Copa Sudamericana: Colón no pudo pero fue un digno perdedor

ANTA FE.- Colón demostró estar a la altura de las circunstancias del futbol sudamericano, más allá de la derrota por 3 a 1 en la final de la Copa Sudamericana. La institución del sur de la ciudad, de 114 años de vida, construyó su pasión con muchos logros pero con pocos títulos deportivos tangibles.

El club, que demostró con la movida a Asunción ser uno de los más convocantes del interior del país, y que logró despertar el interés de la prensa internacional, fue fundado el 5 de mayo de 1905 como el Colón Foot-Ball Club, hasta que en 1920 se adoptó el nombre actual. Nació como un club de fútbol y es la principal actividad que se lleva a cabo a nivel profesional desde 1913 cuando se afilió a la Liga Regional Santafesina de Foot-Ball.

Saben todos que el camino recorrido estuvo siempre lleno de obstáculos, sinsabores y muchas frustraciones. Desde la vieja Liga Santafesina de Fútbol, la afiliación a la AFA en 1948, la presencia de Eva Perón en su estadio, las categorías C y B, la legendaria y aún siempre recordada victoria ante el Santos de Pelé -el 10 de mayo de 1964-, el ascenso del ’65, el equipo de Miguel Antonio «El gitano» Juárez en la década del 70, el regreso a Primera del ’95 que fue fundacional de un Colón que se transformó en un club que recorrió un camino de crecimiento permanente, las copas internacionales, los nombres propios de dirigentes, jugadores y entrenadores que le fueron dando forma a la historia de la institución del barrio Centenario.

Hubo muchos hitos en la vida de esta institución. Una de la más recordada se registró en 1992 cuando el estadio «Brigadier López» tenía sentencia de remate. Se había fundido Temperley y Colón iba por el mismo camino. Hasta que José García, desde el Fondo Rojinegro, impulsó a un tal José Néstor Vignatti, un chacarero con explotación agropecuaria 100 kilómetros al norte de la capital. Desde entonces, Colón comenzó a escribir diferentes lindas páginas de su historia. Pero pasó bastante agua bajo el puente hasta llegar a esta realidad.

Desde aquel 26 de septiembre, cuando el arquero uruguayo Leonardo Burian se convirtió en el héroe de la semifinal en Brasil ante los 40.000 hinchas del Mineiro, todo quedó reducido a un solo partido. Como si los 114 años de historia del Club se comprimieran tanto, que algunos se dieron cuenta que el partido ante el Santos de Pelé fue «solo un amistoso» o que el triunfo histórico por 1 a 0 en el Morumbí -el primer equipo argentino en lograrlo en tiempo reglamentario- «no sirvió de nada» o que la victoria más recordada en un clásico dejó «sabor a poco».

Colón concretó su cuarta participación en el certamen sudamericano (antes lo había disputado en 2003, 2012 y 2018), pero fue la primera vez que llegó al choque decisivo. Se midió por primera vez ante un club ecuatoriano. Su rival, en cambio, ya tenía experiencia: en 2016 perdió la final de la Copa Libertadores ante Atlético Nacional (2-1 en el global). «Los Rayados del Valle», como se los conoce en la región, jugaron por tercera vez la Sudamericana (las anteriores, en 2013 y 2014).

La pasión sabalera en AsunciónLa pasión sabalera en Asunción Fuente: AFP
Para protagonizar esta final, antes derrotó a uno de los mejores equipos argentinos en la actualidad, como Argentinos Juniors; eliminó a un duro rival como Atlético Mineiro en la semifinales. Por esta razón nadie se animó a desmerecer el camino transitado, porque equipos como Independiente, Corinthians o Racing, quisieron estar hoy donde está este equipo sabalero.

Hubo decisiones trascendentes este año. La contratación de Pablo Lavallén para dirigir un equipo que se fue formando a medida que llegaban jugadores. Quizá el caso de «La pulga» Rodríguez fue el más determinante. El tucumano llegó a principios de este año envuelto en miles de sinrazones y conjeturas que lo acercaban a la política. Poco importó todo esto porque con su calidad futbolística rápidamente se ganó el corazón de los Sabaleros. Más de la mitad de los goles se convirtieron por él o por una jugada que él inició. Es tan importante su presencia en el terreno de juego qué Colón nunca pudo ganar sin él dentro del once titular. Luis Rodríguez es el emblema de este equipo. Es el referente positivo que camino al club a esta final histórica.

El resto lo contará la historia. Colón ya escribió parte de la suya.

Por: José E. Bordón.

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