La casa del horror: los movimientos que complican al clan Sena por el crimen de Cecilia

Caso Cecilia

Las cámaras de seguridad y los testimonios incluidos en el expediente permiten reconstruir gran parte del plan macabro para matar y deshacerse del cuerpo de la joven

Por: Nicolás Cassese

La Nación

RESISTENCIA .- ¿Quién mató a Cecilia? ¿Por qué mataron a Cecilia? ¿Dónde mataron a Cecilia? ¿Cuándo mataron a Cecilia? ¿Cómo mataron a Cecilia? ¿Qué hicieron con el cuerpo de Cecilia?

El exceso de preguntas sin responder sobre el crimen de Cecilia Strzyzowski es un yunque en el alma de Gloria Romero, su atribulada madre, y una herida abierta que conmociona a esta provincia. Las precisiones que van apareciendo -ahorcamiento, incineración, trituración, descarte en el río- no brindan alivio. Por el contrario, vuelven aún más macabra la trama de violencia que envuelve al asesinato.

Hay un hecho, sin embargo, sobre el que nadie duda. A Cecilia la mataron en la casa de la calle Santa María de Oro 1460 de esta ciudad, una fortaleza de macizos paredones negros donde viven -o vivían, ahora están presos- Emerenciano Sena y Marcela Acuña, los poderosos piqueteros que construyeron su imperio aliados al gobernador Jorge Capitanich. “Tenemos fuertes indicios de que a Cecilia la mataron en ese domicilio. Aún no tenemos todos los elementos para probarlo, pero trabajamos 24 por 7 para encontrarlos”, dijo el fiscal Jorge Cáceres Olivera. Junto a él trabajan los fiscales Nelia Velázquez y Jorge Gómez.

Lo otro que es seguro es que el hecho ocurrió el 2 junio después de las 9.15, cuando las cámaras registraron a Cecilia entrando a la vivienda junto a su pareja, César Sena, el hijo de 19 años de Emerenciano y Marcela. Cecilia nunca salió de allí. Al menos viva.

Movimientos extraños en la casa de la familia Sena

2 de junio, a las 9.11
Marcela Acuña, la madre de César Sena, sale de su casa, en Santa María de Oro 146.

2 de junio, a las 09.15
César y Cecilia entran a la casa de los padres de Sena, en Santa María de Oro 1460.

2 de junio, a las 10
Emerenciano Sena, Marcela Acuña y Fabiana González, una colaboradora estrecha de la familia, participan de una actividad con estudiantes en el barrio Emerenciano, alrededor de las 10.

2 de junio, a las 11.45
Emerenciano Sena y Marcela Acuña entran a su casa en Santa María de Oro.

2 de junio, a las 17
Fabiana González y su marido, Gustavo Obregón, también colaborador estrecho de la familia, entran a la casa de los Sena en Santa María de Oro.

2 de junio, a las 17.10
Fabiana González y Gustavo Obregón salen de la casa de Santa María de Oro, se suben a un Citroen C4. Fabiana se agarra la cabeza.

2 de junio, a las 17.15
Fabiana González se baja del auto y se va. Gustavo González vuelve a entrar a la casa.

2 de junio, a las 19.05
César Sena sale manejando una camioneta Hilux, lleva un bulto envuelto en una frazada, que sería el cuerpo de Cecilia, en la caja. Gustavo Obregón lo sigue en el Citroen C4.

2 de junio, al atardecer
César y Obregón llegan a la chanchería de los Sena cerca del paraje Tres Horquetas, a unos 25 km de Resistencia. Prenden un fuego y queman el bulto que está envuelto en la frazada.

2 de junio, después de las 21
César y Obregón se van a comer a una casa particular donde estaba su familia. Es probable que haya sido en lo de los hermanos de Emerenciano, que queda en Soberanía Nacional y Mosconi.

2 de junio, cerca de la medianoche
César Sena llega a la casa de Santa María de Oro y entra con la Hilux. Obregón lo sigue en el Citroen C4, pero no entra a la casa.

Luego de decenas de indagatorias y múltiples allanamientos, los fiscales a cargo de la investigación comienzan a armar el rompecabezas de lo que pasó. César, también preso, y sus padres son los principales acusados por el crimen. Le siguen otros cuatro colaboradores estrechos de la familia, que también están encarcelados.

La tragedia de Cecilia comenzó el jueves 1 de junio a las 23, cuando se despidió de Mercedes Flores, la tía abuela con la que ella y César compartían una humilde casa pintada de azul en el Barrio 500 Viviendas. Vivían allí porque a la mamá de César no le gustaba que Cecilia fuera su nuera y eso les impedía el acceso a las comodidades de la familia Sena.

