Los Super…engaños: envases más chicos, precios más grandes

En época de bolsillos flacos, los expertos aconsejan focalizar en la ecuación precio/kilo.

Por Cinthia Ruth

Las ventas en los supermercados cayeron 14,5% en mayo, en comparación al mismo mes del año. El dato del INDEC es alarmante ya que la disminución en el consumo se mantuvo por noveno mes consecutivo y a la gente cada vez le cuesta más caro llenar el changuito por más que reduzca el volumen de compra.

Frente a esta situación, las empresas se las ingenian para no subir los precios ofreciendo sus productos en envases más chicos. Pero no sucede lo mismo con los precios, que pueden trepar a más del doble en proporción al tamaño más grande de envasado.

Cada vez es más habitual ver que el sachet de yogurt ya no llega al litro, el rollo de papel higiénico trae menos metros, el paquete de jabón en polvo viene con menos gramos, el paquete de arroz es más liviano y el frasco de café se envasa con menos contenido. Sin embargo, al llegar a la caja, esa disminución en la cantidad del producto no se refleja en el valor del ticket.

Si bien se trata de una estrategia de marketing que inicialmente utilizaban las primeras marcas para no perder presencia en el mercado frente a la inflación, cada vez son más las segundas marcas que recurren a estos cambios en el packaging.

Por eso, es fundamental mirar atentamente la góndola, no marearse con los carteles de ofertas y promociones, y focalizar la atención en la ecuación precio/kilo.

«En el apuro por realizar las compras y salir rápidamente del supermercado, muchos clientes creen estar llevando el mismo producto que antes, a un precio similar, cuando en realidad están pagando más por unidad de medida», advirtió a Infobae el economista Ariel Baños, autor del libro 50 lecciones de precios de la vida real.

Para Baños, la cartelería donde se indica el precio por unidad de medida es una gran ayuda en estos casos. Sin embargo, cuando este dato no aparece, no queda otro camino que hacer la cuenta. «La calculadora que todos tenemos en nuestro celular es una gran aliada cuando salimos de compras. Siempre es conveniente comparar precio por kilo, litro, metro, o la unidad de medida que corresponda al producto que estamos llevando», aconsejó para no terminar pagando en exceso.

Pero la estrategia de las primeras marcas de diseñar distintas medidas en el packaging no solo apunta a evitar que la gente migre hacia las segundas marcas sino también a no resignar ganancias. «A las empresas les conviene promocionar las unidades de envases más pequeños a los efectos de recuperar volumen de venta vía unidades más chicas para que el consumidor tenga la posibilidad de seguir consumiendo esa misma marca pero no erogando tanto dinero», explicó a Infobae el economista Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. Es decir, las empresas venden más por vender más barato y así no pierden plata en épocas de crisis.

Un reciente estudio de Focus Market determinó que los productos de las primeras marcas que redujeron el tamaño de presentación de sus envases cayeron menos en sus ventas. Y puso como ejemplo a la lata más chica de una famosa marca (200 ml) que tuvo un incremento en los supermercados del 13,7% en el último tiempo.

En esta gaseosa en particular, el litro puede oscilar entre los $30 (botella retornable) y $118,64 (lata) de acuerdo al tipo de envase y cantidad, lo que da una diferencia del 295%.

Cafés, productos secos (como las pastas), jabones en barra y en polvo, conservas, aceites y panificados son otras de las categorías que adoptaron esa misma estrategia, por lo que registran precios muy dispares.

Infobae hizo un relevamiento por las webs de los supermercados y detectó que hay que prestarle mucha atención al café donde -al igual que en las gaseosas- el consumidor se marea ante tanta oferta.

Hoy el café se ofrece con más de una docena de medidas (1 kg, 500 gramos, 270 gramos, 250 gramos, 215 gramos, 170 gramos, 110 gramos, etc) y distintos envases (sobres individuales, paquetes, frascos, cápsulas, packs con cierre fácil, etc), que hacen que uno termine pagando un 65% por el mismo producto de la mismo marca.

Un ejemplo de ello es el kilo de café en paquete de primera marca, donde . el consumidor puede pagar entre $325 y $540 dependiendo de su envoltorio.

Con las cápsulas de café pasa algo similar. Su envase de 112 gramos se vende a $547,50 ($4.888,39 el kilo) frente a los $589,90 que cuesta la presentación de 154 gramos cotiza $589,90 (equivalente a $3.830,52 el kilo). Esto representa un incremento del 28%.

En los rollos de papel higiénico la brecha es superior al 34%. Mientras que los 6 rollos de 30 metros se consiguen por $89, los 6 rollos de 80 metros cuestan $115.

También hay que prestarle mucha atención al jabón en polvo ya que al comprar el paquete de 3 kilos ($374,40) en lugar del de 800 gramos ($112) se termina ahorrando un 12%.

Con el pan lactal sucede algo curioso. Comprar un kilo de un producto de la marca propia del súper ($221,94) cuesta un 30% más que la primera marca ($170,02). Y quien opta por envases más chicos de una primera marca pierde un 11% en el precio total.

«Mi consejo es siempre comprar en envases grandes, donde se consiguen buenas ofertas. Y esto es algo que no solo pueden hacer las familias sino también los que viven solos, siempre y cuando se fijen que la mercadería tenga fecha de vencimiento prolongado», dijo a este medio Héctor Polino, titular de Consumidores Libres. Y fundamentalmente , «no dejarse tentar por los precios baratos sin antes evaluar la cantidad que se está comprando».

Aclaró que no hay ninguna legislación que regule esta situación y que la fijación de precios corre por parte de las empresas, teniendo en cuenta los costos fijos de cada producto – ya sea de logística, envase y tapa- que se aplican por igual más allá de su dimensión. Por eso, le pidió a los consumidores que «hagan foco en las reducciones de los tamaños, especialmente cuando son sutiles y le hacen creer que está llevando el mismo producto de siempre».

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