Economía. «No hay viento favorable para el que no sabe adonde va»

Ricardo Arriazu: “El extranjero quiere ver a la Argentina cambiar y una parte política obviamente va en la dirección incorrecta”.

Consideró que el país podría crecer al 3% anual, y hasta 4% si vuelven las inversiones; además criticó la sanción de Diputados por una la fórmula de movilidad jubilatoria; qué condiciones deben darse para la reactivación económica.

Hace alrededor de dos mil años, el filósofo Séneca dijo: “No hay viento favorable para el que no sabe adónde va”. Esa fue la frase que tomó el economista Ricardo Arriazu para subirse al escenario del 10° Latam Economic Forum y disertar sobre la situación que atraviesa el país, tras años de caída en la actividad económica, y analizar los sectores que podrían reimpulsar el crecimiento.

“En el año 1900, teníamos un PBI per cápita que era tres veces el promedio mundial. Ahora, tenemos una vez el promedio mundial. Es decir, venimos de 120 años de decadencia”, planteó. Para el economista, el Gobierno que encabeza Javier Milei tiene un programa económico que se divide en dos partes: bajar la inflación y realizar reformas estructurales. Sin embargo, recordó que sin la primera condición nunca llega la segunda, y viceversa.

“En lo que va de este año tenemos 71% de inflación, caída del PBI, baja del empleo, del salario. ¿Qué esperaban con un salto devaluatorio del 150% para exportaciones y 300% para importaciones, con un ajuste fiscal de siete puntos del producto? ¿Quién creen que lo pagan? ¿Los extranjeros? Es un impuesto que nos costó US$89.000 millones a los argentinos. Esa es la baja del valor de los pesos que tienen los argentinos. Pero la segunda parte, viene completamente escandalosa. Y lo de anoche, es una vergüenza; porque en el fondo, lo que hacen es hacer más pobre a los jubilados”, señaló, en referencia al cambio en la fórmula jubilatoria que se aprobó en Diputados (y aun debe pasar por el Senado).

Tras el shock inicial en diciembre, Arriazu señaló que los precios mayoristas empezaron a converger a una inflación del 2%, a la par del tipo de cambio oficial. Y que debería suceder lo mismo con las tarifas de servicios públicos, una vez que se alcance la recomposición tras el atraso acumulado en los últimos años, para después seguirle los salarios. “¿Y qué pasa si en el medio hacen otro salto cambiario?”, agregó, para debatir con los analistas que consideran que el tipo de cambio real está atrasado.

“¿Por qué empeoró estos días el riesgo país? Porque el extranjero quiere ver a la Argentina cambiar. Y cuando veo lo que pasa en la discusión pública, el Congreso, los sindicatos… está claro que la Argentina no quiere cambiar. Nadie sabe cuál será el resultado real”, dijo en un panel conducido por Claudio Zuchovicki, y en el que también participó el analista Damián Di Pace.

Con una cuota de optimismo, Arriazu consideró que este año es una mezcla de 2002 (año de devaluación y caída del salario real) y 2010 (año de recuperación de la sequía y el crecimiento del PBI). El economista consideró que en marzo la Argentina alcanzó un piso para el PBI, y que en los próximos meses debería repuntar, mientras que el consumo debería haber comenzado su reactivación en mayo. El único riesgo que existe en la actualidad, dijo Arriazu, es que haya una crisis política que detenga esa dinámica.

El analista aseguró que tras 19 años negativos asociados, con crisis en la balanza de pagos, si se resuelve ese problema, la Argentina pasaría a crecer alrededor del 1,5% hasta 3,5% por año “sin hacer absolutamente nada”. Y, si además aumenta la inversión y cae el riesgo país, ese número podría escalar al 4% anual. Sectores como el energético, la minería, la economía del conocimiento, el campo y el turismo podrían ser las áreas claves para potenciar esa dinámica.

“Es un enorme potencial. Pero la Argentina es el país de las oportunidades perdidas, nunca lo logra. Y esta vez no sé si lo vamos a lograr. Hay un programa económico que va en la dirección correcta. Hay una parte política que obviamente va en la dirección incorrecta. Lo que tenemos que aprender es que salir de esta decadencia es una tarea de todos los argentinos. El gobierno solamente tiene que hacer lo que tiene que hacer. Básicamente, restaurar los equilibrios macroeconómicos, resolver los cuellos de botella. Yo les acabo de mostrar la cantidad de cosas que pasarían en la economía sin ningún programa económico detallado, puramente eliminando los desequilibrios macroeconómicos y dejando que la iniciativa privada realmente surja. La base del desarrollo es el empresario innovador. Pero tiene que tener las condiciones macroeconómicas, y el Estado es el que tiene que dar esas condiciones”, cerró.

Melisa Reinhold

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