El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona vivió este jueves un momento especialmente emotivo con la declaración de Carlos Bacchini, acompañante terapéutico y empleado del Senado de la Nación.
Su testimonio en la 18ª audiencia ante el Tribunal Oral Criminal N°3 de San Isidro generó lágrimas en Gianinna Maradona, quien no pudo contener la emoción al escucharlo decir: “Cuando se iban sus hijos, Diego se apagaba”.
Bacchini cuidó a Maradona durante los primeros días de la internación domiciliaria en Tigre, a fines de 2020, junto a un colega. Además de su extensa trayectoria en el Congreso, hace algunos años se formó como acompañante terapéutico luego de superar una adicción que lo marcó durante más de dos décadas. “Todo lo que hago, lo hago de corazón. Me gusta ayudar porque también a mí me ayudaron”, expresó.
Durante su declaración, Bacchini se quebró en varias ocasiones. Contó que acompañar al Diez lo hizo revivir su propia lucha contra las adicciones: “Una persona adicta no se cura nunca, es una enfermedad para toda la vida”.
Relató que durante los tres días que estuvo a su lado, su tarea era higienizarlo, acompañarlo y asistirlo en lo que necesitara. “Tuve buen vínculo con él. Diego estaba feliz con sus hijos y su nieto. Cuando ellos se iban, era otra persona. Se apagaba”, dijo visiblemente conmovido.
Sus palabras impactaron fuertemente a Gianinna, presente en la sala, quien rompió en llanto. Jana Maradona, también en la audiencia, mostró signos de profunda emoción.
Bacchini sostuvo que Diego “quería dejarse ayudar, pero no podía” y consideró que el afecto de sus hijos era fundamental para su recuperación. “Siento que eso era lo único que podía sacarlo adelante”, reflexionó.
También denunció irregularidades durante su breve permanencia en la casa de Tigre. Señaló que le sorprendía la alimentación del astro: “Le daban osobuco. No entiendo por qué no tenía una dieta. Él lo pedía y se lo daban, lo consentían, sabiendo que no podía comer eso”.
Asimismo, relató que una noche Maradona le pidió hacer un llamado y descubrió que ninguno de los dos celulares que tenía funcionaba. “Jony o Maxi —por Jonathan Espósito y Maximiliano Pomargo— atendían sus teléfonos y siempre decían que Diego estaba durmiendo. Pero él estaba con nosotros despierto, hablando”, afirmó. Incluso, recordó que el primer día le pidió que llamara a Oscar Ruggeri, pero no pudo: “El celular no tenía tono”.
Otro detalle que expuso fue la distancia entre la habitación y el baño más cercano, a unos diez metros. “Con las dificultades que tenía en la rodilla, no llegaba. Pedí que pusieran un baño químico más cerca, pero no lo hicieron”, denunció.
Al concluir su testimonio, Bacchini fue saludado por los abogados de todas las partes, quienes le agradecieron por su sinceridad. En declaraciones a la prensa, expresó: “Me dolió mucho todo esto porque Diego era mi ídolo. Esos tres días me apegué a él. Cuando me fui, estaba bien… y en 13 días se nos fue”.
Sobre el final, lamentó que el servicio de acompañamiento se haya interrumpido sin explicación clara. “Me enteré después, por la causa, que aparentemente lo cortaron porque mi compañero observaba mucho lo que pasaba. Se ve que eso les molestó. Pero es parte de nuestro trabajo ver qué le dan, qué no, cómo lo cuidan”, concluyó.