Libertadores: Atlético Tucumán, eliminado por los penales

Allá por 2016, cuando se confirmó la clasificación de Atlético a su primera Copa Libertadores, las chicanas que recibía de la vereda de enfrente tenían que ver con la instancia a la que clasificó.

“Eso es un repechaje, jugar dos partidos previos no es jugar la Libertadores”, eran los comentarios que recibían. Seguramente habrá otros similares en este caso, una vez consumada la eliminación actual. Quizás hasta aparezcan debajo de esta nota, si usted está leyendo la versión online del diario.

Para desgracia de esos que se burlaban, Atlético llegó a la fase de grupos en ese entonces luego de dos magníficas llaves y no solo jugó la fase de grupos en 2017 sino que clasificó derecho a esa instancia en 2018. Anoche quedó a centímetros de cruzar la puerta de ese grupo H del que tanto se habló pero del que no podrá participar. Quedó eliminado pero pobre del que diga que el equipo de Ricardo Zielinski no jugó la Copa Libertadores 2020.

No solo disputó cuatro partidos sino que en las dos llaves que tuvo que enfrentar (The Strongest e Independiente Medellín) las definió por penales. Una instancia extraña en épocas en la que rige la regla del gol de visitante, aplicada justamente para evitar los penales.

¿Qué prueba más contundente para decir que Atlético jugó la Libertadores que haber vivido dos situaciones tan dramáticas con finales tan felices como tristes? Esa dicotomía de sensaciones en los jugadores “decanos” y sus hinchas, es prácticamente la esencia de la Copa Libertadores. Atlético probó el más dulce de los postres esa noche ante los bolivianos y el de ayer fue el más amargo en mucho tiempo.

Claro, el objetivo de todo el equipo este semestre era avanzar a la fase de grupos, seguir mostrando la mística que desplegó hasta aquí en las Copas y embolsar U$S 3.000.000, pero se fue del campo de juego con la frente bien alta.

La serie, como se preveía, fue parejísima. Los penales son una prueba fiel de ello. El partido ahora parece viejo y olvidable para todos pero estaba dentro de los planes para ambos entrenadores. Atlético se reagrupó tras el 0-1 en Colombia, fue superior en el primer tiempo e igualó la serie con el golazo de Leonardo Heredia tras la asistencia de Javier Toledo.

En el segundo tiempo, el “DIM” se animó a jugar y tuvo tres chances claras para liquidar la serie. Entre Cristian Lucchetti y sus defensores lograron despejar el peligro. Claro, el cabezazo final de Marcelo Ortiz podría haber dejado a Atlético clasificado pero se fue afuera. Nada que reprocharle a uno de los goleadores del equipo.

Leandro Díaz venía de fallar un penal en la serie de octavos de final de la Copa Argentina 2019. Seguramente, con su personalidad, pidió el primer penal luego de que Toledo fallara el primero de la serie ante The Strongest. Sin embargo, la presión con la que llegó a patear, fue tal que ni siquiera miró al arquero tirarse antes en la ejecución.

Quizás, ese bombazo afuera terminó condicionando a todo el equipo el resto de la serie, en la que se mantuvo hasta donde pudo. Los colombianos no fallaron y se quedaron con el boleto al grupo H.

Atlético se despide de la Copa, habiéndola festejado, habiéndola sufrido, habiéndola jugado. Y dignamente.

Por Nicolás Iriarte.

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