Lollapalooza Argentina 2022, en vivo: los horarios, quiénes tocan y los accesos habilitados del Hipódromo de San Isidro

Nicki Nicole, LP, El Mató a Un Policía Motorizado, Doja Cat y The Strokes, entre muchos otros, se presentaron este sábado en el Hipódromo de San Isidro; el festival termina hoy domingo con el cierre a manos de Foo Fighters

Caminar en un gigantesco escenario vacío (de personas) durante una hora es para valientes o como parte de una estética que se impone o se estandariza.

En el primer día de Lollapalloza Argentina 2022 lo hicieron raperos como A$AP Rocky, y hoy lo hace Jack Harlow, que, con apenas 23 años y un primer álbum editado hace apenas 15 meses, es capaz de hacer saltar a una multitud con sus rimas durante sesenta minutos. Hay una fórmula que funciona. Esa que usó el noviecito de Rihanna la noche anterior y que, en esta segunda jornada, Harlow reproduce como de manual: un escenario dominado por pantallas, el juego de los visuales como gran protagonista estético, un artista que camina de derecha a izquierda y en algún momento de arriba hacia abajo (cuando desciende perfectamente custodiado, para saludar al público), y un MC que habla castellano con acento del norte de nuestra América para arengar al público y poner algunas palabras que la gente entiende.

Y no debe faltar una bandera argentina que llegue desde la platea para que el músico la cuelgue sobre su micrófono o la use de bufanda (tal el caso de Harlow). Mucho (quizás la mayoría) de lo que el rapero declame podrá quedar en el camino, a veces porque la audiencia desconoce el inglés o porque lo conoce, pero no está anoticiada de ciertos modismos y expresiones. Con todo, el rap funciona siempre y hay un público joven que (a pesar de ser una música que va para el medio siglo de vida) se siente actualizado en esa expresión de rima y ritmo.

Y así es como Harlow termina haciendo un ping pong de frases que van de su micrófono hasta el grito del público, en las últimas canciones de su set. El peor error es la subestimación de la audiencia. Evidentemente Harlow lo sabe. Pregunta en inglés: ¿Conocen las canciones, conocen las letras? Y serán varios los que levanten la mano. Pero él, que es bueno en lo suyo, dirá: “lamento decirles que me queda una canción y si me conocen, saben cuál será”, para sostener hasta el final esa confianza mutua que estableció con esa gran masa de almas desde el comienzo de su show.

Del perreo al soul, Doja Cat se impuso en el Samsung

Con el pelo rosa y su conjunto de pantalón y top negro con fucsia, Doja Cat alumbra el escenario Samsung y la rodean sus bailarinas. La rapera y productora norteamericana sabe llevar al público, va del perreo al soul con total soltura. Se sienta en la batería y le da a los bombos, invita al resto de sus músicos a seguirla, parece un acto tribal. Desde Los Ángeles a Buenos Aires en su primera visita al país, Amala Zandile Dlamini tiene en su sangre raíces africanas (su padre es sudafricano) y eso se traduce en su vibrante propuesta. Ella es toda una sensación en pleno ascenso y lo es también en las redes sociales. Con su influencia R&B, Doja rapea y se suma a los ritmos del momento pero lo hace de forma sutil.

Kehlani y un embriagador set a puro R&B

Mientras se aguarda el inminente lanzamiento de Blue Water Road, su tercer álbum de estudio, Kehlani concretó su debut en suelo argentino a través de Lollapalooza 2022 y de un set pleno de R&B contemporáneo. La cantante, compositora y bailarina oriunda de Oakland, que supo militar en el grupo juvenil PopLyfe, viene edificando una sólida trayectoria musical, dejando atrás una infancia sumamente dura y difícil. Con dos discos en su haber, SweetSexySavage (2017) y It Was Good Until it Wasn´t (2020), además de un atractivo background que incluye colaboraciones con Justin Bieber, aportes a las bandas de sonido de los films El escuadrón suicida y Rápido y furioso 8 y la apertura de giras para Demi Lovato y Halsey, respectivamente, Kehlani sabe cómo seducir e impactar al público con un puñado de canciones frescas y directas como “Can I”, “CRZY” y “Honey”. Hip hop, neo soul, toques de jazz y diversas ramas de la música negra confluyen en la voz cristalina, melodiosa y agradable de esta joven artista californiana influenciada notablemente por grandes estrellas de la talla de Erykah Badu y Lauryn Hill, entre otras. Al frente de una banda absolutamente femenina, le aportó al festival el soplo cool entre tanto agite trapero, al tiempo que estrenó “Little story”, uno de los temas que formará parte de su próximo trabajo discográfico.

