Tras los comicios del 11 de mayo, el gobierno bonaerense reconoció el mal desempeño del Partido Justicialista (PJ) en Chaco, San Luis, Salta y Jujuy. “No ha sido un día feliz para el peronismo”, admitió el ministro Carlos Bianco, mano derecha de Axel Kicillof, al referirse a los resultados que dejaron al kirchnerismo en un segundo plano en los principales distritos en disputa.
En cada una de esas provincias, el PJ fue superado por fuerzas locales o por espacios vinculados a La Libertad Avanza, lo que reflejó un fuerte desgaste de las estructuras tradicionales. En Chaco, el justicialismo fue desplazado por una coalición con participación libertaria; en San Luis, feudo histórico de Alberto Rodríguez Saá, la derrota fue contundente. En Salta y Jujuy, los candidatos kirchneristas quedaron relegados al tercer y cuarto lugar, incluso detrás de la izquierda.
Ante la consulta sobre posibles errores internos o el efecto de las intervenciones partidarias, Bianco evitó señalar responsables: “Con todos los problemas que tenemos en el peronismo bonaerense, no voy a meterme en lo que pasa en otras provincias”, dijo.
Otro dato que preocupó a las autoridades fue la baja participación electoral, una tendencia que se viene consolidando desde 2021. En algunos distritos, la concurrencia fue sensiblemente menor que en las últimas legislativas. “Tenemos que trabajar para generar incentivos que movilicen a la gente a votar”, señalaron desde la gestión bonaerense.
En paralelo, el Ejecutivo de Kicillof también encendió alarmas por la situación económica que atraviesan los municipios. Según Bianco, varios intendentes manifestaron dificultades para cumplir con el pago de sueldos y aguinaldos, debido a la caída de la recaudación y la merma en los fondos de coparticipación. “Esto se siente en el comercio, en la industria, en la construcción, y ahora también en las arcas del Estado. Es tremendamente preocupante”, advirtió.
Desde el ámbito de los analistas, el diagnóstico fue unánime: el peronismo, y en particular el kirchnerismo, sufrió un duro golpe. Federico Aurelio, de la consultora Aresco, sostuvo que el espacio “no ha hecho ninguna buena elección” y que su peso territorial e ideológico “viene en descenso”. Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, remarcó que la performance en Jujuy fue muy débil pese a haber estado intervenida, y en Salta el PJ “no alcanza ni los registros mínimos”. En tanto, Gustavo Córdoba, de Zuban Córdoba y Asociados, consideró que “el gran perdedor fue el sistema político”, al advertir que el alto nivel de abstención es un fenómeno que se repite desde 2023.