Confirmaron la condena a la mujer que atropelló y mató a su novio rugbier

La Suprema Corte de Justicia de Mendoza confirmó este viernes la pena de 3 años y 9 meses de prisión impuesta a Julieta Silva por atropellar con su auto y matar a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, en 2017, en San Rafael.

De tal forma rechazó los recursos de Casación de la defensa, que reclamaba la absolución; y de la fiscalía y la querella, que pretendían una condena más elevada, informaron fuentes judiciales.

En septiembre de 2018, en un fallo unánime, los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle encontraron a la joven, madre de dos hijos pequeños, culpable de matar al rugbier al atropellarlo con su automóvil.

El incidente tuvo lugar cuando se retiraban del local nocturno, pero le dieron una condena leve en relación a las pedidas por la Fiscalía y por la familia de la víctima, que iban de 14 a 20 años de prisión. Las pericias determinaron que ella tenía más del doble de lo permitido de alcohol en sangre.

Para los magistrados, la acusada, de 30 años, atropelló a su novio pero lo hizo sin intención de asesinarlo. El Tribunal había dispuesto que Silva continuara detenida bajo la modalidad de prisión domiciliaria y le impuso una inhabilitación de ocho años para conducir.

Durante el juicio, fue fundamental el testimonio de un trapito que estaba en el lugar del hecho. El hombre describió con detalles todo lo sucedido a la salida del bar Mona, donde él se encontraba cuidando los vehículos de los clientes que acudieron allí. Relató que el joven acompañó a la chica hasta el auto y que mantuvieron un entredicho antes de despedirse.

«Ella baja la ventanilla porque el muchacho le golpea para pedirle algo, yo no podía escuchar porque estaba retiradito ahí al lado. Ahí arranca el auto, y sale ligero, el muchacho se agarra de la parte de la ventanilla y habrá hecho 10 metros o 15 metros cuando se cae al piso, queda sobre la mano izquierda», afirmó el trapito.

Y continuó: «Cayó con los brazos para atrás, yo lo estaba mirando, me quedo mirándolo; él mueve el brazo para atrás, cuando así miro el auto, ya en 150 metros, la mina había pegado la U en medio de la calle nomás, como pegando la vuelta para la ruta. Ahí yo lo quedo mirando, y venía ligerísimo, ligero, y el pibe estaba en la calle, no le dio ni tiempo de pararse al pibe porque ella lo pasó por arriba directamente, como si nada».

En la última jornada del juicio, Silva no hizo uso de sus últimas palabras, mientras que sí lo hizo la madre de Fortunato, que le habló directamente a la acusada de matar a su hijo: «Él te quería, espero que Dios le dé paz a tu alma». Finalmente, tras un cuarto intermedio, el Tribunal Penal Colegiado Nº 1 de San Rafael dio a conocer la decisión de condenarla por «homicidio culposo agravado».

El 9 de septiembre de 2017 a la madrugada, Silva y Fortunato salieron alrededor de las 5 de la mañana de Mona bar, a donde habían ido a bailar. Las cámaras de seguridad los ubicaron juntos en la puerta del local, se veía que Genaro estaba borracho.

Mientras se dirigían al auto, estacionado sobre calle El Chañaral, tuvieron una discusión. Julieta subió al vehículo, Genaro quedó del lado de afuera, corrió junto al vehículo, pero terminó cayéndose al piso.

Según las pericias, después de hacer 150 metros, Julieta giró en U y volvió, directo a donde Genaro estaba intentando levantarse. En ese momento lo atropelló y arrastró más de tres metros. Esa embestida le provocó la muerte.

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