QuedateEnCasa, salvo que seas famoso

El escándalo de Susana, las visitas de Marley a sus “amigos”, los programas con invitados y hasta el inminente regreso de Tinelli generan una grieta con la gente que cumple con la cuarentena y los mira por TV.

El viaje de Susana Giménez a Uruguay reabrió una grieta que si bien ya existía entre la gente común y las estrellas de la televisión, se profundizó. Es que, al enterarse, muchos ciudadanos se sintieron estafados en su buena fe por cumplir al pie de la letra el aislamiento social preventivo y obligatorio, sin poder siquiera visitar a sus seres más íntimos.

A ellos, que son la mayoría, les cuesta aceptar, por ejemplo, ver cómo Marley va a la casa de Lizy Tagliani, se disfraza de preservativo para jugar con ella y tienen un contacto cuerpo a cuerpo, cuando los vecinos tienen vedado abrazar a un ser querido.

Les cuesta entender, además, que no puedan visitar a un amigo ni siquiera a diez cuadras a la redonda, mientras que el tan simpático como torpe conductor, se traslada hasta el domicilio de Catherine Fulop para revisarle los cajones de su vestidor y encontrar objetos sexuales con los que se motiva con su pareja, Ova Sabatini. Nada esencial…

También lo sufre el ciudadano que no puede reunirse con sus afectos ni festejar cumpleaños, y no quiere resignarse a ver cómo Andy Kusnetzoff volvió a su tradicional formato de PH, con invitados que cuentan intimidades de su vida o anécdotas divertidas, mientras disfrutan de una cena.

Sobre todo porque este cambio tiene que ver con el rating, teniendo en cuenta que cuando el ciclo de Telefe adaptó su escenografía para la cuarentena, y los famosos salían desde sus casas vía zoom o Skype con Andy solitario en el piso mirando cuatro pantallas, el contenido era más frío y sucio en el aire. Había silencios interminables, imágenes poco cuidadas o audios que no salían claros. Y los números les daban la espalda. Ahora por supuesto el programa se ve más fresco y divertido. Pero nada esencial…

Algo similar ocurre con los ciclos de fin de semana de Juana Viale reemplazando a su abuela Mirtha Legrand, quien dejó de asistir primero por ser persona de riesgo, y después por la muerte de su hermana Goldy, de la que todavía no se pudo recuperar.

Sin entrar en los detalles de peluquería y maquillaje que lucen la bellísima anfitriona y los comensales -algo que la ama de casa que la mira por TV extraña hasta límites insospechados-, y pese a que se cumple con la distancia de cuidado entre cada uno de ellos, al televidente le resulta chocante ver cómo Jimena Monteverde, por ejemplo, acerca su exquisito plato de comida por delante de Juanita y detalla lo que están saboreando. Tampoco nada esencial…

De igual modo hubo cuestionamientos para el ciclo de Guido Kaczka, el comodín de las noches de El Trece, quien juega con sus invitados y regala premios en su Bienvenidos a bordo. Uno -cuestiona el televidente- debe lavarse las manos varias veces al día para desinfectarse. Pero allí la gente manosea un cofre con un agujero ínfimo en donde apenas pasa un brazo, con el objetivo de agarrar un lingote ya tocado por otros con anterioridad. Por supuesto que en el programa deben cumplir con todos los protocolos de desinfección y limpieza. Pero la imagen que se transmite sugiere todo lo contrario… Nada esencial.

En este contexto, no hay que ser un “pitoniso” para predecir que muchos esperan con el cuchillo entre los dientes el regreso de Marcelo Tinelli, quien fue el primero a la hora de ser juzgado por el soberano (el público) cuando decidió pasar la cuarentena en Esquel, más allá de que faltaban horas para la veda en la circulación y tenía residencia en el Sur. La experiencia del Bailando chileno, que debutó hace apenas unos días, reveló que llovieron las críticas y denuncias contra el formato, que va en contra de todo lo que está bien para prevenir el coronavirus​. Nada esencial…

Para debatir este punto es importante aclarar una cosa: todo es legal. Tanto la mudanza de Susana al país hermano, con trámite de residencia en tiempo récord Incluido, como la presencia de famosos en diferentes ciclos de televisión. Susana tiene todos los papeles en regla y viajó porque el sistema de permisos se lo permite. Mientras que por el lado de la TV, el periodismo está incluido entre las actividades consideradas esenciales, inclusive en un mismo plano que los médicos y la Policía.
Dentro de esta excepción entran, por supuesto los programas de televisión. El error radica en no separarlos por género. De manera tal que el rubro “entretenimiento” no se confunda con “información”, tarea que sí podría considerarse esencial para saber cómo actuar ante la pandemia que nos afecta a todos.

Ahhh, por las dudas… #YoMeQuedoEnCasa.

Damian Rojo.

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