Efectos del ajuste: notable caída de los ingresos fiscales en las primeras semanas de febrero

La recaudación ha experimentado una disminución del 33% entre el 1° y el 19 de este mes en comparación con el mismo período del mes anterior. Estas cifras ponen de manifiesto la caída en picada de las importaciones y el amplio recurso a una estrategia habitual para muchas empresas: financiarse a través de la AFIP.

Mientras que la economía argentina parece estar dividida en dos en estos días, con los mercados financieros celebrando anticipadamente el reajuste de las variables macroeconómicas mientras que la actividad real sufre las consecuencias precisamente de ese intento de reacomodación, un nuevo dato ha encendido las alarmas entre quienes siguen de cerca el rumbo de la economía real.

La información proviene de las estadísticas presentadas en la plataforma oficial Presupuesto Abierto, que han captado la disminución de los ingresos tributarios hasta la fecha en este mes. A pesar del alto nivel de inflación, la recaudación de todos los impuestos relevantes que aportan la mayor parte de los ingresos impositivos ha experimentado una notable caída en comparación con el mismo período del mes pasado, incluso en términos nominales. Solo el impuesto a los débitos y créditos, más conocido como el Impuesto al Cheque, ha aumentado nominalmente un 4%; lo que equivale a una caída real cuya magnitud aún es difícil de precisar hasta que se conozca el nivel de inflación del mes.

Por otro lado, desde el IVA hasta el impuesto a las Ganancias, pasando por el impuesto PAIS y los aportes patronales, todos han disminuido incluso en términos nominales. En total, la recaudación en los primeros 19 días de febrero ha disminuido un 33% en comparación con el mismo período de enero. Algunos datos son particularmente preocupantes:

Los ingresos por retenciones se han desplomado un 65% en comparación con el mes pasado. Aunque la comparación para establecer una tendencia más precisa suele basarse en datos interanuales, este es el dato que más llama la atención.

Sin embargo, el dato que más preocupa es el retroceso del IVA. Este impuesto suele reflejar de manera precisa el aumento de la inflación, y a pesar del alto nivel de inflación, su recaudación está disminuyendo. Según los expertos, hay dos factores que podrían explicar esta variación negativa del 40% en las primeras semanas de febrero. Por un lado, refleja la caída de la actividad económica y, en particular, del nivel de consumo.

Por otro lado, además de la contracción económica, este dato también indicaría un comportamiento característico de los contribuyentes, especialmente de las pequeñas y medianas empresas y los comercios, que retrasan el pago de impuestos. «Se financian a través de la AFIP, que suele ofrecer la deuda más económica en tiempos de crisis y alta inflación», explican los expertos en materia impositiva.

Además de estos dos ejemplos, igualmente llamativo y preocupante es la disminución en los ingresos del impuesto PAIS, que desde el aumento impuesto por el ministro de Economía, Luis Caputo, para las importaciones, se nutre más de las operaciones de comercio exterior que de los consumos en dólares o el turismo. De hecho, en los últimos dos meses se ha convertido en uno de los impuestos de mayor peso en la recaudación total. Sin embargo, según los datos de la plataforma, los ingresos por este tributo han retrocedido un 14%. Esta dinámica podría indicar no solo un ajuste en los gastos en divisas de la población, sino esencialmente una disminución de las importaciones destinadas a la producción y también al consumo.

También el impuesto a las Ganancias, cuyos datos son preliminares y están sujetos a fechas de vencimiento y liquidación, ha experimentado una contracción del 48% hasta la fecha del lunes pasado. En la misma línea, los aportes y contribuciones a la seguridad social han caído un 31%, lo que también podría indicar que muchas compañías optan por retrasar esos pagos con la AFIP y destinar la liquidez a otras obligaciones, como la deuda bancaria o incluso el pago de salarios netos de los empleados.

Más allá del detalle puntual del desempeño de cada tributo y los motivos que lo explican, lo cierto es que este panorama presenta un nuevo desafío para el ajuste fiscal que impulsa el Gobierno, que probablemente deberá recortar aún más los ingresos ante una caída de los recursos mayor a la prevista.

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