Empresario y una joven, muertos a balazos

Un empresario que era investigado por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y una joven que lo acompañaba en su auto fueron asesinados ayer a balazos en Rosario, informaron fuentes policiales.

Las víctimas fueron identificadas como Luis Roberto Medina (42) y Justina María Castelli Pérez (23), un inversionista del conocido boliche rosarino «Esperanto». Ambos se desplazaban en un Citroën DS3 color rojo al momento del ataque.
 
Fuentes policiales informaron a Télam que ayer, alrededor de las 6 de la madrugada, el empresario y la joven transitaban por Ayolas y Uriburu, en la zona sur de Rosario, en su regreso de un boliche o una fiesta cuando su automóvil fue interceptado por otros dos vehículos.
 
Uno de estos rodados se habría cruzado delante de Medina para detener su marcha y desde el interior del otro habrían efectuado una ráfaga de balazos hacia el auto del empresario, dijeron los informantes.
 
Según informó el diario La Capital de Rosario, el cuerpo de Medina exhibía unos 20 orificios de bala,  mientras que su joven acompañante recibió tres disparos fatales, por lo que ambos murieron en el acto. Tras el ataque, los tiradores huyeron del lugar en los mismos vehículos en los que habían arribado, en tanto que la Policía local fue alertada del hecho por un llamado al 911. Aún se investiga de dónde provino ese llamado.
 
Luego, los peritos policiales secuestraron en la escena del doble crimen numerosas vainas servidas calibre 9 milímetros, precisaron los voceros. Si bien el cadáver de Medina fue hallado en el interior del Citroën DS3, el de Castelli Pérez se encontró a unos metros del vehículo.
 
Sin embargo, hasta la noche de ayer los investigadores no habían podido determinar el móvil del asesinato. Con el objetivo de recabar evidencia que ayude a esclarecer el caso, ya fueron ordenadas pericias sobre los teléfonos de las víctimas.
 
En las tareas investigativas interviene el personal de la comisaría 16ª de Rosario. De acuerdo a los datos que manejan los pesquisas policiales, Medina tenía antecedentes penales por tenencia ilegal de arma de guerra y, además de inversor en «Esperanto», era dueño de una agencia de venta de autos en la zona oeste de Rosario.
 
Por otro lado, la Justicia rosarina y la Secretaría de Seguridad de Santa Fe investigaban al empresario asesinado por su posible vinculación con causas por narcotráfico en la zona.
Medina también había sido mencionado en el caso del ataque a balazos cometido el 11 de octubre  pasado contra la casa del gobernador santafesino, Antonio Bonfatti, en Rosario.
 
En esa causa se investigó un mensaje de texto con las iniciales del empresario (L: M.) y de tono intimidatorio hacia el gobernador Bonfatti que recibió la jueza rosarina, Raquel Cosgaya,
quien inicialmente tuvo a su cargo la investigación del atentado a la vivienda del mandatario provincial.
 
«Averigüen q Viglione (Ana, la titular de Delitos Complejos de Santa Fe) se comprometió a hacer desaparecer el exp de L.M. No cumplió. Por eso pasó lo de Bonfatti y se la van a poner en autopista», decía el mensaje que recibió en aquella oportunidad la magistrada en su teléfono celular.
 
A partir de esas sospechas, el abogado de Medina, Carlos Varela, se presentó luego en los Tribunales de Rosario y aclaró: «No hay ninguna causa que lo relacione en forma directa» con el narcotráfico ni con el atentado a Bonfatti.
 
El letrado afirmó que su entonces cliente era «totalmente ajeno» a esos delitos y que se ponía «a disposición» de la jueza de Instrucción 5 de Rosario, María Luisa Pérez Vara, quien quedó a cargo de la causa que antes tenía su colega Cosgaya.
 
Medina vivía en un lujoso country de la provincia de Buenos Aires y, según su abogado, era «sólo un hombre de negocios que hace dos años no está en la ciudad», aunque en Rosario tenía intereses ligados «a la compra y venta de autos».
 
Según consignó el diario rosarino, Medina era «un hombre millonario» que había realizado inversiones comerciales e inmobiliarias tanto a su  nombre como mediante testaferros. Asimismo, informó el matutino, estaba señalado como el proveedor de drogas de Emanuel Sandoval, acusado por el ataque a la casa de Bonfatti. 
 
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