En el umbral de la mitad del juego y ante una nueva gala de eliminación, casi todos los habitantes de la casa de Gran Hermano se encontraban en la cuerda floja. De hecho, 9 de los 12 participantes estaban en riesgo de ser expulsados. Ya fuera por sus propios errores o por los votos de los demás, muchos concursantes estaban en peligro de abandonar la competencia. ¿Quién sería el próximo eliminado del certamen?
El nerviosismo impregnaba la atmósfera de la casa, y esta sensación era palpable en las conversaciones entre los concursantes. Las «Superpoderosas», en particular, mostraban su ansiedad. «Ay Dios, no quiero pasar por esto, te lo juro», expresó Zoe sobre el momento que estaban a punto de enfrentar. Rosina, por su parte, respondió: «La verdad es que yo tampoco, porque realmente es como una incertidumbre, es decir, que no tienes ni idea de quién se puede ir».
Estas tres amigas se encontraban en esta situación después de haber sido sancionadas por interactuar con el exterior. Con el juego alcanzando un momento crucial, entendían la importancia de superar esta prueba. Por eso, Lucía dijo: «Ver esta placa como un logro, si la superamos. Ni siquiera me votó, es decir, nunca me votó la casa».
Así las cosas, una vez iniciado el programa, Santiago del Moro anunció el primer concursante salvado: Nicolás. El joven recibió solo el 0,2% de los votos. «Es una sorpresa tremenda, no me lo esperaba, estábamos pensando qué podría pasar, quiero agradecer, vamos a ver cómo sigue todo», expresó el chico.
El siguiente en abandonar la placa fue Martín Ku, quien expresó: «No lo puedo creer, salir tan pronto de la placa es una sorpresa muy grande. Gracias a todo el mundo».
En la tribuna, su novia celebraba con una camiseta rosa con su cara. Rosina fue la tercera salvada (con el 0.99% de los votos). Al enterarse de la decisión del público, se abrazó con su grupo y agradeció la decisión del público.
Luego le siguió otra «Superpoderosa», Zoe, que fue la cuarta salvada con el 1,3% de los votos. El quinto en alegrarse fue Emmanuel, que se levantó del sillón de la alegría y dio un giro (salió de la placa con el 2,1%). Así, los cuatro jugadores restantes: Furia, Lisandro, Manzana y Lucía, fueron a buscar sus maletas.
En el confesionario, Lisandro expresó su deseo de continuar en la casa: «Van seis placas, quiero quedarme hasta el final. Soy la misma persona desde el día uno. Me han conocido con mis enfados, mis malos humores, mis risas. Me he equivocado, he intentado jugar de una manera, me di cuenta de que no era así e intenté mejorar y aprender. Demuestro los valores que me enseñaron mis padres».
Furia también aprovechó su momento y habló ante el público: «Quiero quedarme porque así soy yo, a veces puedo apagarme un rato y a veces hay cosas que no me aguanto y las digo. Soy lo que ustedes eligieron, gracias por los aplausos siempre. Estamos a mitad de camino, creo que si llegué hasta aquí es por algo y porque represento muchas voces en algunos que me ven y se sienten identificados. Quiero jugar la semana que viene por la casa».
Una vez que Santiago del Moro reapareció en pantalla mostró el sobre plateado y anunció que el sexto salvado era Manzana. La cara de Furia mostraba su preocupación y la desilusión por continuar en la placa en esa instancia.
Pero la tristeza no duraría mucho, ya que con solo tres participantes nominados, el conductor anunció que la nueva concursante en abandonar la casa más famosa del país era Lucía. Las cifras mostraron que la joven salteña se fue con casi la mitad de los votos: Lisandro (19,5%), Juliana (32,8%) y Lucía (47,7%).
Por último, Santiago del Moro comunicó que a partir de ahora comenzaría la votación para el repechaje y que este martes la casa viviría una nueva edición de Congelados.
