San Lorenzo y Boca Juniors debieron conformarse con un empate

En un final polémico, San Lorenzo y Boca empataron en el Nuevo Gasómetro: resumen, goles, videos y más

Con goles de Miguel Merentiel y Adam Bareiro, el Ciclón y el Xeneize no se sacaron diferencias por la Copa de la Liga.

Por: Pablo Ramon

El resultado, acaso injustamente, termina condenando a dos equipos que, con sus más y sus menos, dejaron todo, pusieron lo que tenían, no se quedaron con nada. Boca no se derrumbó, no se dejó caer, ni se entregó sin luchar, como cuenta el tango. Ante la desilusión del Maracaná y la debacle de Almirón, puso el pecho a las balas. Con sus problemas de consistencia de siempre, al fin y al cabo nadie cambia en media semana, pero con carácter, determinación, también espíritu de supervivencia, porque había que ganar para pelear otro día… El equipo de Herrón fue superior, muy superior, durante 70 minutos. Atacó más y mejor. Fue más desde lo técnico y lo táctico, desde lo actitudinal, desde las calidades individuales y colectivas. No alcanzó para ganarle a San Lorenzo.

Herrón cambió algunas cosas. Obligado (o no…) por la lesión de Equi Fernández, puso a Campuzano de volante tapón. Sin ser una maravilla, el colombiano sirvió como referencia para darle orden al equipo y oficio para presionar. Aceptó la invitación de Insua y fue protagonista. Y, a diferencia de otros partidos, el Xeneize tuvo presencia en el área rival. Metió dos tiros en los palos (uno en cada tiempo, el del segundo una belleza de Figal), un flojísimo Cavani tuvo un mano a mano (al límite del offside que sacó Batalla) y la gran jugada del gol que arrancó en un mal pase adentro de Girotti, que Barco trasladó de manera magistral para habilitar a Merentiel, el goleador. Fue su momento, pero pasó sin que pudiera construir una diferencia más amplia y…

San Lorenzo hizo la parábola contraria. El Ciclón está enredado en una forma de jugar que transpira pasado. El área es el desierto del Sahara en verano, porque se atornilló a un esquema ultradefensivo que le sirvió cuando comía salteado, pero ahora necesita otras cosas en el menú. Le sobran jugadores atrás que de todas maneras no impiden que sufra en defensa, y arriba es apostar a alguna apilada de Barrios, algún milagro de Bareiro. Y en el camino fue perdiendo jugadores, calidad, motivación e ideas.

Después de atrincherarse al temor durante más de una hora, el saberse perdedor lo hizo cambiar. Con la desventaja, a Insua se le cayeron todos los delanteros que tenía amarrocados en los bolsillos: ya había entrado Braida y Girotti en el entretiempo, después mandó a Blandi y a Hausch. El Beto Acosta se retiró, sino por ahí también lo ponía…

San Lorenzo jugó a otra cosa y no fue magia: primero avisó Girotti con un cabezazo al palo, y después vino el empate. En un centro del Perrito que encontró a Bareiro, con un Chiquito Romero que salió a cualquier parte y le dejó al Ciclón la puerta abierta del empate. Boca puso tres centrales pero no pudo evitar esos centros envenenados. El final fue una locura, con el local descompensado y Boca reaccionando como pudo. Barrios hizo explotar la noche con un golazo, pero un offside de hilo de coser, que tan mal le están haciendo al fútbol, le quitó un triunfo heroico del buche.

Así, a Boca el empate lo deja casi afuera del torneo y más lejos de la Libertadores 2024. El Ciclón estira a 11 su racha sin triunfos. Fue el peor resultado para los dos: tanto nadar para ahogarse en la orilla…

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