En una repisa del cuarto de la pareja -que está tal cual lo dejaron- hay una colección de los libros que leía Cecilia. Muchos de ellos son sobre empoderamiento femenino, como Decididas, de María Florencia Freijo, y Recupera tu poder, de Rut Nieve. En otro estante están los apuntes con los que César estudiaba para maestro mayor de obras y algunas muestras de la relación en apariencia amable que mantenía la pareja. Allí descansan un ramo de flores falsas, un globo con forma de corazón y una nota amorosa de César a Cecilia. “Vamos por más aventuras”, escribió. El único elemento discordante era el arma que él guardaba en su mesa de luz.

“Abrazame fuerte y dame muchos besos”, relata Mercedes que le dijo Cecilia la noche en que se despidió. Le había dicho a su tía abuela que se iba con César a vivir a Tierra del Fuego y eso la inquietaba. En esos días, sigue Mercedes, su sobrina estaba temerosa por el vuelo en avión. “Se va a caer y me voy a morir triturada”, dice Mercedes que le dijo Cecilia. El viaje a Tierra del Fuego, que nunca existió, es una de las incógnitas del caso. ¿Fue una trampa tendida por los Sena a Cecilia? ¿Fue una coartada armada por César y Cecilia para huir hacia otro lugar y escapar de Acuña, la asfixiante suegra, y el clan Sena?

César era, en los planes de su madre, el heredero del imperio, el príncipe piquetero, pero Cecilia se interponía en ese destino revolucionario. “Acuña quería que Cecilia fuera piquetera y usara una remera del Che Guevara, pero ella se negaba”, dice Mercedes, la tía abuela.

La noche del 1 de junio, tras decirle adiós a Mercedes, la pareja pasó por un local que manejaba Cecilia y luego durmieron en el hotel Ruta 99. A la mañana fueron a la casa de los Sena y allí se inició el principio del fin para Cecilia y el agujero negro que aún investigan los ficales. Los videos de las cámaras de seguridad de la zona, cuya secuencia de eventos fue revelada a LA NACION por una fuente con acceso a la causa, muestran movimientos extraños en la casa, uno de los centros neurálgicos de la investigación.

El primer registro de ese 2 de junio es de las 9.11 y es de Acuña abandonando la vivienda cuatro minutos antes de que lleguen su hijo y su nuera. Se supone que Emerenciano habría salido antes. La costumbre local es comenzar el día muy temprano y cortar al mediodía, cuando el calor en verano se vuelve insoportable.

Una de las líneas de investigación que manejan los fiscales es que César mató a Cecilia durante esas dos horas y media en las que estuvieron solos. El mecanismo más probable, consideran, sería una toma de ahorcamiento.

Según esta hipótesis, César habría tomado por la espalda a Cecilia para luego ahorcarla, presionando con el brazo sobre su cuello. Los intentos de defensa de Cecilia serían la explicación de las marcas muy compatibles con arañazos que César tenía en el cuello durante un acto de campaña en el Barrio Obrero de Colonia Elisa que se realizó al día siguiente, el sábado 3 de junio.

Un testigo de identidad reservada ya había aportado en la causa un chat con Cecilia en el que la víctima le revelaba una agresión de César cuando ella quiso bajarse del auto durante una discusión. La agresión incluyó un ahorcamiento aplicando una maniobra de artes marciales. César practicaba deportes de combate.

Emerenciano Sena, construido y manejado por la pareja y repleto de iconografía guevarista. Estuvieron con un profesor y un grupo de alumnos alrededor de las 10 de la mañana. A las 11.45 las cámaras registran el ingreso a la casa de Acuña y Emerenciano.

Si la hipótesis de que el asesino fue César es la correcta, sus padres se habrían encontrado con el crimen perpetrado por su hijo y activaron el mecanismo de encubrimiento. Es el curso de hechos que Acuña sugirió en su declaración ante los fiscales. Dijo que vio “un bulto”. “Supuse que era un cuerpo”, agregó. En su declaración, Emerenciano también se desligó del crimen. Esta secuencia es muy beneficiosa para la pareja, que no podría ser perseguida por encubrimiento. El Código Penal exceptúa del castigo a cónyuges y parientes cercanos del autor del hecho que hubieran ayudado a ocultar. Distinto sería si participaron de maniobras directas para descartar el cuerpo.

César sostiene otra versión y culpó a su madre. Se lo dijo a Rafael Blanco, un cura amigo de la familia que lo visitó en la cárcel y luego relató el contenido de la conversación que mantuvieron.

2 de junio, a las 00.05
Una cámara de seguridad registra que la pareja entra al bar El Gato Negro, que Cecilia y su pareja regenteaban sobre la calle Hipólito Yrigoyen, en Resistencia.

2 de junio, por la madrugada
César y Cecilia pasan la noche en el hotel Ruta 99 en Cangallo 393, de Resistencia.

2 de junio, a las 09:15
César y Cecilia entran a la casa de los padres de Sena, en Santa María de Oro 1460. Marcela Acuña, madre de César, había salido minutos antes de la casa.

