Conmoción en Salta: encontraron el cuerpo de un adolescente trans que había desaparecido hace cuatro años

Santiago Cancinos, también conocido con su nombre de nacimiento, Gala, tenía 14 años. Había sido visto por última vez el 16 de mayo de 2017, después de salir de su casa para ir a la escuela

Ayer por la tarde, un hombre circulaba ocasionalmente por la Ruta Nacional 9 cuando a la altura del kilómetro 12.5, cerca del río La Caldera y en la localidad salteña de Vaqueros, encontró restos óseos a la vera del camino.

De inmediato dio aviso a la Policía, que poco después montó un operativo en el lugar. Durante toda la noche, los investigadores barajaron la hipótesis de que podría tratase de Santiago Cancinos, el joven trans de 14 años que estaba desaparecido desde el 16 de mayo de 2017.

La confirmación llegó este viernes: desde el Ministerio Público Fiscal de Salta comunicaron que los restos efectivamente pertenecen al menor del que no se supo nada durante más de cuatro años.

Los fiscales penales Mónica Poma y Santiago López Soto y el director del CIF, Pablo Rivero, indicaron que la pericia odontológica determinó una coincidencia del 100%. La misma se realizó con los registros dentales de Cancinos, otorgando certeza de su identidad. Por otra parte, algunas prendas de vestir, pese a su estado deteriorado, fueron reconocidas por los padres del adolescente. De todos modos, en los próximos días se llevará a cabo un cotejo genético a fin de terminar de establecer en forma científica su identidad.

En el comunicado, los fiscales se refirieron al menor con su nombre de nacimiento, Gala Cancinos. Así figuraba en el sitio de la organización Missing Children y también en la página oficial de personas desaparecidas del gobierno nacional, que llegó a ofrecer una recompensa de un millón y medio de pesos para quien aportara datos sobre el paradero. Los fiscales aclararon que se lo mencionó de acuerdo al nombre legal al momento de la desaparición, sin desconocer la vigencia de la Ley de Identidad de Género, en relación a su autopercepción. Para Javier Cancino, el papá de Santiago, el nombre era indiferente: solo quería encontrar a su hijo.

El hallazgo se produjo en una zona de muy difícil acceso, ya que se trata de una pendiente de más de 80 grados y cubierta por malezas. Está ubicada a unos pocos kilómetros del Parque Bicentenario, donde el menor había sido visto por última vez.

En la tarde del 16 de mayo de 2017, Cancinos se despidió de su papá para ir a una clase de educación física en el colegio Belgrano de la capital salteña. El hombre le ofreció llevarlo hasta el colegio en el auto, ubicado relativamente cerca de la casa, en el macrocentro de la capital salteña. Santiago le dijo no, que quería ir por su cuenta. El padre le insistió pero no hubo caso. Se saludaron y nunca más estuvieron juntos.

“Yo estaba viajando ese día a Buenos Aires para hacer una maestría. Más tarde llamé para ver si había llegado. Después de educación física tenía clase de inglés en un instituto. Entonces supuse que ya tendría que haber llegado a casa. Pero no había vuelto. Pensé que era normal, que se había quedado con amigos. Cuando me estaba por subir al avión llamé a la escuela de inglés y me dijeron que no había ido. La llamé a una compañera del colegio que vive en la cuadra en la que vivimos y me dijo que tampoco había ido a la clase de educación de gimnasia. Me comunico con Mónica, la mamá de Gala, y me dice que viajara tranquilo a Buenos Aires que ella se encargaba. Llegué a Buenos Aires a medianoche, llamé de vuelta y nada. Nunca imaginamos que íbamos a pasar por esto”, relató Javier.

Javier no lo dudó. Tomó un avión casi de inmediato, volvió a Salta e hizo la denuncia. Según denunció, la acción de la policía provincial en ese momento no fue la esperada. Tardaron en reaccionar y activar la búsqueda de Santiago. “Nunca se fijaron en los accesos de la ciudad si vieron a un menor. Nada. En un principio se recibieron miles de llamados. La fiscalía Penal 2 de Salta se hizo cargo de la investigación pero no dio resultados. Se hicieron rastrillajes, pero no sirvieron de nada. Un año y medio después la causa se reactivó y hubo un cambio de fiscal, que amplió la zona de la búsqueda, pero tampoco hubo resultados”, lamentó.

La última imagen de Santiago había sido captada por una cámara del Parque Bicentenario, un lugar muy elegido por jóvenes para pasear y hacer deporte. Los investigadores de la desaparición manejaban tres hipótesis: un posible suicidio, un probable caso de trata de personas o una fuga del hogar (así estaba calificado el expediente). La investigación continúa.

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