Neumonía, gripe o resfriado: ¿cómo diferenciar las infecciones respiratorias?

La neumonía es una enfermedad más frecuente de lo que se suele pensar y aunque no resulta desconocida para la sociedad, se ignora el riesgo que puede suponer contraerla.

Y es que la neumonía -también conocida como pulmonía- es una enfermedad que debe ser tomada muy en serio, ya que consiste en una infección o inflamación grave de los pulmones, y por tanto puede ser causa de fallecimiento, especialmente de ancianos y/o personas debilitadas, si no son tratados a tiempo y correctamente.

Qué debes saber

La neumonía es una infección de las vías respiratorias bajas que puede ser grave.

Cuando la neumonía requiere hospitalización, el riesgo de complicaciones es elevado: un 69,9 por ciento pacientes tiene complicaciones extrapulmonares y un 47 por ciento pulmonares.

“Aunque la neumonía también es una enfermedad infantil con mayor incidencia en menores 5 años, afecta principalmente a la población mayor de 65”, explica la neumóloga Rosario Menéndez. Y también las personas con ciertas patologías crónicas o inmunodeprimidos.

“En el caso de personas mayores, estamos ante los más susceptibles a infecciones respiratorias y a perjuicios por la contaminación, debido a que su sistema inmune no reacciona como el de una persona joven y tienen más riesgo de contraer infecciones, entre ellas la neumonía”, explica la doctora Isabel Urrutia Landa, neumólogo y coordinadora del Área EROM (Enfermedades Respiratorias Ocupacionales y Medioambientales).

Puede estar causada por diferentes gérmenes, como bacterias, virus u hongos.

Otros gérmenes frecuentes son el estafilococo y el hemofilus, estos últimos especialmente relevantes en niños.

Cuántos tipos hay

El agente microbiano que causa más a menudo neumonía (bacteriana) es el neumococo, que es un tipo de estreptococo (Streptococcus pneumoniae). Aunque también hay subtipos. Por ejemplo, cuando la neumonía bacteriana generalmente afecta solo a un lóbulo o área de un pulmón se llama neumonía lobar.

Por otro lado, la neumonía vírica es muy frecuente y suele tener una apariencia algo menos grave que la neumonía bacteriana, sobre todo en niños, que la soportan aceptablemente bien. Este tipo de neumonía –vírica o por micoplasmas– se caracteriza por tener pocos síntomas generales (malestar general, fiebre) pero sí mucha tos. Con frecuencia los pacientes que la sufren se quejan de cansancio durante varias semanas.

Como ya sabrás, el virus que más comúnmente causa neumonía en los adultos es el virus de la gripe. Otros virus causantes pueden ser el rinovirus, virus para influenza humanos o metapneumovirus humano.

Tras una neumonía viral, se corre el riesgo de padecer una neumonía bacteriana. ¡Ah! Y si la neumonía está causada por una de las siguientes bacterias, se llama neumonía atípica: Legionella pneumophila, Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia pneumoniae.

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