¿Beber vino tinto podría contrarrestar el cáncer?

 Científicos del UK Cancer Research revelaron que el resveratrol, que se extrae de la piel de las uvas rojas, no pierde sus propiedades antitumorales una vez que se metaboliza en el cuerpo

Según un artículo publicado en Science Translational Medicine, un compuesto que se encuentra en el vino tinto es de gran eficacia en la lucha contra el cáncer, incluso después de que el metabolismo del cuerpo la haya convertido en otros compuestos.
Al parecer, el resveratrol, que se extrae de la piel de las uvas rojas, no pierde sus propiedades antitumorales una vez que se metaboliza en el cuerpo.
Para los autores del trabajo, del UK Cancer Research, de Gran Bretaña, estos datos son relevantes debido a que ya que el resveratrol se metaboliza muy rápidamente en el organismo, se había pensado que no se podría emplear en ensayos clínicos debido a que podía perder sus propiedades. Pero la nueva investigación muestra que el producto químico resultante todavía sigue siendo eficaz. De hecho, los resultados parecen mostrar que el resveratrol podría ser incluso más eficaz una vez que se generó a partir de sulfato de resveratrol que no se hubiera metabolizado.
El equipo, dirigido por la investigadora de la Universidad de Leicester Karen Brown, empleó sulfato de resveratrol en ratones. Una vez administrado, los investigadores vieron que eran capaces de detectar el resveratrol libre en el plasma y en una variedad de tejidos de los ratones. Esta, aseguraron, es la primera señal directa de que el resveratrol puede formarse a partir de sulfato de resveratrol en animales vivos, y creen que puede ayudar a mostrar cómo el compuesto puede tener efectos beneficiosos en los animales.
El estudio también muestra que el resveratrol generado a partir de sulfato de resveratrol es capaz de ralentizar el crecimiento de las células cancerosas y evitar su multiplicación. De ahí que para la profesora Brown, haya múltiples evidencias científicas que indican que «el resveratrol puede tener un sinfín de efectos beneficiosos, como proteger frente a distintos tipos de cáncer y ante enfermedades del corazón, además de aumentar la esperanza de vida».
La experta subrayó que su estudio se hizo con concentraciones «clínicamente alcanzables», por lo que espera que sus resultados se traduzcan en breve a los humanos. En su opinión, los resultados son muy alentadores, ya que «justifican futuros ensayos clínicos con el resveratrol como molécula terapéutica».
Lo mejor del vino tinto, en pastillas
 
El resveratrol del vino tinto mostró en múltiples experimentos con animales de laboratorio su potencial para proteger contra una variedad de cánceres, el infarto y otras enfermedades de la edad. La clave para que sea efectivo en humanos está en el resveratrol de síntesis.
En diferentes investigaciones se comprobó que alarga la vida de ciertos organismos, pero las cantidades de resveratrol usadas en esos experimentos implicarían en la vida real semejantes ingestas de vino que no hay científico ni camarero que se atreva a aconsejarlas.
Lo que ahora aclararon los científicos del Reino Unido es la ruta por la que el resveratrol es absorbido y metabolizado en el cuerpo, lo que sugiere la versión sintética desarrollada en Suiza conocida como Framintrol, puede ser particularmente útil como fármaco.
De ahí que los amantes del vino hayan encontrado últimamente la justificación a su placer y lo defiendan a los cuatro vientos: por fin la medicina les dio la razón y demostró que su deleite es, además, una gloria para la salud.
Además de los estudios preclínicos con animales de laboratorio que indican que el componente beneficioso del vino tinto previene varios tipos de cáncer, mitiga ciertas enfermedades cardiovasculares y degenerativas, los científicos resaltaron que, más en general, promueve la longevidad o retrasa sus devastadores efectos.
Algunas de estas moléculas mostraron resultados muy notables en ratones para prevenir los efectos nefastos de la obesidad: síndrome metabólico, diabetes, dolencias cardiovasculares, infartos, cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Así es que el resveratrol aspira a convertirse en una alternativa, o al menos un complemento, a la vida sana y aburrida, ya que está calificado en la literatura técnica como un «mimético de la restricción calórica». Algo así como pasar hambre, sin pasarla.
«Los datos demuestran que los sulfatos de resveratrol contribuyen a la eficacia del compuesto in vivo», aseguraron los científicos, para quienes «mediante la liberación de resveratrol a los tejidos relevantes en una forma conjugada estable, permite la regeneración gradual del compuesto original en ciertas células selectas». En la jerga bioquímica, esto quiere decir que los científicos ya disponen de un derivado concreto del resveratrol, conocido comoFramintrol en la Argentina, que promete ser una forma de administración eficaz y estable para los pacientes del futuro. 
 
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