Durante varios meses, la Justicia federal investigó a Jorge Castillo, conocido como el “Rey de La Salada”, por presuntas maniobras de lavado de dinero, asociación ilícita y evasión fiscal. En ese marco, la Policía Federal interceptó decenas de llamadas telefónicas del empresario, su pareja Natalia Luengo y otros allegados. Las escuchas, incorporadas a la causa, revelan viajes internacionales, operaciones inmobiliarias, movimientos bancarios millonarios y la compra de armas de lujo.
En agosto de 2024, Luengo comenzó a planificar un viaje familiar para despedir el año. En una conversación con su madre, descartó la compra de una casa en Costa Esmeralda para optar por un paquete turístico hacia dos de los destinos más exclusivos del mundo: Dubái y Maldivas. La estadía, entre el 27 de diciembre y el 20 de enero, incluyó a Castillo, su esposa, su suegra y sus cuatro hijos, y tuvo un costo estimado cercano a los 85.000 dólares.
“No quiero ir a un lugar pedorro si voy a la costa…”, dijo Luengo en una de las grabaciones, donde también proyectaba unas vacaciones en Mallorca, España, para julio de 2025.
Inversiones y operaciones inmobiliarias
Las escuchas también dan cuenta de un intenso movimiento en el mercado inmobiliario. A fines de abril de 2024, Luengo contactó a una inmobiliaria de Luján para alquilar una propiedad en Lavalle al 400. Días después, la seguridad del country Haras Argentino Farm Club —donde reside la familia— notificó el ingreso de un comprador interesado en un campo cercano.
En otra conversación, del 28 de enero de 2025, Luengo manifestó interés por una casa valuada en 100.000 dólares: “Si vos me decís ‘tengo esta plata’, yo la consulta la hago”, respondió el vendedor ante su oferta.
Dificultades para mover millones desde el banco
El 12 de agosto de 2024, Castillo se comunicó con el Banco Nación por problemas para pagar un VEP de $1.800.000, a pesar de tener $12 millones depositados. Frustrado, delegó la gestión en su esposa. El incidente dejó constancia de sus movimientos financieros y el volumen de sus fondos disponibles.
El gusto por las armas
Además del turismo y los inmuebles, las escuchas reflejan otro interés del empresario: las armas. El 30 de julio de 2024, Luengo habló con un familiar sobre los “juguetes” de su marido. Hacía referencia a nuevas adquisiciones de armas de alto valor, incluyendo modelos tipo Winchester, considerados “el Rolls Royce” en ese rubro.
El círculo de negocios bajo la lupa
Además de Castillo y su entorno, la investigación apunta a Enrique “Quique” Antequera, vinculado a la feria Urkupiña, quien continúa prófugo junto a sus hijos Lucas y Alan. Las intervenciones telefónicas permitieron identificar propiedades, movimientos de dinero, gastos de obra y el verdadero control que ejerce Antequera sobre los negocios.
Para la fiscal Cecilia Incardona, el rol de Antequera dentro de la estructura ilícita es central. “Su participación en la empresa Urkupiña S.A. es meramente formal: en los hechos, es quien lidera la organización y dispone de los beneficios económicos generados”, sostiene el dictamen.
Una estructura que comienza a desmoronarse
El avance de la causa judicial ya provocó la detención de Castillo en su mansión de Luján. Según fuentes cercanas al empresario, desde hace tiempo había sido desplazado del manejo de La Salada por disputas internas con sus socios Aldo Presa y Antonio Corrillo Torrez. Sin embargo, las pruebas acumuladas lo sitúan nuevamente en el centro de una organización con alto poder económico y tentáculos en múltiples rubros.