizo en un caso que favoreció a Carlos Menem.

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¿Cuánto tarda una sentencia en quedar firme?

Ni la Casación ni la Corte tienen plazos determinados por la ley para resolver, pero normalmente la instancia de los recursos demora varios años. La condena de Amado Boudou, por ejemplo, estuvo 11 meses en Casación y casi un año y medio en la Corte, y en el kirchnersimo sostienen que su trámite fue más rápido que lo habitual. Por eso, si bien una eventual condena de Cristina Kirchner podría matemáticamente estar firme antes de las próximas elecciones, sería extremadamente atípico. En Comodoro Py, jueces y abogados coinciden en eso. El viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, dijo este miércoles que no es posible. “En términos procesales, no darían los tiempos para proscribirla, pero han hecho cualquier barrabasada”, afirmó a El Destape.

Otra fuente cercana a Cristina Kirchner que sostiene la hipótesis de la “proscripción” dijo a LA NACION que no creía que el fallo fuera a quedar firme antes de las elecciones, pero que igualmente la Justicia intentará dejarla fuera de carrera. Su especulación es que el tribunal oral va a condenar a la vicepresidenta y, una vez rechazado el recurso extraordinario por la Casación, ordenará cumplir la sentencia y detenerla; que por los fueros no va a ser arrestada, pero que sí se le va a impedir competir. En los Tribunales dicen que es una construcción sin sustento en la realidad.
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¿Hasta dónde protegen a Cristina Kirchner sus fueros?

Mientras Cristina Kirchner siga siendo vicepresidenta tendrá fueros, incluso si fuera condenada a una pena de prisión y su condena quedara firme. En ese caso, se configuraría una causal de juicio político. Esas causales son el mal desempeño de las funciones y la comisión de delitos, en el ejercicio del cargo o fuera de la función pública. Entonces, incluso con condena firme, sería necesario el voto de dos tercios de los senadores y de los diputados para sacarla de su cargo a través del procedimiento de juicio político. Y lo mismo regiría si recibiera una condena como vicepresidenta y esa condena quedara firme con ella ejerciendo otro cargo que también le otorgara fueros. Si en las elecciones del año próximo decidiera ser candidata a presidenta, estaría asumiendo el riesgo de perder esos fueros. Si fuera candidata a senadora, tendría muchas chances de ganar una banca y retenerlos.
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De ser condenada y tener que cumplir una pena de prisión efectiva, ¿iría a la cárcel o tendría prisión domiciliaria?

El 19 de febrero próximo Cristina Kirchner cumplirá 70 años. La ley establece determinados supuestos en los que el juez de ejecución “podrá disponer” (no es automático) el cumplimiento de la pena impuesta en prisión domiciliaria. Uno de ellos es que el condenado sea mayor de 70 años.

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¿Qué pasaría si fuera condenada y se le aplicara una inhabilitación para ejercer cargos públicos?

El fraude en perjuicio de la administración pública –uno de los delitos por los que es juzgada Cristina Kirchner– tiene prevista una pena de dos a seis años de prisión y, si el condenado era funcionario público, el Código Penal establece que “sufrirá además inhabilitación especial perpetua”. En un hipotético escenario en el que Cristina Kirchner fuera elegida el año próximo para un nuevo cargo y, una vez que lo estuviera ejerciendo quedara firme una condena en su contra, ¿perdería el cargo por haber sido inhabilitada? Se provocaría sin dudas un conflicto institucional. No hay antecedentes de una situación semejante. En primer lugar se debatiría -vaticinó un funcionario de la justicia electoral- si la inhabilitación puede aplicarse a un cargo electivo que ya se está ejerciendo. Hay constitucionalistas que sostienen que la inmunidad que dan los fueros es solo de arresto y no protegen frente a una condena firme de inhabilitación. Sin embargo, un experimentado exsenador opositor dijo a LA NACION que en la práctica es impensable que pudiera ser destituida sin que interviniera el Congreso, donde debería reunirse una mayoría calificada para removerla.

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¿Qué pruebas hay contra Cristina Kirchner?

La vicepresidenta está acusada de haber liderado una asociación ilícita que direccionó obra pública vial a favor del empresario Lázaro Báez, que ganó licitaciones que le permitieron hacerse de cerca del 80% de la obra vial de Santa Cruz por más de 46.000 millones de pesos, según los fiscales que la enviaron a juicio. De acuerdo con la acusación, hubo licitaciones fraguadas en las que competían entre sí distintas empresas de Báez, que solo cumplió a tiempo con dos de las 51 obras que se le adjudicaron y 24 nunca las terminó. Además, sus incumplimientos no se sancionaron como hubiera correspondido y Báez cobró con prioridad sobre los demás contratistas. Si tal como se presume, el fiscal Luciani decide acusar a Cristina Kirchner, su desafío será demostrar su responsabilidad penal y acreditar que ella, como continuadora de una estructura delictiva montada por Néstor Kirchner, ordenó favorecer a Báez. No hay registros de una orden concreta en este sentido ni ningún arrepentido que haya dicho que Cristina Kirchner dio las instrucciones. “No se habló de ella en el juicio”, dijo una fuente que participó de todas las audiencias. Para acreditar la supuesta responsabilidad de la vicepresidenta, la acusación se apoyó hasta ahora en elementos tales como los millones que la Nación giró a Santa Cruz para pagar obras viales y en el entramado de relaciones entre ella y Báez; en los negocios que compartieron –en algunos casos, muy favorecedores para los Kirchner y ruinosos para el empresario– y en cómo con la llegada al poder del kirchnerismo, Báez pasó de empleado de banco a multimillonario y lavó –según una condena judicial– más de 60 millones de dólares.

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¿Quiénes son los jueces que definirán el futuro de Cristina Kirchner?

En primer lugar, los jueces del TOF 2 que la están juzgando: Jorge Gorini, Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu. A ellos se refirió Alberto Fernández en el tuit de este martes, en el que recordó que Cristina Kirchner los había acusado de tener la sentencia ya escrita y dijo que esa afirmación de la vicepresidenta ponía “en crisis” la “idoneidad moral de los miembros del tribunal”. Ninguno de los dos aportó pruebas de la supuesta conspiración de estos magistrados. Después, la encargada de revisar la decisión del TOF 2 será la Sala IV de la Cámara de Casación, hoy conformada por Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo. Hornos y Borinsky son los jueces a los que Cristina Kirchner denunció por sus visitas a la Quinta de Olivos y la Casa Rosada durante el gobierno de Mauricio Macri. Si la Cámara de Casación confirmara una eventual condena de Cristina Kirchner, a ella le quedaría un recurso extraordinario ante la Corte.

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Si fuera condenada, ¿podría Alberto Fernández indultarla?

La doctrina mayoritaria entiende que sí, pero hay constitucionalistas que sostienen –como lo hizo Andrés Gil Domínguez en una columna en LA NACION– que no es posible porque los delitos de corrupción no pueden ser indultados. El indulto no requeriría esperar que la eventual condena quedara firme. Pese a que hay constitucionalistas que advierten que no corresponde, en la Argentina la Corte avaló el indulto incluso a procesados. Y no es necesario que el beneficiado lo acepte. Fue el caso de Graciela Daleo, que rechazó el indulto de Menem y se le aplicó igual. Antes de asumir la presidencia, Fernández descartó que vaya a tomar una decisión semejante respecto de su vicepresidenta. «El que piensa que voy a llegar a la Casa Rosada para dar un indulto es un estúpido, yo descreo del indulto. Los presidentes no están para perdonar a nadie», dijo.

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