Boca cayó ante Lanús por la Superliga: 2 a 1

La eliminación ante River en la semifinal de la Copa Libertadores caló hondo en Boca. El conjunto dirigido por Gustavo Alfaro volvió a sufrir un golpe, esta vez por la Superliga: cayó 2-1 ante Lanús en el Sur. José Sand y Carlos Auzqui (justo un futbolista con pasado en el Millonario) anotaron en el inicio de cada tiempo, condicionando el desarrollo. Mauro Zárate, con un excelso tiro libre, había convertido el 1-1 parcial.

El Granate le pegó un nuevo golpe veloz a Boca, para sumergirlo en sus dudas. A los 9 minutos, Marcelino Moreno sacó un centro preciso para el cabezazo goleador de José Sand. Los dirigidos por Luis Zubeldía le cedieron el control de la pelota al Xeneize, que el inicio le dio buen destino desde los pies de Agustín Almendra (de lo mejor ante River), quien tuvo su grito en dos oportunidades: en una la pelota pasó junto a un palo; en la otra, atajó Agustín Rossi. Claro que de contragolpe, con agresividad, dinámica y transiciones rápidas apenas recuperó el balón, el Granate hizo estragos. Moreno, de hecho, casi amplía el score a los 13, con un teledirigido que, tras un roce, dio en el travesaño y picó en la línea.

Boca fue en busca de la igualdad: lo tuvo en una aparición de Lisandro López que Rossi conjuró de manera magistral. Pero a los 34 minutos Mauro Zárate se hizo cargo de un tiro libre en el borde del área. Y con una caricia de derecha colgó el balón del ángulo para sentenciar el 1-1.

Pero en el inicio del segundo tiempo, Lanús repitió la fórmula: golpear en la primera llegada. Moreno, en estado de gracia, limpió para Pasquini, quien envió el centro ajustado para el ingreso de Carlos Auzqui, justo un ex River, que firmó el 2-1. La acción demostró distracción y desorden en las marcas de Boca, que acarreaba apenas dos tantos en contra en el certamen, y en menos de 50 minutos recibía la misma cantidad.

Excepto por un tiro libre ejecutado por Mac Allister que rechazó con pericia Rossi, a Boca le costó la elaboración ante un equipo incómodo, vivaz. No le ofreció espacios y lo desgastó en las réplicas, al punto que Izquierdoz resultó expulsado a diez minutos del final. Los cambios de Alfaro, en busca de mayor desequilibrio, le quitaron criterio colectivo a la visita, que lució grietas en la zona que mejor funcionó en la era de Lechuga: la defensa. Incluso Andrada exhibió momentos de desorientación.

Así, Boca dejó pasar la posibilidad de alcanzar la cima del torneo: quedó a tres puntos del líder Argentinos Juniors. Y Lanús, cimentado en buenas actuaciones, se ilusiona: quedó a dos unidades de la cúspide de la Superliga.

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