2 de junio, después de medianoche
En la chancheria de los Sena, a 25 km de Resistencia, se registró por última vez la señal de su teléfono celular y es donde la Justicia cree que quemaron su cuerpo.

Lo que tampoco está claro es el móvil del asesinato. ¿Por qué mataron a Cecilia? Las hipótesis de las personas con acceso a la causa varían de acuerdo a quién sería el autor material del hecho. Si quien la mató fue César, podría tratarse de un femicidio clásico, un asesinato perpretado por el hombre contra su pareja mujer. Si el crimen incluye a su madre, el motivo podría ser económico e incluir algún tipo de incomodidad que Cecilia generaba en el manejo de la organización de los Sena.

Para determinar el móvil puede ser central el resultado del peritaje sobre las comunicaciones telefónicas de los Sena. El clan destruyó todos sus teléfonos, pero la división Cibercrimen de la Policía del Chaco está investigando las llamadas y mensajes de siete celulares, notebooks y tablets. En la fiscalía esperan contar con el informe de estas comunicaciones en los próximos días. Allí podría haber indicios de amenazas o exigencias entre Cecilia y César, o algún tipo de planeamiento previo realizado por los diferentes integrantes del clan Sena. También podría haber rastro de alguna gestión con el poder de Chaco. “Voy a llamar al gobernador”, amenazó Acuña frente a las cámaras cuando aún no estaba presa.

Lo que está registrado en la cámaras es que a partir de las 11.45 nadie sale, ni entra, a la propiedad durante más de cinco horas, el horario sagrado de la siesta chaqueña. En la casa sólo están Marcela, Emerenciano, César y Cecilia, o su cadáver.

Recién a las 17 se registra el primer movimiento. Fabiana González y Gustavo Obregón, un matrimonio de estrechos colaboradores de la familia Sena, entran a la vivienda y se produce la secuencia más extraña de todo el día. Ambos vuelven a salir a los diez minutos, se suben a un Citroen C4 estacionado en la calle y Fabiana se agarra la cabeza. Luego de unos minutos en el automóvil quieto, Fabiana se va caminando y Obregón vuelve a entrar a la vivienda. El auto nunca se mueve. ¿Qué fue lo que vieron dentro de la casa de los Sena que les generó semejante reacción?

Casi dos horas después, a las 19.05, César sale manejando su camioneta Hilux con un bulto en la caja. Obregón lo sigue al mando del Citroen. El bulto podría ser el que describió Acuña, el que “supuso” que era un cuerpo. Estaba envuelto en una frazada.

Hasta allí llegan las imágenes relevantes obtenidas por las cámaras de seguridad, según relató una fuente a LA NACION. El resto de la reconstrucción se basa en los testimonios recolectados por los fiscales. El más importante es el de Obregón, “el único que colabora”, según la definición de una fuente oficial con acceso al expediente.

Según las investigaciones y los testimonios, Obregón y César manejaron desde la casa de los Sena hasta la chanchería familiar, cerca del paraje Tres Horquetas, a unos 25 km de Resistencia. Allí habrían reducido el cuerpo de Cecilia. Los fiscales creen que la quemaron, trituraron los huesos y los arrojaron al río. Esa noche, durante un recreo en la morbosa tarea, se habrían ido a comer a una casa particular donde estaba la familia Sena. Es probable que haya sido en lo de los hermanos de Emerenciano, que queda en Soberanía Nacional y Mosconi. Allí se reunió la familia para inaugurar un nuevo y gigante mural. El motivo no es muy original: celebra a Emerenciano y Acuña, los piqueteros sin inhibiciones para el autoelogio. Abel Sena, hermano del piquetero, contó ante la prensa ese encuentro familiar del viernes 2. Dijo que no notó “nada raro”. Al final de la noche César volvió solo a la casa familiar.
foto AML
La chanchería de los Sena, a unos 25 km de Resistencia, uno de los focos de la investigación

Obregón fue quien se quebró ante los fiscales y aportó el dato de dónde se descartaron los restos. El operativo con los detalles que brindó se realizó el martes en el río Tragadero, cerca del criadero de chanchos de los Sena. Buzos tácticos de la policía de Chaco hallaron huesos triturados y otros elementos de relevancia, como un dije en forma de cruz que, según el reconocimiento de la madre, es el que Cecilia llevaba siempre al cuello, incluyendo el día de su desaparición. Se lo había regalado su hermana Ángela. Gloria reconoció otros objetos encontrados en la investigación como pertenecientes a su hija. En un rastrillaje anterior en la chanchería de los Sena se habían encontrado restos de una fogata y huesos calcinados.

“Me cuesta cerrar sin el cuerpo. El duelo va a empezar cuando vea condenados a los que la mataron”, dice Gloria, una madre lastimada por partida doble: a la certeza de la muerte de su hija se suma la incertidumbre de no tener un cuerpo para velar.

Facebook
Twitter
Scroll al inicio