Lali Espósito: No me gustan los celosos

Lali Espósito: "No me gustan los hombres celosos porque no soy infiel, ni lo sería"

En una entrevista con ¡Hola! Argentina, la estrella del momento dice: “Trabajo desde los 11 años y eso me hizo ganar experiencia y libertad”
Apesar de que intenta mostrarse como una mujer más, Lali es una estrella de las nuevas, de la generación millennial (según los cánones sociológicos, los nacidos entre 1980 y 1999) y su presencia ya no pasa inadvertida esté donde esté. Mientras desayuna en un café de Palermo, no hay quien no mire a Mariana “Lali” Espósito (24). Madres, hijos, mozos, quien sea que la descubre, quiere una foto con ella. En su gran momento como cantante, y luego de brillar en televisión con su primer protagónico, se confiesa con ¡Hola! Argentina: “En esta primera mitad de año cerré y abrí muchas historias. Me quedé soltera y terminé con A bailar tour, mi primer disco que estuve tres años girando, y saqué otro álbum, Soy, que me hace viajar un montón. Fueron muchos cambios en seis meses, pero por algo será. ¡Será que me estoy encaminando hacia donde voy!”, admite con una sonrisa contagiosa.
 
Hace cuatro meses se terminó su última historia de amor –con el actor Mariano Martínez (37)– y pasa gran parte del tiempo recorriendo el mundo como una verdadera estrella. Con su película Permitidos recién estrenada, se entrega a este reportaje.
 
–¿Cómo fue admitir que te gustaba Mariano Martínez, un compañero de elenco?
 
–Me rehusé un tiempo a pensarlo. No quería entrar en eso, pero el amor te arrasa. Si tomas la decisión de no entrar, vas a sufrir un tiempo largo, y yo soy más de hacer lo que me pasa. Vivo el hoy.
 
–¿Te cuesta equilibrar la vida personal con la profesional?
 
–En mi relación con Mariano me pasó que, por primera vez, se quiso saber cómo era mi vida privada, qué pasaba cuando no estaba en el personaje. Con Benjamín Amadeo no había tenido una relación tan expuesta y con Peter Lanzani menos, porque éramos muy chicos. Entiendo lo que pasó y por qué pasó, pero traté de relajarme porque si no me iba a volver loca. Decí que yo no me enojo, pero fue raro. Mariano estaba más acostumbrado.
 
–¿Él te aconsejaba mucho sobre cómo manejarte?
 
–No, lo empecé a regular sola, pero igualmente él estaba más acostumbrado.
 
–Sin embargo, no fue tu primer noviazgo con un actor.
 
–Estuve de novia con Peter cuatro años cuando grabábamos Casi ángeles, gran parte de mi adolescencia, y cuando estábamos terminando con la novela empecé a ver con otros ojos a Benja. Tuvimos una relación increíble durante años y después conocí a Mariano. Cuando nos separamos, llegaron a decir que le había sido infiel con mi compañero de la película Permitidos, Martín Piroyansky. Hasta hubo fans y periodistas que le mandaron mensajes a Martín, y él tiene novia, sólo somos buenos compañeros.
 
–¿En la película Permitidos fue la primera vez que trabajaste con Benjamín Vicuña?
 
–Sí, con él filmé toda una semana. Jamás me sentí incómoda, es un profesional. Además yo la conozco a la China Suárez de toda la vida, no tenemos una amistad cotidiana, pero está todo más que bien entre nosotras. La adoro, la conocí a los 10 años y por eso, más allá de mi personaje, es una locura hacer cualquier tipo de conjetura con su novio. Somos distintas en un montón de cosas, pero la respeto.
 
–¿La canción “Cree en mí” la escribiste a partir de lo que viviste con Mariano?
 
–Fueron muchas situaciones que me llevaron a escribir eso. Se dijo que yo le había sido infiel, algo que no hice y no haría nunca, y surge de ese sentimiento de “pensé que me conocías, ¿te tengo que explicar algo que no soy?”. Me impactó y me lastimó la situación de la desconfianza. Yo no soy enroscada, no me gustan los hombres celosos porque no soy infiel ni lo sería. Cuando alguien se enrosca en los celos en una relación no lo entiendo, para mí la confianza es esencial. Y esa canción expresa ese sentimiento. A pesar de eso, fue una relación buena, nos separamos por otros temas.
 
