Premios Oscar 2021: sorpresas y decepciones de una ceremonia en versión pandemia

La entrega organizada por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood fue fríamente calculada, sin demasiado lugar para la espontaneidad

Se sabía de antemano: los Oscar versión pandemia no prometían ser una velada con el desfile de estrellas y el nivel de producción habitual.

En una temporada de ceremonias virtuales, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood debía presentar un show que respetara las distancias sociales y los grupos reducidos, sin perder glamour. Y si bien los grandes nombres estuvieron presentes, y el recurso de dividir la presencialidad de nominados en tres ciudades evitó el abarrotamiento de famosos, la sensación de estar ante una premiación exprés terminó por restarle puntos.

A continuación, algunos de los momentos más importantes, y las omisiones y modificaciones que más llamaron la atención, de unos Oscar que dejan un techo muy bajo de cara al 2022.

Nomadland, una topadora

Desde el vamos, Nomadland se perfilaba como la gran favorita de la noche. La película de Chloé Zhao fue una pequeña revolución para la pantalla grande, en un contexto en el que las salas de cine luchan por sobrevivir en el medio de cierres en cadena. El amor por Nomadland desarrolló una suerte de improvisado activismo cinéfilo (lo dijo la propia Frances McDormand, “vean la película en la pantalla más grande que puedan”), y en tiempos de cine por streaming, militar las salas no es poca cosa. Por ese motivo, por contar con una actriz que es símbolo del cine actual, y por una historia que en muchos aspectos condensa la esencia de un sector olvidado de Estados Unidos, el film ganó en las categorías dirección, actriz y película, tripleta perfecta que la corona como la gran pieza de la temporada.

Con esa victoria, Zhao se convierte en una de las realizadoras más prestigiosas del cine actual, que deberá asumir el riesgo de mantener su nivel ante el estreno de su próximo título, Los eternos, de Marvel Studios. Ese film, totalmente mainstream y alejado del espíritu indie de Nomadland, le permitirá confirmarse como una de las voces más importantes de su generación, sin importar el tamaño (o los millones) de los proyectos que encabece.

Por su parte, McDormand ganó su tercera estatuilla, luego de Fargo y Tres anuncios por un crimen. Después de brindar un discurso en el que citó una frase de Macbeth, ella dio un poderoso aullido, en homenaje al sonidista de Nomadland que murió recientemente a los 35 años. Ese instante, fue probablemente el más auténtico (y el más feral) de una velada que transcurrió de manera extremadamente planificada.

«Another Round» mejor película extranjera

Uno de los momentos que conectó de manera más genuina con el público tuvo que ver con el director Thomas Vinterberg. El autor danés, que ganó en la categoría mejor película extranjera por Otra ronda, le dedicó el premio a su hija, que falleció a los 19 años poco antes de comenzar el rodaje de ese film. Luego de confesar que comprendía esa historia como una “celebración de la vida”, Vinterberg visiblemente emocionado expresó: “Extrañamos y amamos a mi hija. Ella leyó el guion y le gustó muchísimo. Se suponía que iba a participar del proyecto. Elegimos hacer esta película como una especie de homenaje a ella. Lo que acaba de pasar esta noche es un milagro y es para ella”.

Otra de las figuras que al momento de obtener su estatuilla se llevó todas las miradas fue Yuh -Jung Youn, protagonista de Minari. La intérprete surcoreana es la primera de su país en recibir el Oscar, y la segunda actriz oriental en la historia de esos premios en ser distinguida. Cuando subió al frente por su victoria en el rubro actriz de reparto, y luego de mostrar su cholulismo por Brad Pitt, declaró: ”No creo que estemos compitiendo. ¿Cómo puede ser que yo le haya ganado a Glenn Close? La vi en tantas películas. Así que nosotras simplemente somos cinco nominadas y por cada una de las películas que hicimos, somos las ganadoras. Todas interpretamos distintos papeles, por lo que no podemos competir entre nosotras. Y esta noche, puede que yo haya tenido un poquito más de suerte”.

Glenn Close y Chadwick Boseman, sin estatuillas

Hace muchos años, se hablaba de Martin Scorsese como el eterno nominado sin victorias. Poco tiempo después, ese casillero lo ocupó Leonardo DiCaprio, que pudo romper la racha en 2016. Actualmente, es Glenn Close quien parece destinada a no recibir ningún Oscar. Con siete nominaciones en su haber, esta octava por su labor en Hillbilly, una elegía rural parecía finalmente el pasaje al triunfo. Pero eso no sucedió, y de ese modo, Close se convierte en la actriz que acumula mayor cantidad de nominaciones sin ninguna victoria. Sin embargo, y lejos de permitir que ese trago amargo le empañe la noche, la intérprete se convirtió en el centro de todas las miradas cuando improvisó un baile que indudablemente quedará como una de las pocas postales valiosas de los Oscar 2021.

Un mejor actor con gusto a poco

Es indudable que la carrera de Anthony Hopkins es una de las más importantes de Hollywood, y que el británico dejó huella en una gran cantidad de películas. A treinta años de su primer Oscar por El silencio de los inocentes, Hopkins obtuvo un segundo galardón -en este caso, por El padre-, y aunque ese premio se sintió merecido, la ausencia del intérprete terminó por restarle emocionalidad al momento, que justamente marcó el cierre de la ceremonia. De la mano con eso, también supuso una decepción para muchos que no ganara Chadwick Boseman, nominado en la misma categoría por La madre del blues. No se trata quizá de discutir quién de los dos logró un mejor desempeño, sino más bien señalar que la figura de Boseman no fue destacada formalmente con una estatuilla póstuma, un reconocimiento que podría haber aportado sensibilidad a la lavada transmisión.

Martín Fernández Cruz

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