Un triunfo contundente por 3 a 0 frente a El Salvador, rival que se mostró bastante inferior al campeón del mundo. El debut como titular de Nehuen Pérez, la inclusión de Valentín Barco en el equipo mayor, y la destacada actuación de Alejandro Garnacho fueron notas destacadas.
Este triunfo, en contraste con la destacada victoria sobre Brasil en el Estadio Maracaná el pasado noviembre, un logro que fue opacado por las especulaciones sobre la continuidad de Scaloni, se vio seguido por un partido amistoso de menor relevancia ante El Salvador en Estados Unidos. Este cambio abrupto de competencias es característico en el calendario de la selección argentina; de hecho, en la próxima ventana de amistosos en junio contra Guatemala y Ecuador, se habrá definido la lista de los 23 futbolistas que buscarán defender el título de campeón en la Copa América.
El rival, El Salvador, no parecía ser el más adecuado para ser sometido a pruebas por parte de Lionel Scaloni, ya que no ha logrado una victoria en más de 20 partidos, incluyendo el encuentro de anoche. Incluso su último partido, apenas 48 horas antes, fue contra Bonaire, una pequeña isla caribeña no reconocida por la FIFA, y terminó en empate 1-1. Mientras tanto, otras selecciones sudamericanas aprovecharon esta ventana FIFA para enfrentarse a rivales más competitivos; Colombia venció a España en Londres, Brasil jugará contra Inglaterra en Wembley, Ecuador se medirá contra Italia en Nueva Jersey, y Chile enfrentará al subcampeón mundial Francia el próximo martes.
En este contexto, la selección argentina se enfrentó a El Salvador y cumplió con su cometido, logrando una victoria por 3 a 0 que deja poco margen para sacar conclusiones. Sin embargo, más allá de ser una oportunidad para los aspirantes a formar parte de la convocatoria para la Copa América, este partido también representó una ocasión para acostumbrarse a la ausencia de Lionel Messi, quien no participó debido a una lesión muscular y tampoco estará disponible para el amistoso contra Costa Rica. En ausencia del emblemático número 10, Ángel Di María llevó el brazalete de capitán, aunque la falta de Messi se hizo sentir en el campo de juego.
El ambiente frío de Filadelfia, sumado al carácter amistoso del partido y la disparidad entre los equipos, contribuyó a un ambiente poco emocionante en el estadio. Algunos jugadores usaron guantes y las gradas no estaban llenas, lo que no creó el entorno ideal para un equipo que ostenta el título mundial.
A pesar de estas condiciones, Argentina demostró su profesionalismo desde el principio, manteniendo una actitud seria y enfocada en el partido. A los 16 minutos del encuentro, ya estaban en ventaja gracias a un gol de Cristian Romero de cabeza, tras un tiro de esquina.
Scaloni aprovechó el encuentro para realizar pruebas en la defensa, con la inclusión de Nehuén Pérez en una posición inusual entre el lateral derecho y el defensor central. En el segundo tiempo, se realizaron más cambios, incluyendo la entrada de Valentín Barco en su debut con la selección mayor, así como la participación de Alejandro Garnacho, quien destacó con su energía en el campo de juego. Aunque el partido ofreció poco espacio para conclusiones profundas, las decisiones tácticas de Scaloni se verán reflejadas en los días de entrenamiento y en la convivencia del equipo durante la concentración, donde se tomarán decisiones más significativas que las que se pudieron observar durante el partido contra El Salvador.
