La disparada del dólar: cómo le irá a la economía argentina en el segundo semestre

La segunda mitad de 2022 encontrará a la Argentina en un escenario con muchas señales de alerta e indicadores negativos; el deterioro del poder adquisitivo será una de las manifestaciones de los desajustes; qué proyecciones hacen los analistas
Dolar hoy

Falta de dólares. Exceso de pesos. Suba de tasas de interés. Inflación acelerada. Déficit energético y turístico. Fragilidad en las reservas del Banco Central. Más control a las importaciones.

Actividad estancada. Deterioro del poder adquisitivo. Caída en el consumo. Tensiones internas en el Gobierno. Incumplimiento de las metas con el FMI.

El segundo semestre encontrará a la Argentina en un escenario económico complicado, por sus desequilibrios de largo plazo y también por una coyuntura global adversa para los países emergentes. En ese contexto, el panorama para lo que queda de 2022 no escapa de la inercia de los últimos meses: presión sobre los precios y la brecha cambiaria, con riesgos de una escalada, y débiles proyecciones en materia de empleo. Todo ello, con la política que ya tiene la mira puesta en el electoral 2023.

Mientras la imprevisibilidad de la agenda local convierte al segundo semestre en el largo plazo, las proyecciones de economistas y analistas advierten sobre un escenario de aceleración de la inflación. Luego de acumular 29,3% en los primeros cinco meses del año y de haber llegado a su mayor valor desde 1991 para ese período, las estimaciones marcan un piso por encima del 70% para todo 2022. El consenso de 47 consultoras y centros de estudio encuestadas en la última edición del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central (hecha a fines de mayo) sostiene que el actual año cerrará con una inflación de 72,8%, casi 7,5 puntos porcentuales por arriba de la estimación realizada en el mes previo.

Los aumentos de precios regulados (tarifas, salud y combustibles, entre otros), el mayor ritmo de ajuste del tipo de cambio y las proyecciones de mayor emisión para cubrir parte del rojo fiscal son factores que motivan ese empeoramiento en las proyecciones de los analistas, quienes observan una fuerte inercia de precios en alimentos y otras categorías claves de productos.

“La inflación se va a sostener elevada, por lo menos al principio y por unos cuantos meses va a estar por arriba del 4%; es difícil pensar que vaya a estar por debajo de esa cifra”, plantea el economista Gabriel Caamaño, director de la Consultora Ledesma, quien advierte respecto de tres factores que tienen su peso: los ajustes pendientes en materia de precios de los combustibles, dado el incremento en el valor internacional de la energía; las subas pendientes de las tarifas de servicios públicos, y la emisión monetaria, que se concentra en la segunda mitad del año.

Mientras el Gobierno encuentra un signo positivo en la baja de tres meses consecutivos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) –las mediciones privadas ya advierten que la tendencia se interrumpirá en junio–, lo cierto es que si se considera la inflación núcleo de los últimos tres meses (6,4% en marzo, 6,7% en abril y 5,2% en mayo) y se la anualiza, la cifra se ubica por encima del 100%. En ese sentido, hay voces que advierten sobre los riesgos de que el camino alcista de la inflación la lleve a ubicarse en las tres cifras. Es el caso de Fernando Navajas, economista jefe de FIEL, quien advierte sobre la “fuerza inercial” de los precios y los factores que contribuyen a acelerar su ritmo de suba.

“En el segundo semestre, la actividad se va a frenar; en el año el PBI se expandirá un 3,5%, pero se explica bastante por el arrastre estadístico” (Miguel Kiguel, Econoviews)

“Lo que te define una inflación anual de tres dígitos es tener un 5,9% de inflación mensual que se va acumulado, es decir que la discusión es en torno a si vas o no al escalón del 6%”, dice el especialista, quien plantea que en 2022, luego del shock de marzo, el piso se ubica en un nivel más alto que el que traía.

“La tasa de devaluación se ha ido corriendo necesariamente al 4%, cuando venía al 2%, las tarifas han saltado y los salarios pasaron al 5% mensual. Esos elementos, en este contexto en el que hay una inercia muy grande, hace que cualquier fósforo o cualquier shock de corto plazo te lleve a un escalón más alto y quedes en los tres dígitos”, completa el economista.

Esteban Lafuente

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