Tras un fugaz empate de Boca Juniors, Racing consiguió la victoria en tiempo de descuento

Racing festejó en tiempo de descuento sobre un Boca alternativo y Sigali apagó el fuego en Avellaneda

Un cabezazo en la última jugada de su capitán Leonardo Sigali le dio la victoria por 2 a 1 a Racing sobre Boca, apenas minutos después de que el xeneize había conseguido una agónica igualdad transitoria. Parecía que ese tanto de Merentiel era otro bidón de nafta sobre Avellaneda, que atraviesa semanas convulsionadas. El fuego lo apagó Sigali, el referente del vestuario, el futbolista señalado por los hinchas luego de la salida de Gago. La corrida alocada del zaguero, sin camiseta, buscando acercarse a los simpatizantes es acaso la mejor muestra del momento que vive la Academia.

Racing y Boca. En el Cilindro de Avellaneda. Los mismos actores y el mismo escenario que el 30 de agosto de este año. Pero, esta vez, era otra obra respecto de aquella en la que los xeneizes avanzaron a la semifinal de la Copa Libertadores, la noche en la que que Sergio Romero fue el superhéroe de la definición por penales. De aquel Racing que soñaba con conquistar América y protagonizar el semestre queda muy poco. Boca, en tanto, viajó al estadio Presidente Perón casi como si fuera una obligación en el calendario. Llegó con los habituales suplentes y algunos juveniles.

Para Darío Benedetto, la excursión del otro lado del Riachuelo fue olvidable: su partido duró apenas ocho minutos, los suficientes para desperdiciar una clara situación de gol. Enseguida debió salir reemplazado por una molestia muscular. Su presencia en la final de la Copa Libertadores parece en duda. Sobre los 15 del segundo tiempo, también debió irse por motivos físicos Nicolás Valentini. Dos bajas preocupantes para Boca, sobre todo la del central, que asomaba como titular en Río de Janeiro, en lugar del suspendido Marcos Rojo.

Desde esa eliminación de la Libertadores, la Academia quedó también fuera de la Copa Argentina, perdió el clásico ante Independiente, renunció su entrenador Fernando Gago, complicó su presencia en los cuartos de final de la Copa de la Liga y, tras nueve años consecutivos de presencia, no aparece entre los equipos clasificados a las Copas de 2024. Un panorama complejo que hace subir la sensación térmica en la mitad celeste y blanca de Avellaneda.
Lo más destacado del triunfo de Racing

Con un triunfo en los últimos siete partidos, la salida de Gago no descomprimió el malhumor de los simpatizantes sino que dividió los destinatarios de la bronca: los hinchas ya no apuntan contra el DT sino que lo hacen contra los dirigentes, el manager Ruben Capria y los futbolistas. La hoja de ruta del club para lo que queda de este 2023 es sostener el interinato de Sebastián Grazzini y Ezequiel Videla, que fueron contratados hace un año para hacerse cargo de la Reserva, y en diciembre poder elegir un nuevo entrenador, con más opciones sobre la mesa. Lo que queda por verse es si ese plan va de la mano con el microclima caliente que hoy vive Racing. Y eso era lo que estaba en juego en el clásico ante Boca.

A 24 días de la sorpresiva salida de Gago, con el equipo puntero en su zona, la apuesta de mantener a Grazzini y Videla tiene que ver con que no hay un nombre que seduzca en el mediano plazo. Gustavo Alfaro, uno de los pocos nombres con los que Rubén Capria tuvo un contacto institucional, será el próximo seleccionador de Costa Rica en la preparación para el Mundial 2026. Luis Zubeldía, Martín Anselmi y Guillermo Barros Schelotto son los nombres que seducen a la dirigencia, en caso de que la dupla interina pueda quedarse hasta fin de año. Para eso, se sabe, hacen falta resultados: hasta este triunfo con Boca había sumado 1 punto sobre 6 ante Platense y Sarmiento, dos equipos que tienen objetivos distintos a los de Racing. Si, como ocurrió luego del clásico ante Independiente, la bronca popular se deglute otro entrenador, el nombre que aparece a mano es el del uruguayo Alexander Medina.

En ese panorama, apareció un nombre que estaba fuera del radar. El de Emiliano Vecchio. A los 11 minutos del segundo tiempo, el surgido de Rosario Central caminó hasta la mitad del campo para hacer su ingreso. Apoyó sus dos rodillas en el piso y agradeció a Dios. Era su regreso tras un año y diez días, el tiempo que estuvo fuera por una rotura de ligamentos cruzados. Si bien ya llevaba meses con el alta médica, Fernando Gago no solía incluirlo dentro de los concentrados porque durante su recuperación tuvo reiterados incumplimientos grupales, con ausencias a los entrenamientos incluidas. Eso, además, lo llevó a tener un distanciamiento con los principales referentes del vestuario.

Su ingreso, sin embargo, levantó a los hinchas. Y contó con el guiño de la suerte: a los 28 minutos le quedó la pelota mansa en el área. Definió con la clase que lo caracteriza. Parecía que ese 1 a 0 le daba a la Academia la calma que busca hace casi dos meses.

Pero la palabra calma parece no existir en el diccionario celeste y blanco. Cuando ya se jugaba el tiempo adicional, Miguel Merentiel, en el área chica, marcó la igualdad agónica. De nada sirvieron los defensores que acumuló la dupla técnica local, con el ingreso de Iván Pillud y Nazareno Colombo en lugar de Roger Martínez y Aníbal Moreno. Otra vez, el Cilindro se convirtió en una olla a presión. En el minuto 51, se descomprimió de la manera más impensada. Con ese salto de Sigali, el frentazo y la corrida que marcaba un desahogo necesario. El centro llegó desde el botín derecho de Vecchio. Son las caras de este triunfo. Con el abrazo final quedó expuesta la tensión que existe entre ellos. Como marca el desenlace agónico de este triunfo ante Boca, Racing necesitará de los dos para llegar a fin de año sin tanto fuego.
Nicolás Zuberman

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