¡Para tener en cuenta! Cuántas tarjetas de crédito conviene tener para evitar deudas y gastos innecesarios

Los plásticos ayudan a financiarse pero su mala utilización puede ocasionar un dolor de cabeza. Tips para tener en cuenta

Las entidades financieras siguen ofreciendo, cada vez más, tarjetas de crédito. ¿Cuántos plásticos conviene tener?

 

¿Es necesario tener más de una tarjeta de crédito? Y si es así, ¿cuántas hay que tener? ¿Cuál es el límite en la cantidad de plásticos que puede usar una persona? No hay un número exacto ni siquiera una fórmula precisa para estos casos. Además, no siempre más es mejor. Sin embargo existen algunas variables en la economía y los gastos personales a los que es importante prestarles atención.

Las entidades financieras siguen ofreciendo, cada vez más, tarjetas de crédito a clientes y no clientes. Y han estado ganando terreno entre algunos consumidores en el último tiempo, en parte por el avance en la digitalización de los pagos. Pero además, por la crisis económica, que obliga a muchas personas a tener que abonar las compras en cuotas.

Hay quienes utilizan varias tarjetas de crédito a la vez para poder ampliar el cupo disponible de sus compras sumando el monto que le habilita cada plástico, ya que en algunos casos el límite de las tarjetas es bajo. En tanto, otros prefieren tener muchas tarjetas para poder acceder a los diferentes beneficios o descuentos que cada una de ellas ofrece.

También están los que realizan sus consumos con un solo plástico, correspondiente al banco donde tienen su cuenta de ahorro o a la entidad bancaria que más utilizan, mientras que otros cargan en su cartera o billetera más de tres tarjetas de diferentes bancos.

Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, explicó a Clarín que para saber cuántas tarjetas de crédito conviene tener, primero hay que responder tres preguntas básicas:

¿Para qué las quiero tener?
¿Cuál es el beneficio de cada una de ellas?
¿Cuál es el costo de las dos preguntas anteriores?

En cuanto a la respuesta de la primera pregunta, «para qué las quiero tener», Di Pace explica que cada una de las tarjetas está enfocada a destinos diferentes.

Por ejemplo: con una sumo puntos para obtener algún regalo o beneficio, con otra tengo un descuento importante en el supermercado, otra me la da el trabajo, etc. Generalmente, cada una de las tarjetas que el usuario tiene en la billetera cumple una misión.

En cuanto a los beneficios (respuesta a la pregunta 2), es importante tener en cuenta que muchos de ellos desaparecieron durante la pandemia. Es que hoy, las promociones y descuentos no se dan tanto por días, sino por fechas particulares. Tal como sucedió, por ejemplo, para el Día del Niño o como ocurrirá el mes que viene para el Día de la Madre.

«En estos casos hay que ser muy rigurosos y responderse: realmente esta tarjeta, ¿me está dando el beneficio que me daba antes?», pregunta Damián Di Pace.

Por último, y en tercer lugar, es importante tener en cuenta que los plásticos traen aparejados varios costos. «Se deben revisar los montos a abonar, conceptos como mantenimiento mensual y renovaciones anuales, por ejemplo. Hay que tenerlos en cuenta al momento de evaluar si conviene o no tener tarjetas de crédito y determinar si vale la pena tener varias al mismo tiempo», explica Di Pace.
¿Cuánto cuesta tener una tarjeta de crédito?

Lo primero es precisar cuál es la ecuación que hay que hacer para evaluar los costos de las tarjetas de crédito. Revisar si esos costos son superiores a los descuentos que se está accediendo por utilizarlas en las compras.

Cada entidad bancaria tiene sus propios valores que, si bien pueden consultarse en la página del Banco Central (BCRA), oscilan entre los siguientes:

Renovación: desde $342 hasta $ 9.692,10.
Administración y mantenimiento de cuenta: desde $116,16 hasta $1.391,50.
Reimpresión y reposición de tarjeta por robo y/o extravío: desde $121 hasta $1.197.

