Habló la hija de Nicolás Repetto sobre la acusación contra ella y su padre

La noticia de la denuncia contra Nicolás Repetto , su hija mayor, Valeria, y su yerno, Hernán Keen por extorsión, amenazas, calumnias y violación de domicilio por los dueños de una fábrica de aberturas de aluminio ubicada en Pilar, sorprendió a todos pocos días atrás.

Los dueños de la empresa, Cintia Cordero y Esteban Aschieri, aseguran que una vez cumplido el plazo convenido para entregar más de 20 ventanas, se habrían comunicado con ellos para consensuar un nuevo plazo, pero no sólo no llegaron a un acuerdo sino que la situación habría empeorado aún más: Valeria habría comenzado a «escracharlos» a través de las redes sociales y el mismo Repetto les envió un mensaje de texto para nada amigable.

Invitada al programa de Pamela a la Tarde, la hija del conductor dio su versión de los hechos. «En el contrato comercial que hay entre las dos partes, el plazo máximo de entrega es de 60 días. El primer pago fue en junio, a partir de septiembre tendrían que haber estado pero se pactó como fecha la primer semana de diciembre. El día acordado fuimos a la obra con mis arquitectos a esperarlas, pero nunca llegaron y no nos atendieron el teléfono, ahí empezó este tire y afloje», relató.

«Al principio todas las conversaciones fueron por teléfono, no estábamos contentos pero se daban en buenos términos y con respeto. Uno al principio trata de tener empatía, porque entiende la situación del país», continuó contando. «Después te empieza a llegar información de otras personas que están en la misma situación. Hay mucha gente con el mismo conflicto, de entregar los dos primeros pagos pero que siguen sin tener las ventanas. Pareciera una modalidad de trabajo en donde no sale favorecido el cliente».

Según Valeria, cuando dejaron de contestarle y la bloquearon en el teléfono de la empresa, decidió acudir a la Justicia. «En diciembre mandé carta documento, después hice la denuncia en defensa al consumidor. Todo esto que ellos dicen fue realmente la semana pasada, cuando llegamos a un punto que no daba más».

«En marzo nos dijeron que nos las entregaban pero otra vez no vinieron. Ahí llamé a mi papá y le dije que necesitaba ayuda, si me podía acompañar a la fábrica porque mi marido no podía. Llegamos los dos en autos separados, a ver si el lugar existía porque siempre nos manejamos por teléfono o con ellos viniendo a la obra. Frenamos en el portón, nos abrieron porque es eléctrico, entramos y nos sentamos en una oficina a pedir explicaciones», expuso sobre el momento en el que el conductor se involucró en el asunto.

Al momento de ingresar a la empresa, padre e hija recorrieron el lugar buscando con quién hablar, hasta que finalmente encontraron a la persona indicada. «Mi papá me pidió que lo deje hablar a él, que estaba tranquilo, porque yo venía desde hace diez meses con esto. Esa plata es mía y de mi marido, no somos millonarios y fue muy caro lo que pagamos».

«Están las cámaras en donde se ve cómo nos abren la puerta», aseguró. «No fuimos con patovicas, también dicen que publiqué imágenes de menores y no lo hice».

Valeria fue juntando todas las pruebas desde el momento uno, para ver como proceder. «Las veces que le pedí firmar una acuerdo con un plazo de entrega, la respuesta fue que si me contacta un abogado no veía nunca más las ventanas. Tengo prueba de todo, los chats, los audios, todo», indicó.

La hija del conductor también aseguró que nunca hubo violencia en el trato. «No somos violentos, somos personas racionales e incluso hasta más cuidadosos porque tenemos en cuenta la exposición de mi papá», explicó. «Creo que ellos se dieron cuenta de que están en una situación complicada a nivel judicial. Estaban asustadísimos porque los nombré en mi Instagram, hoy los nombro en la tele. Igual me ayudaron, porque me contactaron otras personas con el mismo problema y me ahorraron la investigación».

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