Moby alguna vez dijo que el gran problema del Nü metal (aquel engendro de principios de los dos mil que combinaba heavy metal, rapeos y actitud red neck) fue que nunca entendieron las inflexiones del hip hop y se quedaron con lo superficial (el bling bling y el fronteo). Veinte años después, Machine Gun Kelly parece haber recorrido un camino similar, solo que en lugar de heavy metal hay emo y punk californiano popero al estilo Blink 182. Todo eso convivió, más en sucesivo que en simultáneo, durante su presentación como uno de los platos fuertes del Día 2 de Lollapalooza Argentina 2022.

Del emo-rock al trap, Machine Gun Kelly fue de “ay!”, su reciente colaboración con Lil Wayne, a “Misery Business”, un cover de Paramore que alguna vez supo tocar con Travis Barker, su productor y ex baterista de Blink 182. Distorsión por aquí, flow por allá. Lo del nacido en Houston tiene mucho de entretenimiento (hubo luces en el público como acción para promocionar el disco que sale la semana que viene) pero poco de profundidad más allá de la intensidad.
La emoción de Khea en su primer show pospandemia

“No me falta el ánimo”, advierte Khea al comenzar su show frente al campo, donde miles de personas le dan la bienvenida al rapero, cantante y compositor al caer la tarde. El joven artista protagoniza una puesta casi galáctica, enfundado en un traje con vetas de plata y emocionado por la vuelta a los escenarios tras una pausa de casi tres años. “Gracias por este intercambio. Es mi primer show después de la pandemia, que nos jodió a todos. Disfrutemos, necesitemos la música”, pronuncia con un sentido mensaje que dirige a una generación, la suya, a la que con arte y rima supo conquistar. Jóvenes emocionados viven su presencia en el festival con un entusiasmo desbordante. Tal es el caso de los correntinos Luka y Angelina, que viajaron desde su provincia para ver al artista. “Me gusta su estilo y verlo hoy con esta ropa bastante exótica. Es de los pocos artistas de Argentina que surgió desde abajo, lo veíamos desde que rapeaba en la placita”, dice el primero, de 15 años. Con “Mi cubana”, el rap gira al reggaetón. Le sigue “Tumbando el club”, tras lo que el rapero sugiere: “vamos a tumbar el Lolla”. Los presentes toman nota y corean rápido, manos en alto, el estribillo de la canción. Con varios invitados sobre el escenario, Khea disfruta. Se confunde alguna letra, pero se ríe y canta.

LP o el encanto de conmover con pequeñas grandes historias

En esta nueva y esperada visita a la Argentina, LP se mostró en muy buena forma y con Churches, su sexto álbum, bajo el brazo. “Me aburre sonar siempre igual” declaró en una oportunidad la destacada cantautora neoyorquina. Y si bien conserva su gusto por las baladas y los medios tiempos que la caracterizan, su presente musical abre el juego hacia el synth-pop, el country western y un espíritu más bailable, todos matices que, sin dudas, enriquecen su propuesta. Luciendo sus clásicas gafas oscuras, un ambo de tonos plateados y dueña siempre de una andrógina y algo misteriosa figura, Laura Pergolizzi conmovió al público con sus pequeñas grandes historias que invitan a un viaje íntimo y personal por el amor y sus múltiples manifestaciones, la nostalgia y las inseguridades propias de las relaciones humanas. Secundada por una banda sólida, y ya sea desde la guitarra o el ukele, LP se metió al público en el bolsillo con su particular registro de corte blusero y un set más rockero de lo esperado. “The One that you Love”, “When We’re High” y el celebrado “Lost on You” asomaron como los pasajes más destacados de su presentación.

Nicki Nicole y algunos de los mejores momentos del día

La rosarina contó en su set con dos de los crossovers más estelares del festival. “Hace poco fue el 8M, ojalá salgamos de acá con otra mentalidad”, dijo, e invitó a No Te Va Gustar para hacer “Venganza”. Y cayéndose del show, cuando todavía resonaba la cadencia sexy de “Wapo Traketero”, Bizarrap y Duki subieron a escena para una versión celebradísima de “Ya me fui”. En medio de eso, Nicki Nicole demostró su versatilidad yendo sin deslices del R&B (el estilo dónde más se luce) de “Entre nosotros” o “Años luz” a la cumbia de “Otra noche” (su feat con Los Ángeles Azules) y de ahí a la balada solo piano (“Plegarias”), al reggae (“Verte”) o al reggaeton (“Sabe”). Con banda o pista, sola o en duetos, cada día es más cantante.

