Detuvieron en Bolivia al narco jujeño José Miguel Farfán

El jujeño José Miguel Farfán, acusado de ser uno de los principales narcos del noroeste argentino, fue detenido ayer en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

El hombre, de 58 años, manejaba el miércoles una Suzuki Vitara por Santa Cruz de la Sierra, en el centro de Bolivia, cuando un equipo del Centro Regional de Inteligencia Antinarcóticos de la Policía Nacional de ese país y un oficial de enlace de la Gendarmería de la Argentina lo frenaron en un control vehicular para que se identificara: decía llamarse Miguel Ángel Salazar Yavi. El narco era desde 2016, luego de la caída de Reynaldo Delfín Castedo, el más buscado de la frontera norte.

La Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico del país vecino lo presentó ante las cámaras con dos efectivos enmascarados. Farfán lucía esposado y un poco nervioso, con un chaleco antibalas en el pecho. Los funcionarios de los altos mandos se abotonaron el saco, hablaron de «un cotejo de datos» y «protección del entorno familiar», en una captura realizada en cooperación con la Gendarmería Nacional Argentina.

A Farfán le decían «el Chapo Guzmán del Cono Sur». Sin embargo, a diferencia del mexicano, el argentino no tuvo que esconderse en un carrito de lavandería o cavar un túnel para escapar de la cárcel sino que directamente coimeó a dos jueces federales para seguir en libertad.

Todo comenzó el 4 de enero de 2003 a las 21 horas cuando Farfán aprovechó una salida transitoria para fugarse. Cuatro días más tarde, el juez de feria, Ricardo Lona, ordenó su captura nacional e internacional, pero ya era tarde: el narco pasó los siguientes tres años del otro lado de la frontera, en Tarija. José Antonio Solá Torino, juez de ejecución penal e integrante del Tribunal Oral Federal (TOF), dejó sin efecto el 24 de agosto de 2007 la búsqueda encargada a la Policía Internacional (Interpol).

Ese mismo día, Solá Torino habló con Gabriela Mabel Vázquez.

Vázquez: – Hola, doctor, ¿cómo anda usted?

Solá Torino: -Bueno, ya estoy viendo ese te…

V: – ¿Recién hoy día estás viendo?

ST: – No, estamos, no, no, no es recién hoy día, se está viendo hace rato…yo a la tarde necesito juntarme con vos un ratito.

V: – ¿Cómo para qué? ¿Me vas a dar algo?

ST: – Sí, para que veas eso, estoy con una gente aquí así que a eso de las cinco y media o seis tenés que comunicarte conmigo.

V: – Bueno, entonces a esa hora, «gordo», por favor.

ST: – Sí, mi ángel, besos.

Cinco meses después, luego de que le llamaron la atención, Solá Torino resolvió reactivar el 1 de febrero de 2008 la alerta roja de Interpol para buscarlo en Bolivia, pero Farfán ya estaba oculto en Tucumán. Luego viajó a Buenos Aires para renovar su pasaporte, pero un policía federal descubrió que tenía orden de captura y «el Chapo del Cono Sur» decidió darle $100 para que no lo delatara. Finalmente, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo atrapó el 16 de mayo de 2008 en Tucumán. El juez también cayó: primero el Consejo de la Magistratura lo destituyó y luego el TOF de Salta lo condenó el 8 de abril de 2016 a seis años de prisión por «cohecho pasivo agravado», es decir, por cobrar $15.000 para beneficiarlo.

En el banquillo de los acusados, además de Solá Torino, debió estar sentado el propio Farfán por «cohecho activo», pero increíblemente, a pesar de su prontuario, el tribunal, entonces integrado por Carlos Jiménez Montilla, María Alicia Noli y Marta Liliana Snopek, le concedió el 2 de septiembre de 2010 la excarcelación.

El narco, uno de los más peligrosos de la frontera norte, será extraditado a la Argentina.
El narco, uno de los más peligrosos de la frontera norte, será extraditado a la Argentina.
De nuevo en la calle, Farfán volvió al negocio: el 12 de septiembre de 2013 organizó el envío de 400 kilos de cocaína desde Tartagal, en Salta, hacia Santiago del Estero. Gendarmería hizo frenar la Toyota Hilux en la que Héctor René Segundo llevaba el cargamento, pero Farfán, que iba más adelante en un Volkswagen Vento para intentar «limpiar» la ruta, pudo escapar.

Tres meses más tarde, el abogado René Gómez tramitó la exención de prisión de Farfán y el juez federal de Orán, Raúl Reynoso, la aceptó a los pocos días sin pedir sus antecedentes. Gendarmería lo detuvo en mayo de 2014, pero el magistrado ordenó liberarlo. Reynoso demoró hasta noviembre de 2014 el procesamiento con prisión preventiva del narco, pero, de nuevo, ya era tarde: nadie sabía dónde estaba.

Los investigadores determinaron que el juez Reynoso hablaba con el abogado Gómez y este con su cliente Farfán. Rosana Elizabeth Rivas Vázquez, expareja del letrado, declaró en el juicio que Gómez y Reynoso eran tan amigos que no solo jugaban al tenis sino que compartieron vacaciones en los Estados Unidos. La mujer también reveló, en base a lo que le contó su hijo, que en una oportunidad, cuando Gómez vivía en el hotel Alejandro I, Farfán le entregó muchos dólares y que los retiró el propio Reynoso.

Farfán supo tener un muy buen abogado: Gómez no solo lo defendió a él sino también a Solá Torino, el juez que benefició al narco, y luego trabó amistad con Reynoso, el otro magistrado que jugó a su favor varias veces. Ahora, atrapado por cuarta vez, Farfán deberá defenderse en todas las causas pendientes por asociación ilícita, narcotráfico y coimas. Sin embargo, no tendrá la ayuda de su defensor: en los próximos días el TOF podría condenar a René Gómez a nueve años de prisión por formar parte de la banda de Reynoso en Orán.

Por lo pronto, Farfán ya tiene su orden de extradición firmada. Vendría al país en las próximas horas según fuentes cercanas al expediente.

Facebook
Twitter
Scroll al inicio