–¿Él sabía que escribías tus canciones pensando en él?
 
–Sí, justo antes de separarnos tenía casi todo el disco listo. Lo escuchó antes que nadie. Uno escribe canciones referenciales y otras no, por eso no se sintió totalmente tocado.
 
–¿Tienen relación hoy?
 
–La verdad, no hablamos más. ¿Para qué? No soy amiga de ningún ex. A Benjamín lo adoro, y con él es el único que a veces sigo hablando, pero tampoco es que somos amigos. Estuvimos cinco años juntos, de los 18 a los 23, una edad muy crucial, y se generó un cariño único. Con Benja tuvimos una conexión muy fuerte en los cinco años que estuvimos juntos. Hoy no somos amigos, pero todo lo que le pasa me alegra y no dudo en mandarle un mensaje para felicitarlo. Con Mariano es todo más reciente.
 
–¿Cómo fue vivir un romance de tapa de revista?
 
–Tengo una gran disociación entre el laburo y mi vida personal. Separaba lo que pasaba mientras grabábamos y cuando estábamos solos en casa. Mi relación con Mariano fue pública hasta un punto. Creían que sabían todo lo que pasaba entre nosotros y no era así, la verdad sólo la sabemos nosotros dos, y no la voy a decir. Hay cosas que prefiero guardar para mí, pasaría a ser mediática y no me gusta. Una vez me enojé con un periodista porque mostraron la puerta de mi casa, y eso para mí es peligroso. Hay cosas de la intimidad que hacen a la seguridad de uno.
 
–También se te vinculó con Nazareno Casero, ¿cuál es tu relación con él?
 
–Tenemos amigos en común, nos encontramos en un viaje en Nueva York porque formamos parte de un mismo grupo, pero se armó una historia que no ocurrió. Tenemos la mejor onda, me parece un divino, pero cada uno por su lado.
 
DETRÁS DE ESCENA
 
–¿Cómo sos en tu casa?
 
–¡Como se me ve a simple vista! Tengo un gran cuidado con los que me hacen bien: mi realidad, mis amigos y mi familia. Tengo dos hermanos, Ana (29) y Patricio (25), con los que tengo una excelente relación, pero no vivo con ellos desde hace siete años. Trabajé toda la vida en Martínez y vivía en Parque Patricios, después nos mudamos a Banfield hasta que a los 17 pude sacar el registro, empecé a manejar y me fui de casa.
 
–¿Fue difícil para tus padres dejarte ir tan joven?
 
–Para mi papá (Carlos) sí, porque somos muy pegados. Mi mamá (María José) es más liberal. Pero yo siempre fui muy independiente, desde muy chica. Trabajo desde los 11 y eso me hizo ganar experiencia y libertad.
 
–¿Te gusta la soledad?
 
–Sí. Como buena libriana, tengo un buen balance con las dos cosas: me gusta estar sola en casa y también invitar amigos a comer. Disfruto de lo social, de ser anfitriona, pero también puedo estar sola escuchando música.
 
–¿Cómo te llevás con tus papás?
 
–Siempre fuimos una familia en la que en la mesa se hablaba de todo. De pronto venía un amigo a casa y se sentaba a comer y no podía creer que habláramos de sexo a los 15 años con mis padres. Nos educaron desde el lugar de que las cosas hay que hablarlas, y eso con mis hermanos nos volvió muy pegados. Si bien somos los tres bien distintos, tenemos en común la educación, y eso está buenísimo. Nos manejamos con los mismos valores en la vida.
 
–Trabajás desde muy chica, ¿tuviste que resignar otras cosas?
 
–De adolescente nunca me pude ir a un viaje de estudios o de egresados porque me coincidía con las grabaciones de Chiquititas, pero no me costaba porque amaba lo que hacía. No perdí porque gané experiencia. Hice cosas totalmente anormales para la edad que tenía. Sabía lo que quería hacer y ya trabajaba de eso. A los 11 años me fui a Israel de gira cuando todos mis amigos estaban en la casa con los papás.
 
–¿Sos deportista?
 
