El riesgo país imparable: superó los 3600 puntos

Tal como viene ocurriendo en las últimas semanas, las pérdidas generalizadas de las bolsas del mundo arrastraron una vez más a los ya ultra castigados bonos y acciones locales, que iniciaron la semana con pérdidas respectivas de hasta 10% y 35%.

Si bien el panorama internacional luce considerablemente menos hostil este martes, los bonos soberanos locales volvían a operar en rojo y provocaban una nueva suba del riesgo país. El índice que mide el banco JP Morgan crecía 64 unidades y alcanzaba así los 3608 puntos básicos, nuevo récord para los últimos 15 años. Cabe recordar que durante la jornada de ayer el índice duplicó los valores que exhibía a principios de año.

Los títulos de renta fija cotizantes en dólares bajo ley extranjera perdían entre 1,2% y 3,2% este martes, y acumulaban así caídas de entre 33% y 40% en el último mes. Las paridades, en tanto, llegan así hasta la temida zona del 30%, lo que podría atraer la atención de fondos buitre.

Para los bonos en dólares bajo ley local el escenario no era precisamente mejor. Perdían hasta un 8,6% liderados por el Bonar 2037 (AA37). Las caídas también eran pronunciadas para el PARA, que se hundía un 7,7%.

Tendencia mixta en acciones

Los instrumentos de renta variable, en tanto, mostraban una tendencia mixta esta martes, con pérdidas de hasta 5% en la plaza bursátil local y rebotes de hasta 4,3%. Ante ello, la Bolsa porteña operaba con limitadas pérdidas, tras desplomarse un 9,67% en la víspera, ante la persistente retracción compradora de activos de riesgo por el temor a una recesión global por causa de la pandemia de coronavirus.

El índice líder S&P Merval, que acumula una caída cercana al 40% en lo que va del año, retrocedía un leve 0,5% a 25.560 unidades en un contexto de limitadas operaciones,

Sin embargo, operadores no descartaban un rebote de precios intradiario dados los bajos precios de las acciones. «El adverso ambiente externo se combina con una frágil economía doméstica que tiene escasas herramientas para amortiguar el impacto económico del coronavirus y además enfrenta un complejo proceso de reestructuración de deuda», dijo Gustavo Ber, economista de Estudio Ber.

Tomás Carrió – El Cronista

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