Fernando Marengo, Chief Economist en BlackTORO; María Castiglioni Cotter, Directora de C&T Asesores Económicos; y Milagros Gismondi, economista en Cohen Aliados Financieros
Expertos analizaron la coyuntura económica en un debate organizado por el IAE Business School
En un encuentro organizado por el IAE Business School, tres economistas analizaron los desafíos que enfrenta el Gobierno en materia cambiaria y financiera. Milagros Gismondi (Cohen Aliados Financieros), Fernando Marengo (BlackTORO) y María Castiglioni (C&T Asesores Económicos) debatieron sobre la estabilidad del dólar, el riesgo país y las perspectivas macroeconómicas.
La discusión giró en torno a dos variables centrales: el dólar y el riesgo país. Según coincidieron los especialistas, ambos factores definen el escenario de corto plazo y condicionan tanto la recuperación de la actividad como la desaceleración de la inflación, considerada hoy la principal prioridad oficial.
Los analistas remarcaron que, tras la flexibilización del cepo, el mercado mostró señales de estabilidad y que la inflación comenzó a moderarse. Sin embargo, advirtieron sobre la fragilidad de las reservas del Banco Central (BCRA) y el elevado riesgo país, que dificulta el acceso al financiamiento internacional.
“La flexibilización del cepo se implementó con mucha calma, como se buscaba. Viene funcionando bien y eso probablemente se mantenga”, afirmó Gismondi.
La economista explicó que el tipo de cambio se movió dentro de la banda establecida, y señaló que cuando el valor se acercó al centro de esa franja, comenzó a retroceder; y cuando tocó el piso —en torno al 1% mensual previo del crawl— volvió a subir. “La gran ancla del programa es lo fiscal”, remarcó.
Además, enumeró otras herramientas que acompañan al esquema actual: una tasa de interés en pesos real positiva que incentiva el ahorro en moneda local, operaciones en el mercado de futuros (US$409 millones en abril), regulaciones para Obligaciones Negociables de empresas, posibles subas en las retenciones desde julio, y el nuevo Bopreal, aún sin emisión efectiva.
En cuanto a la competitividad, Gismondi advirtió que “aunque hay menos regulaciones y una presión impositiva algo menor, muchos sectores están sintiendo el impacto”. Destacó que el superávit comercial se redujo de cerca de US$7000 millones en el primer cuatrimestre de 2024 a unos US$1600 millones en igual período de 2025, lo que evidencia una cuenta corriente cada vez más deficitaria, tanto por el comercio como por servicios, como el turismo.
Por su parte, Castiglioni subrayó el efecto positivo de la liberalización cambiaria sobre los precios. “La evolución del dólar fue mucho más benigna de lo esperado, y eso alargó el horizonte. Muchos decidieron no subir precios o incluso bajarlos”, explicó. Indicó que esta tendencia se observó no solo en alimentos, sino también en otros bienes y servicios.
Aun con la corrección de precios relativos, la economista valoró que el Gobierno logró una desaceleración inflacionaria. “Desanclar el tipo de cambio de los precios locales va a llevar tiempo, pero ya se están sentando las bases para lograrlo. Hoy, para entender hacia dónde van los precios, hay que mirar las cuentas públicas”, afirmó.
Marengo, en tanto, destacó la disciplina fiscal del actual Gobierno. “Argentina con superávit no se vio nunca”, sostuvo. Sin embargo, identificó un gran obstáculo: “el problema reputacional”. “Somos el país con más reestructuraciones de deuda en el mundo”, argumentó al explicar por qué el riesgo país sigue alto frente a otras economías de la región.
A ese factor, sumó un componente político: la incertidumbre que genera el proceso electoral de medio término. “El mercado está cauteloso y quiere ver qué pasa con las elecciones”, dijo. No obstante, insistió en que la reputación es el mayor escollo. “Eso obliga a sobreactuar, a mostrar resultados contundentes”.
En este contexto, consideró clave que el país acumule reservas. “Eso es lo que el inversor observa como señal de capacidad de pago”, apuntó. También destacó el carácter bimonetario de la economía y el impacto que una baja demanda de pesos —provocada por factores externos como una devaluación en Brasil o un conflicto geopolítico— puede tener en el mercado cambiario. “Sin intervención del BCRA, si la demanda de dinero cae, el dólar podría dispararse dentro de la banda. Y si sube 25%, los precios también lo harán. Aunque el Gobierno diga que no va a convalidarlo monetariamente, si no se acumulan reservas, ese esquema cambiario es vulnerable”, concluyó.
Desde el 1° de junio, los combustibles aumentarán en promedio un 1% en las estaciones…
El Tribunal Oral Federal N°4 ordenó la detención de seis personas condenadas en la causa…
En un acto que reunió a toda la comunidad educativa de Miyuyoc, el Colegio Farmacéutico…
La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) informó que a partir de junio comenzará…
El piloto argentino Franco Colapinto participó este viernes en las Prácticas Libres 1 y 2…
La misión MAVEN detectó por primera vez un proceso clave en la fuga de gases…