Carlos Rovira en la Legislatura misionera
El líder del Frente Renovador de Misiones respaldó públicamente a Arce y Rojas Decut, quienes votaron en contra del proyecto. Justificó la decisión al sostener que no apoya las proscripciones, ni siquiera la de Cristina Kirchner.
Carlos Rovira, conductor político del oficialismo misionero, admitió ante su círculo íntimo que el cambio de postura de los senadores de su espacio respecto al proyecto de ficha limpia fue producto de un pedido directo del presidente Javier Milei. Así lo revelaron fuentes que participaron de una reunión a puertas cerradas con el dirigente, horas después de la votación que hizo naufragar la iniciativa en el Senado.
Rovira, quien participó como un diputado más en la sesión de la Legislatura misionera al día siguiente, se mostró sonriente, conversó con varios funcionarios y evitó hacer declaraciones. Consultado por LA NACION, declinó hablar del tema. Con gesto pícaro, se cubrió el rostro con una carpeta y se retiró sin hacer comentarios.
Durante una reunión con unos 50 dirigentes del Frente Renovador en el Salón de las Dos Constituciones, Rovira respaldó enfáticamente a los senadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, quienes se habían reunido con él apenas regresaron a Posadas. Ambos recibieron elogios públicos del líder del espacio, gesto que alivió la tensión acumulada tras su sorpresivo voto en contra de ficha limpia.
Según reconstruyó este medio, Rovira dejó claro que, aunque no lo expresará públicamente, fue Milei quien lo llamó personalmente para solicitarle que sus senadores no acompañaran el proyecto. En la misma reunión, el exgobernador aseguró que no está de acuerdo con ningún tipo de proscripción, ni siquiera respecto a Cristina Kirchner, con quien mantiene una relación distante desde hace años.
Rovira también argumentó que la iniciativa beneficiaba políticamente a figuras de la oposición como Silvia Lospennato y Mauricio Macri de cara a las próximas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.
De «villanos» a «héroes»
Arce y Rojas Decut fueron las figuras centrales en el encuentro, bautizado internamente como La Previa, donde el rovirismo baja línea a sus cuadros. Aunque ambos llegaron agotados tras una jornada de alta exposición y tensión, se mostraron más relajados al recibir el respaldo de Rovira. Fue una señal clara hacia dentro del oficialismo misionero: el cambio de voto no fue una traición, sino una jugada acordada.
El miércoles por la mañana, ambos senadores regresaron a Posadas en un vuelo desde Aeroparque, evitando declaraciones y con cierta preocupación por posibles reacciones adversas. Sin embargo, lograron viajar sin contratiempos. Una vez de regreso, y con el respaldo de su líder, pudieron respirar tranquilos.
Roque Gervasoni, titular del Instituto de Economía Circular y conocido por su activa defensa del oficialismo en redes sociales, fue quien expresó públicamente ese apoyo: “Banco a los dos, Carlos Arce y Sonia Rojas”. Para él, ficha limpia era “una herramienta hecha a medida de una candidata del PRO con fines electorales”.
Gervasoni replicó en redes sociales los mismos argumentos esgrimidos por Rovira: que el Frente Renovador no avala proscripciones ni cercenamientos de derechos en democracia.
Un trasfondo personal
El rechazo a ficha limpia también tiene un componente biográfico para Rovira. En 2006, intentó sin éxito reformar la Constitución provincial para habilitar una nueva reelección, pero fue derrotado en un plebiscito liderado por el obispo Joaquín Piña. Desde entonces, se considera a sí mismo un “proscrito”.
Por eso, reiteró ante sus dirigentes que, aunque no simpatiza con Cristina Kirchner, considera que debe ser la ciudadanía quien decida en las urnas si continúa o no en la escena política.
Como dato adicional, días atrás la Justicia Electoral misionera –ámbito donde Rovira tiene fuerte influencia– no impidió la candidatura de Ramón Amarilla, un exsuboficial actualmente detenido, quien competirá por una banca en la Legislatura el próximo 8 de junio.
Arce y Rojas, en silencio
Tras el encuentro con Rovira, Arce y Rojas Decut se retiraron sin quedarse a la sesión de la Cámara de Diputados. Allí sí participaron diputados nacionales del espacio, como Alberto Arrúa, Yamila Ruiz y Carlos Fernández.
Los senadores, en silencio desde la votación, aún no brindaron explicaciones públicas. Pero el mensaje interno fue claro: el respaldo de Rovira implica que su decisión fue parte de una jugada política negociada al más alto nivel.