Porsche presentó oficialmente en la Argentina su nuevo 911 GT3 (Serie 992), una de las versiones más extremas de la marca de autos deportivos, que llega con un tratamiento distinto al resto de la gama para incrementar las sensaciones de deportividad.
Esta llegada incluye dos particularidades muy llamativas. La primera es su precio, ya que en nuestro país se vende a un valor de 557.000 dólares. Y la segunda es que su flamante poseedor es la primera vez que se compra un auto de la marca. Un segundo ejemplar será vendido más adelante.
Ese exagerado valor es producto de las cargas impositivas que tienen los autos hoy en Argentina, en donde el impuesto conocido como «impuesto al lujo» puede hacer subir exponencialmente el precio de un vehículo. Por ejemplo, este modelo en los Estados Unidos arranca en los 161.000 dólares.
A pesar de tener una silueta muy similar al resto de los 911 de Porsche, la preparación y la mecánica que lleva esta cupé lo hacen un auto muy distinto a la hora de conducirlo.
Por ejemplo, y a diferencia de otras versiones del modelo que llevan motor turbo, este GT3 conserva un propulsor atmosférico (de aspiración natural) que entrega la fuerza y la potencia de otro modo respecto de los sobrealimentados. Por lo que las sensaciones de manejo también son distintas.
Una bestia para brillar en pista
Al estilo inconfundible del 911, esta versión GT3 se carga de una serie de elementos aerodinámicos pensados para mejorar el rendimiento bajo exigencia extrema, como puede ser, por ejemplo, una pista de carreras.
La aerodinámica de este modelo se beneficia de las experiencias adquiridas por la marca en competencia y genera una carga aerodinámica significativamente mayor sin afectar el coeficiente de resistencia.
Esto lo logra gracias al gigantesco alerón trasero que puede variar su ángulo y, por lo tanto, la presión que ejerce hacia abajo para mantener la traza en curvas de alta velocidad.
A pesar de una carrocería más ancha, ruedas más grandes y características técnicas adicionales, el peso del nuevo GT3 está a la par con su predecesor. Con caja de cambios manual pesa 1.418 kilos, con la automática de doble embrague, 1.435 kilos. Se trata de valores relativamente bajos para un modelo de este calibre.
La explicación ese peso contenido se explica por el capó hecho de plástico reforzado con fibra de carbono, ventanillas de vidrio liviano, discos de freno optimizados, las llantas de aleación ligera forjadas y el sistema de escape deportivo, que reduce el peso en no menos de diez kilos.
El motor es un bóxer de seis cilindros y 4.0 litros basado en el tren motriz del 911 GT3 R, usado en carreras de resistencia. Según la empresa alemana, entrega un sonido impresionante. Porsche lo describe como «una máquina de conducción brillante: eficiente y emocional, precisa y de alto rendimiento, perfecta para el circuito y excelente para el uso diario».
Su ficha técnica indica que entrega una potencia de 510 caballos de fuerza y un torque (momento de fuerza máxima) de de 470 Nm. La velocidad máxima que alcanza es de 320 km/h y puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y de 0 a 200 km/h en 10,8 segundos.
A pesar de esos impresionantes números, el dato revelador que demuestra la evolución alcanzada está en el tiempo de vuelta. Durante las pruebas finales, el GT3 dio una vuelta en la sección norte de Nürburgring, tradicionalmente usado como campo de pruebas para todos los autos deportivos desarrollados por Porsche.
Resultó ser más de 17 segundos más rápido que su predecesor. El piloto de desarrollo Lars Kern tardó solo 6:59,927 minutos en una vuelta completa de 20,8 kilómetros.
El habitáculo del nuevo 911 GT3 tiene genes de competición. La cabina está en línea con la generación de modelos actual pero con varios detalles especiales. Uno es la pantalla de pista: con solo tocar un botón, reduce las pantallas digitales a la izquierda y a la derecha del cuentarrevoluciones central, que alcanza hasta 10,000 revoluciones, para dejar solo información necesaria para pista.
