Piden prisión perpetua para el acusado de violar y matar a una mujer

La fiscalía solicitó que el asesinato de la kinesióloga Mirta Avancini tuviese la máxima pena de un femicidio.

El juicio oral por el abuso sexual y el femicidio de la kinesióloga Mirta Avancini, ocurrido en diciembre del 2015 en el barrio porteño de Colegiales, llegará mañana a su fin al conocer el veredicto del tribunal, luego de que la defensa exponga su alegato y el acusado pronuncie sus últimas palabras. En ese debate estará una vez más sentado en el banquillo de los acusados Juan Martín «Dientón» Aguirre, de 37 años, imputado también de robo, hurto, privación ilegítima de la libertad y de integrar una banda delictiva dedicada a realizar «entraderas» tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el conurbano.

«La expectativa es buena, creemos que va a tener una condena a prisión perpetua, tal como lo pedimos desde la defensa y también la fiscalía. El proceso se sustanció bien, se incorporó mucha prueba y esto fue confirmado en la audiencia por la actitud de Aguirre», aseveró en diálogo con Télam el abogado de la familia Avancini, Germán Liotto.

De acuerdo con lo previsto por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 22, en la audiencia, convocada a las 14 en el edificio de Comodoro Py 2002, en Retiro, se escuchará primero el alegato de la defensa de Aguirre y, luego, se le dará al acusado la posibilidad de pronunciar sus últimas palabras.

Tras esos pasos, el TOC 22 dispondrá un cuarto intermedio y fijará un horario para, en la misma jornada, dar a conocer el veredicto en este juicio, que comenzó a sustanciarse el 3 de abril y que se desarrolló durante cuatro audiencias en las que se ventiló no solo el femicidio de Avancini, sino que se acumularon expedientes por otros episodios de robo en los que Aguirre actuó junto a otro acusado, Juan Durán, también presente en este proceso.

En la audiencia del miércoles último y en sintonía con el planteo de la querella, el fiscal Marcelo Martínez Burgos pidió para Aguirre una condena a prisión perpetua, al considerarlo responsable de los delitos de «abuso sexual con acceso carnal; homicidio agravado por haber sido cometido por un hombre contra una mujer y mediando violencia de género; y robo».

Además, entendió que se trató de un femicidio porque existió de parte de Aguirre «una cosificación, un sometimiento y una utilización del cuerpo de una mujer como objeto de satisfacción de un hombre», y explicó que no necesariamente debe existir una relación entre la víctima y el victimario para encuadrar el hecho como un femicidio.

También, el fiscal señaló a Aguirre como culpable de otros robos y hurtos en Belgrano y Caballito.

El 19 de diciembre de 2015, Mirta Avancini fue hallada asesinada en su consultorio, ubicado en Céspedes 3473 de Colegiales, por su hermano Felipe, quien llegó hasta allí porque ninguno de sus familiares tenía noticias de ella desde hacía días. Según los peritajes, Avancini agonizó entre 18 y 36 horas encerrada en el baño del consultorio, al que el asesino le había quitado el picaporte, donde la víctima fue dejada atada de pies y manos con precintos, con un lazo alrededor del cuello y un trapo sobre la cara.

La autopsia reveló que la kinesióloga murió como consecuencia de una «asfixia mecánica por compresión del cuello, variedad estrangulamiento», y su cuerpo presentaba golpes y signos de abuso sexual.

De acuerdo con lo determinado por la investigación, Avancini habría sido abordada en la vía pública por Aguirre, quien la interceptó en su trayecto desde su casa al consultorio, ubicado a pocas cuadras uno del otro. El 17 de diciembre 2015, la imagen de la kinesióloga quedó grabada cuando salía de su casa y 25 minutos más tarde las mismas cámaras captaron la llegada de un joven ajeno al edificio que, vestido con bermudas, remera oscura, una gorra clara y una mochila, abrió la puerta con un juego de llaves y subió por el ascensor.

Según el alegato de la fiscalía, ese día, el 17 de diciembre de 2015, el acusado Aguirre ingresó cerca de las 15.45 al consultorio de Avancini y allí abusó sexualmente de ella y la golpeó brutalmente. Antes de irse del lugar, le robó su celular y las llaves, tanto del consultorio como de la casa, por lo que pudo ingresar también en la vivienda de la víctima mientras esta agonizaba en el consultorio.

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