Historia berreta para la gilada y para recaudar: Cóppola, Pradón y Maradona

Historia retro: ¿Coppola, Pradón y Maradona: ¿solo una artimaña ficcional para desviar la atención?
Julián Minuín y Adabel Guerrero, protagonistas del polémico filme.

La serie «Coppola, el representante» arroja luz sobre la supuesta relación amorosa entre la vedette y el Diez, presentándola como un montaje para contrarrestar los rumores sobre su verdadera relación. Esta semana, algunos protagonistas han reflexionado sobre aquellos años.

Como si estuviera enfrentando una crisis en la misión espacial, pero imbuido con su innata esencia porteña, el personaje de Guillermo Coppola, interpretado por Juan Minujín, responde su teléfono celular desde la cama y comenta: «Dieguito, hay un problema». Sin embargo, rápidamente encuentra una solución: «Creo que ya tengo la solución».

El tercer episodio de «Coppola, el representante», la exitosa serie de Star+ que gira en torno al emblemático representante de Diego Armando Maradona, no solo aborda el asesinato de Leopoldo «Poli» Armentano, el «Rey de la Noche», sino que también explora la relación sentimental entre «Guillote» y Alejandra Pradón, una de las vedettes más destacadas de los años noventa. O, más precisamente, la fabricación de dicha relación amorosa.

Según la serie dirigida por Ariel Winograd, esta supuesta conexión fue completamente ficticia, una estrategia de Coppola para desmentir los crecientes rumores que sugerían que Pradón era la amante de Maradona, quien aún estaba casado con Claudia Villafañe en aquel entonces.

«Tenemos más de 70 periodistas esperando afuera del teatro, no paran de preguntar sobre el romance entre Diego y…», le comenta a Coppola uno de los miembros del equipo de producción de la obra teatral en la que Pradón estaba trabajando en ese momento, interpretada por Adabel Guerrero en la serie. La cámara se centra en la expresión de preocupación de «Guillote», quien parece estar ideando una estrategia para volver a ser el héroe de la situación.

La gestión de la crisis por parte de Coppola en la serie sigue tres pasos, cada uno más audaz que el anterior. Primer paso: enfrenta a los periodistas, niega los rumores y sugiere que alguien podría estar utilizando el nombre de Maradona para vender más entradas para la obra teatral. Luego, se retira a descansar, argumentando estar muy cansado. Segundo paso: con la ayuda de «Poli» Armentano, Coppola organiza una cena con Pradón en un restaurante, donde son fotografiados juntos de manera afectuosa para que los paparazzi tengan material. Sin embargo, desde la calle, nadie puede escuchar las conversaciones estratégicas entre Coppola y Pradón. Por último, el tercer paso implica organizar una entrevista en el programa de Susana Giménez, donde la pareja aparecerá públicamente por primera vez.

Durante la entrevista televisada, Coppola guía a Pradón mientras ella baila, interviene cuando ella habla demasiado y, al final, se retira del estudio sin ella. Esta entrevista, al igual que toda la serie, está «inspirada en hechos reales», como se indica en la introducción de cada episodio. De hecho, en septiembre de 1998, Coppola y Pradón fueron entrevistados juntos en el programa de Susana Giménez, aunque las circunstancias exactas pueden haber diferido de la representación en la serie.

Después de la emisión del tercer episodio, Pradón expresó su descontento con la serie, afirmando que no le gustó cómo se retrató su relación con Coppola. Sin embargo, la verdad detrás de estos eventos sigue siendo ambigua, con algunos espectadores convencidos de que la versión ficticia presentada en la serie es en realidad la realidad, mientras que otros insisten en que es solo una fachada para proteger la reputación de Maradona.

Coppola, en una entrevista posterior, insistió en que todo lo mostrado en la serie es ficción, dejando la interpretación final en manos de los espectadores.

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