Un error narco y la mirada de un gendarme derivaron en el hallazgo de 150 kilos de cocaína

Cocaína

Durante la inspección, los funcionarios observaron ciertas anomalías en el tapizado del techo del rodado


Un importante cargamento de droga fue decomisado en Jujuy

Todo parecía un control de rutina y el conductor de la camioneta Mercedes Sprinter no se mostró inquieto cuando frenó en el puesto de chequeo vial que la Gendarmería Nacional había instalado en el kilómetro 1752 de la ruta nacional N° 9. Los papeles del vehículo y del chofer estaban en orden. No llevaba carga, así que el trámite duraría solo un par de minutos. Eso pensó el hombre que manejaba ese utilitario. No tomó en cuenta la entrenada mirada de los uniformados, que en una zona caliente del narcotráfico encuentran señales de alarma incluso en los mínimos detalles anormales. Apenas perceptibles, dos tornillos flojos en el techo del vehículo llamaron la atención. Y no se equivocaron los gendarmes del Escuadrón 53 Jujuy.

El tapizado que cubría la parte interior del techo parecía haber sido colocado en forma reciente. Los gendarmes pidieron entonces permiso a la fiscalía federal de Jujuy para avanzar en una inspección más a fondo de esa camioneta. El primer paso fue el llamado a Greta, la perra adiestrada en ese escuadrón para detectar estupefacientes. Su movimientos empezaron a confirmar la sospecha inicial.

El uso del escaner portátil BMX 2000 confirmó esos indicios. Ocultos en el techo se visualizaban varios bultos rectangulares. Al desmotar las placas del techo los gendarmes hallaron esos paquetes ocultos. Y el test de campo estableció que se trataba de envoltorios de cocaína. En total, había casi 150 kilos de esa droga en la camioneta detenida en el control de rutina.

Se trata del segundo decomiso importante de cocaína realizado esta semana por la Gendarmería en el norte argentino.

En el kilómetro 105 de la Ruta Provincial N°5, gendarmes de la sección Las Lajitas montaron el lunes pasado un retén; en un control vial, revisaron una camioneta que remolcaba un tanque cisterna de tipo domiciliario, de 3000 litros. No venía vacío: dentro tenía, ocultos, 326 ladrillos de cocaína, que totalizaban un peso de 347 kilos de droga.

El hallazgo gatilló nuevos allanamientos de urgencia, que concluyeron con cuatro detenidos, acusados de integrar una banda que traficaba estupefacientes desde San Ramón de la Nueva Orán, en la frontera caliente con Bolivia, hasta el Gran Buenos Aires. Fueron identificados por fuentes judiciales como Esteban Mendoza –presunto líder de la banda–; su hijo Alexis, señalado como el “brazo operativo” del grupo en Orán, donde se acondicionaba la droga en los vehículos, y los hermanos Ramón y Adán Ceballos, que hacían las veces de transportistas.

Fuentes de la Gendarmería informaron que “a partir de tareas investigativas iniciadas por efectivos de la Sección de Investigaciones Antidrogas ‘Salta’, integrantes de la Sección ‘Las Lajitas’ dependientes del Escuadrón 45 controlaron una camioneta Toyota Hilux” entre El Quebrachal y Joaquín V. González. Con la inspección del acoplado, los gendarmes constataron un doble fondo creado en el piso del sector de carga. Al desarmarlo con herramientas de corte, lograron extraer 326 paquetes rectangulares”. Las pruebas de narcotest arrojaron que se trataba de 347,405 kilos de clorhidrato de cocaína.

Según se pudo saber de fuentes judiciales, la organización hacía viajes con camionetas tipo “convoy de trabajo pesado”, para lo cual los tripulantes se vestían con ropa de fajina y llevaban herramientas especializadas. Se presume que desde diciembre realizaron al menos cinco viajes desde Orán hacia Buenos Aires.

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