Jennifer Aniston es una de las referentes de estilo más reconocidas de la última década, así como una de las actrices más talentosas y versátiles.
Con 51 años, posee una belleza atemporal digna de reconocimiento, fruto de una privilegiada genética y un estricto cuidado personal.
Leyon Azubuike, su entrenador desde hace varios años y fundador del programa de boxeo Gloveworx, es el encargado de dirigir sus rutinas de ejercicio a diario. La actriz dedica una hora y media, los siete días de la semana, a las diversas actividades de tonificación, aeróbicas y yoga, complementando el entrenamiento con una dieta muy sana y balanceada.
Al despertar, minutos antes de su meditación matutina, Aniston suele beber en ayunas un vaso de agua caliente con limón. Los alimentos ricos en proteínas protagonizan sus comidas, mientras que el azúcar es lo primero que busca evitar a toda costa.
Si bien sus dos grandes pasiones son el yoga y el boxeo, la intérprete de Rachel Green ejecuta frecuentemente ejercicios localizados de fuerza: abdominales en V, planchas de 2 o 3 minutos, sentadillas, rueda abdominal, entre otros. A su vez, tiende a incluir bandas elásticas de vez en cuando, pues, palabras de su entrenador, “permiten conseguir un rango de repeticiones más amplio y quemar más”.
Otra de sus actividades favoritas es saltar la cuerda, aunque al principio costó su adaptación a los ritmos y repeticiones. A través del método de la confusión muscular, su entrenador busca variar los ejercicios con el objetivo de “sorprender” al cuerpo y evitar monotonía, cansancio y aburrimiento.
¿Cómo lo hace? Primero entrena el tren superior, luego el inferior, luego pasa al boxeo, luego salta la cuerda, y así sucesivamente. El spinning y la cinta de correr también son sus básicos semanales.