Aquellas tarjetas de crédito que pertenezcan al banco en el que se tiene la cuenta sueldo no pagan costo de mantenimiento ni renovación anual. Por lo tanto, es recomendable usar el plástico vinculado a esta cuenta.

También hay que revisar los costos de resúmenes y por supuesto, los de los intereses. Y preguntarse: ¿para qué la uso? Cuando me financio, ¿a qué tasa lo hago? «Hoy la financiación más usada es el Ahora 12 pero en comercio electrónico las cuotas no convienen porque los intereses son mayores, en ese caso habrá que comprar en una sola cuota».

En cuanto a la financiación en cuotas, Di Pace explica que también cayó la compra financiada. «En el primer semestre del año era de un 54% ahora bajó a un 30%». ¿Qué pasó?

«Mucha gente ya está endeudada, sumado a una pérdida del poder adquisitivo, los sobre endeudados no tienen horizonte a futuro. Todavía la gente está pagando cuotas del año pasado y no llegan a volver a comprar porque no tienen límite en la tarjeta», aclara Di Pace.

El peligro de gastar de más y endeudarse

Otro de los principales riesgos asociados a tener muchas tarjetas de crédito al mismo tiempo es la posibilidad de gastar por encima de la capacidad de pago de cada bolsillo y caer en niveles de endeudamiento desmedidos que luego resulten difíciles de resolver.

¿Qué sucede en estos casos? «Hay gente que toma un crédito de una tarjeta para financiar la otra y eso representa un 60% más de gasto», explica Di Pace. «Cuando uno paga el mínimo de la tarjeta, al resto que queda sin pagar hay que sumarle un 43% de interés interanual (es decir, un 43% dividido 12), más el costo financiero total».

Y agrega: «Esto si la tarjeta es bancaria, cuando se financia el consumo realizado con un plástico emitido por otra entidad privada que no es un banco, los intereses pueden llegar a sumar el 100%».

Además de los problemas personales que esa situación puede generar, los consumos impagos deterioran el perfil crediticio del consumidor. Así como tener tarjetas de crédito ayuda a un buen historial crediticio si se usan de manera responsable, también pueden jugar en contra en caso de acumular deudas.

Estar en mora o no estar al día con los pagos de los consumos de las tarjetas queda reflejado en el historial de las mismas entidades y del Veraz, lo que afecta el perfil crediticio y trae inconvenientes al momento de solicitar un crédito de cualquier tipo. Por lo tanto, es recomendable estar al día con todos los pagos.

Por último, hay que analizar el nivel de ingreso actual vs. la deuda/beneficio vs. la proyección de ingreso a futuro. El ingreso actual me permite endeudarme al 60%. La pregunta que deberíamos hacernos entonces es: qué beneficio estoy teniendo con esta tarjeta, cuál es el nivel de deuda que tengo y cuál es mi proyección de ingreso.
Entonces, ¿cuántas tarjetas de crédito hay que tener?

El que leyó hasta acá ya sabe que ese número no existe. Al menos, no va a ser el mismo para todo el mundo. Que va a depender de la situación económica personal de cada uno y de su capacidad de pago. Que no siempre más es mejor… No obstante, los expertos señalan que más de dos o tres tarjetas puede ser perjudicial, teniendo en cuenta los costos frente a los beneficios.

Si con dos o hasta tres tarjetas el consumidor puede resolver todos sus gastos, recomiendan cancelar el resto de los plásticos. En caso de tener pagos pendientes en ellos, habrá que saldarlos lo antes posible para proseguir con la cancelación de la tarjeta.

Y tener en cuenta los siguientes tips:

Evitar siempre hacer el pago mínimo. Gastar lo que se pueda pagar al mes siguiente.

Evaluar el precio en un pago vs. las cuotas y cuánto suman los intereses.

Revisar los resúmenes todos los meses para poder ir controlando las compras con la tarjeta y cuánto va sumando la deuda. Y de esa manera, se evita la aparición de gastos inexistentes o que no correspondan.

LN

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