Un viaje al repertorio del rock argentino con Litto Nebbia

Si un niño se pierde en Lollapalloza, puede ser rápidamente identificado por el registro de pulseras y devuelto a sus padres. Alguien con tono socarrón dice que si algún padre se pierde hay que ir a buscarlo al escenario donde está cantando Litto Nebbia. Más allá de la humorada, es cierto que cuando Litto sube a tocar al escenario Samsung, los primeros que se arriman son aquellos hombres y mujeres que peinan canas. Pero luego habrá otras generaciones que se acerquen a curiosear el repertorio de este músico que es, desde su banda Los Gatos en adelante, uno de los padres del rock argentino. Y sin duda resulta un buen plan, entre tanta novedad detrás de la que corre la grilla del Lollapalooza, sentarse en el césped de esta tarde soleada para viajar un rato en el tiempo y recordar o escuchar por primera vez temas de Litto (y de otros de su generación), como “El rey lloró”, “Solo se trata de vivir”, “Ayer nomás”, “Quien quiera oír que oiga”, entre otros que fueron hits hace casi medio siglo, como hoy lo son los temas de Duki, Nicki Nicole o las producciones de Bizarrap.

La hora de Taichu

Media hora fue suficiente. En el escenario Perry’s, Taichu, una de las nuevas figuras de la música urbana argentina, desplegó su puñado de canciones que combinan trap, hip hop, hyper pop y beats de reggaetón en su variante más espesa. Perreo, flow crudo, bases explotadas e invitadas de su círculo íntimo como Lara91k y Saramalacara y también la española Juicy BAE conformaron la fiesta trash. Para entender su propuesta, bien vale un fragmento del show. Después de entonar unos versos de “Umbrella” (Rihanna), aclaró: “Y este es el único tema de amor que voy a cantar hoy”.

Lola Indigo agita la tarde con su pop urbano

Tras las presentaciones de Moloko, Girl Ultra y Marc Seguí, el escenario Alternative queda en manos de Lola Indigo. Como parte del denominado La Niña Tour, la cantante, compositora y bailarina española despliega toda su energía y sensualidad con un comienzo bien arriba de la mano de “La niña de la escuela”, “Culo” y “Mala cara”. Desde una perspectiva signada por el pop urbano, Miriam Doblas Muñoz, tal su nombre real, navega cómoda por las aguas del trap y el funk con un mensaje que gira alrededor del empoderamiento femenino y la toma de conciencia acerca del rol protagónico de las mujeres en este último tiempo. Acompañada por una banda y un cuerpo de bailarinas de estricto look rosado, la joven que supo pasar por Operación Triunfo España contagia a un público adolescente e incluso infantil a puro rap, meneo y perreo, agradece a los artistas argentinos que colaboraron con ella (Khea, Big One, Tini) y comparte set con María Becerra ante el delirio de la multitud. También le manda “fuerza” a Tini, la “persona que hizo que yo pudiera estar acá”, comenta. A lo largo de un show que no da respiro, Lola brilla con “Mujer bruja”, “Las solteras” y “Ya no quiero na” y no oculta su emoción ante, por fin, su debut en Argentina.

El Mató a un Policía Motorizado

Un éxito recurrente en la programación de festivales es pautar a la banda de Santiago Motorizado en horas de la tarde, cuando el gran público empieza a asomar. Esta presentación en el Lollapalooza no fue excepción: su propuesta grave y soñadora, que incita tanto al movimiento como a la contemplación (la audiencia oscilaba entre el pogo, el baile y el reposo en el suelo) fue ideal para esta jornada de sol y fresco moderado. En sus pasajes más relajados sabe poner en un contexto suburbano la trilogía de Berlín de Bowie (”Nuevos discos”, “Más o menos bien”) y en los momentos energizantes (”Yoni B”, “Ahora imagino cosas”) deja en claro que comparte influencias con otro de los grandes números de la noche: los Strokes. Eso, y un cierre hitero con “Chica de oro”.

Un festival dentro del gran festival

Con Kidd Toto primero y Taichu después, el Perry’s Stage gana intensidad. Es el escenario reservado para la música electrónica, el trap y el hip hop más experimental y otros sonidos que invitan a bailar. Es una suerte de festival dentro del gran festival. Un rato antes, JXDN demostró que no solo es un fenómeno surgido en Tik Tok sino también un showman que sabe cómo entretener a su público cara a cara y en vivo.

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