Crisis inminente: el sector energético nacional al borde del colapso

En medio de pronunciadas alzas en las tarifas de electricidad y gas, una medida gubernamental ha llevado al sector energético al borde de una crisis inminente.
Crisis energética

El impacto de este ajuste se ha sentido con fuerza en Cammesa, la empresa encargada de la intermediación en el mercado energético, la cual requiere con urgencia fondos del Tesoro para cumplir con los pagos a los generadores del sector. «Nos encontramos en medio de lo que podría describirse como una tormenta perfecta», afirmaron representantes de la compañía estatal. La respuesta del Ministerio de Energía.

Según anunció el Gobierno, a partir de marzo, las facturas de electricidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) experimentarán incrementos de hasta un 150%, mientras que en el caso del gas se espera una situación similar próximamente. En este contexto, una decisión gubernamental ha colocado al sector energético al borde de una nueva crisis, generando incertidumbre sobre cómo se llevará a cabo la transición en caso de que el plan de reducción de subsidios impulsado por el Gobierno tenga éxito.

La gravedad de la situación quedó patente en una reunión reciente del Comité Ejecutivo de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), donde uno de los participantes describió la situación como una «tormenta perfecta». La empresa se ha visto sin fondos para cumplir con los pagos a los generadores.

Cammesa, una empresa estatal que actúa como intermediaria comercial, enfrenta el desafío de cobrar a los distribuidores y pagar a los generadores. La distribución de energía eléctrica no es uniforme en todo el país, ya que cada provincia cuenta con su propia compañía distribuidora, ya sea estatal o concesionada, con tarifas propias. Durante los últimos gobiernos kirchneristas, se mantuvieron precios fijos que generaron disparidades regionales, siendo el Estado Nacional quien subsidiaba el costo mayoritario de la factura de los consumidores, es decir, el precio de la energía mayorista.

Sin embargo, las distribuidoras han dejado de pagar a Cammesa, argumentando que no pueden subsistir sin un aumento en las tarifas, lo que ha generado una deuda total que asciende a unos $400.000 millones hasta enero. Esta situación ha comprometido los compromisos de pago y ha llevado a las empresas a cubrir gastos operativos con los fondos no transferidos.

Por otro lado, Cammesa debe realizar pagos significativos a los generadores de energía, tanto de gas como de electricidad.

En una entrevista en Radio Mitre, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, destacó la importancia de que las tarifas reflejen el costo real del suministro y que los subsidios estén vinculados a la capacidad adquisitiva de la población.

A pesar de las afirmaciones del Gobierno de que se realizarán los pagos correspondientes, persisten dudas en el sector energético sobre la viabilidad de esta promesa y cómo se llevará a cabo. La incertidumbre se ve agravada por la falta de definiciones y detalles concretos hasta el momento, especialmente ante la implementación del esquema de déficit cero propuesto por Javier Milei.

En este escenario, se han elevado las preocupaciones sobre cómo se resolverá la acumulación de deudas y cuánto tiempo llevará normalizar la situación, lo que podría extenderse durante varios meses. Todo esto ocurre en medio del impacto que supone la reducción de los subsidios en el bolsillo de los usuarios, generando una verdadera tormenta perfecta.

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