Carlos Alcaraz pasó a número 1 ante Sinner y jugará su primera final de Roland Garros

Carlos Alcaraz, a la final de Roland Garros

Su sueño de niño está a una victoria de cumplirse y todo gracias a su ejercicio de superación este viernes en la semifinal ante Jannik Sinner y que terminó con un 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3, en 4 horas y 9 minutos.

El tenista, que bate por donde pasa récords de precocidad, es el profesional más joven en plantarse en finales de ‘Grand Slam’ en tres superficies distintas: dura, tierra y hierba. La gloria espera este domingo contra el ganador del cruce entre Alexander Zverev y Casper Ruud.

Sinner empezó mejor, más dentro y menos nervioso. La situación recordaba a la semifinal del Masters 1000 de Indian Wells, donde la racha de victorias del italiano en la presente temporada tocó a su fin ante el mismo adversario.

Jannik ganó entonces el primer set por 6-1. Alcaraz cedió este viernes los dos primeros turnos de saque. El primero con una derecha a mitad de pista que no pasó la red. El marcador, en un abrir y cerrar de ojos, era de 4-0 en 16 minutos.

Muchas cañas para el murciano, que no encontraba el ritmo en la central Philippe Chatrier. La grada le aplaudía porque quería ver un partido emocionante entre el nuevo ‘Big Two’ de la raqueta.

El pupilo de Juan Carlos Ferrero tardó 21 minutos en estrenar su casillero. El 4-1 parecía imposible de remontar, pero Carlitos se puso manos a la obra. Un revés mordido de Sinner significó el primero de los ‘breaks’ del doble campeón de un grande.

Lo que pasa es que después, desperdició un 40-15 para situar el 4-3. Perdió su tercer servicio de los cuatro efectuados. Demasiados para tener opciones de anotarse la manga inicial.

Con el tanteo en contra tocaba reaccionar. Alcaraz sufría en cada saque. El tenista de San Cándido se encontraba muy cómodo desde la devolución esperando a que llegara el error desde el otro lado de la red.

De los cinco primeros servicios, había cedido cuatro. En el palco destacaba la presencia de Gustavo Kuerten, el mosquetero que reinó en 1997 y 2001, verdugo de Sergi Bruguera y Álex Corretja.

Con 2-1 en contra en el segundo acto, disfrutó de un 0-40. Se le escapó la primera opción. No la segunda, con una derecha cruzada marca de la casa.

Seguían los problemas para sumar juegos al servicio. A la hora y siete minutos se situaba por primera vez delante, tanto en el resultado (3-2) como en las sensaciones de partido.

Lo confirmó inmediatamente después con la tercera rotura, segunda consecutiva: 4-2. Gritaba el jugador de El Palmar y se escuchaba en todo el Bosque de Boulogne.

Cinco juegos consecutivos

Las pelotas altas se le atragantaban al italiano. La táctica dibujada por Ferrero en la pizarra estaba funcionando y los cinco juegos seguidos eran una realidad: 5-2.

El empate ya era un hecho. Todo se iniciaba de cero. Era como empezar un duelo al mejor de tres sets.

Ahora sí cualquier detalle podía decantar la balanza. Alcaraz dio primero con su cuarto ‘break’ para el 2-1. Podía ser un punto de inflexión, pero no lo fue porque el joven español entregó por quinta vez su servicio.

Si Sinner había sido duda en el torneo por dolores en la cadera no lo parecía. Corría de un lado a otro como si nada. Levantó un 15-40 y dos ventajas en el quinto juego a pesar de que en su estadística ya figuraban siete dobles faltas.

Jannik se dolía de su brazo derecho y fue atendido por el fisioterapeuta. El dolor se le pasó rápido porque lograría su sexta rotura. El tanteo se disparaba hasta el 4-2 para el tenista de San Cándido.

Los tiros de Carlitos botaban a mitad de pista y facilitaban los ataques de su adversario. Sinner parecía físicamente tocado con calambres en su pierna derecha. Suyo sería el tercet set.

La igualdad presidió el cuarto asalto hasta que el tenista de El Palmar se inventó un revés paralelo y otro cruzado para llevar el desenlace a la quinta manga. Y lo mejor es que empezaría sacando en el desempate.

El número tres mundial había decantado a su favor nueve de los 10 partidos disputados a cinco sets. Sólo falló en la tercera ronda del Open de Australia 2022 con Matteo Berrettini.

Empezó con un 3-0. Tocaba la bola limpia. Estaba en modo campeón. En una de las tribunas de la Philippe Chatrier se puede leer en letras mayúsculas: la victoria pertenece al más tenaz. Esta vez fue Alcaraz.

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