Australian Open: sufrida victoria de Francisco Cerúndolo en su debut

Irregular, el tenista porteño la pasó mal frente al local Dane Sweeny; su resultado de cinco sets fue el primer triunfo albiceleste en Melbourne.

“¡Vamooos!”. El grito de Francisco Cerúndolo sonó fuerte en el John Cain Arena antes del aplauso y la ovación finales. Debió trajinar bastante el tenista porteño para conseguir la primera victoria argentina en el Abierto de Australia. Dane Sweeny, un muchacho de 22 años a quien el impulso del público hizo parecer mucho mejor que el 257º del ranking, lo exigió durante 3 horas y 23 minutos. Cinco sets. El mayor de los hermanos Cerúndolo es el 22º. Y el resultado no mostró esa distancia.

Un 3-6, 6-3, 6-4, 2-6 y 6-2 fue el estreno de la legión argentina de siete jugadores en el primer torneo de Grand Slam de la temporada. Fran no traía confianza en el comienzo del año (“un desastre”, había tuiteado tras su última derrota), y esa carencia, más los enojos que le provocaban los errores, la pérdida del enfoque, propiciaron que el corredor Sweeny tuviera chances.

El australiano había fallado cuatro intentos de clasificarse para el AO. El quinto estuvo cerca de tener la yapa de un triunfo en el cuadro principal. Parecía bien posible cuando se apoderó del cuarto set y entraba con envión al quinto ante un rival que despotricaba contra sus fallas. Pero en el parcial decisivo Cerúndolo mostró lo mejor de sí: potencia en precisión, con la derecha invertida y el revés cruzado como armas más letales. Paradójicamente, el argentino era mejor en la exigencia y se equivocaba en pelotas dadas.

“Fue una batalla bien dura, él jugó muy bien. Yo no tenía mucha confianza. Eso hizo que empezara nervioso. Estoy contento de haber logrado atravesar este partido, pero tuve que trabajar mucho”, reconoció Francisco. “Él está 250º en el ranking pero no juega como tal. Se lo dije al terminar el partido. Debe confiar en sí. El tour es muy competitivo y muchos jugadores pueden ganarse entre sí”, mencionó a micrófono abierto en uno de los estadios más grandes de Melbourne Park. Por cierto, él mismo no anduvo lejos de ser víctima de esa situación.

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