–Bailo, a veces juego al fútbol con amigas porque me gusta desde que nací. Mi papá era profesor de fútbol infantil y mi hermano juega profesionalmente, vivió cinco años en Italia jugando futsal en el equipo Cameranese Calcio A5 y ahora juega en San Lorenzo. Cuando vivíamos en Parque Patricios íbamos toda la familia al club Bristol, yo hacía patín porque se suponía que tenía que hacer algo femenino, pero me escapaba y me iba adonde estaba mi papá dando clases de futbol. Después jugué al hockey, pero después con las grabaciones no pude seguir. Hace unos meses mi hermana armó un equipo con las amigas y a veces voy para divertirme, pero me tengo que cuidar porque no me puedo lastimar. Me gusta el deporte pero ahora no tengo tiempo para entrenar. Como sano, pero de todo. En casa me cocino de todo, a veces mamá me manda viandas también.
 
–¿Querés estar de novia?
 
–Estuve siempre de novia, así que es un estado que me encanta, pero ahora estoy feliz sola. El amor sirve para crecer, pero estoy en un momento de búsqueda personal, explorándome, viendo qué quiero en todo sentido.
 
–¿Te imaginás mamá?
 
–Me imagino madre pasando los 30, pero no con muchos hijos. Igual no planeo las cosas, salvo lo profesional, no organizo. Me imagino llevando mi bebé al show, sin dejar de trabajar. Tengo otros deseos antes del casamiento, nunca soñé con casarme y tener hijos, ni con depender de otra persona, soy muy independiente.
 
–Viviste a mil, ¿qué te queda por hacer?
 
–¡Toda la vida! Desde mi percepción todavía me faltan muchas cosas por hacer. Soy muy perceptiva con las personas y con los proyectos, me dejo fluir y disfruto lo que hago. Hoy estoy feliz como estoy y disfruto de eso.
 
UNA DIOSA POP
 
–¿Es muy difícil tener una vida mediática?
 
–No me considero una persona mediática, pero es verdad que más allá de mi trabajo, por primera vez mi vida privada empezó a interesar. Pero no me abrumo con lo que me pasa porque es parte de lo que me hace feliz. Siempre digo que si trabajás en televisión, ¿qué pretendés? Pasan cosas incómodas, pero en algún punto es parte del trabajo, y cuando te relajás disfrutás del cariño de la gente. Por suerte a mí siempre se me acercan con buena onda.
 
–¿De chica soñabas con ser famosa?
 
–No, pero sí con el hecho artístico de cantar y bailar arriba de un escenario. No me agrada el invento de situaciones, cuando se te pone en un lugar que no estuviste, haciendo cosas que no hiciste.
 
–En tu relación con Mariano Martínez quedaste más expuesta. ¿Preferirías que tu próxima pareja no sea de la tele?
 
–No voy a ponerme la presión de elegir de quién enamorarme, porque eso no lo elegís. Ocurre y listo. En mi última relación comprobé que cuando te pasa la única decisión es aceptarlo o no. Me muevo en este medio, es entendible que me enamore de alguien que actúe o que cante, son con los que comparto el mayor tiempo de mi vida.
 
–En 2015 tuviste tu primer protagónico en televisión, ¿cómo fue?
 
–En Esperanza mía tuve la libertad de hacer el personaje como yo quería. Con Adrián Suar podés hacer lo que te divierte, y pude armarme el personaje que tenía ganas, y encima tuvimos una excelente respuesta de parte de la gente.
 
–¿En la música ponés mucho de tu carga emocional o te sirve para desconectarte?
 
–Cantando soy Lali, actuando no. Si bien no todas las canciones son autorreferenciales, sabés que la puede estar escuchando alguien que se sienta identificado. En mi disco hay dos canciones, “Reina” y “Lejos de mí”, que tocan dos temas muy puntuales. “Lejos de mí” habla de una pareja tóxica y de una mujer encerrada en una cárcel espiritual por otra persona, y toca el tema de la violencia de género sin que me haya pasado. “Reina” es lo mismo, la escribí a partir de escuchar una semana entera en la televisión noticias de violencia que no me gustaban. Canto cosas que muchos pueden estar sintiendo.
 
Texto: Sofía Kotler
 
Fotos: Pilar Bustelo
 
Producción: Vicky Miranda.
 
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