Angulo marcó el 1 a 0; el Rojo enfrentará a Huracán, por un lugar en la final.
Se dio la lógica: ganó Independiente, el equipo que jugó al fútbol. El que comenzó el Apertura a paso firme y luego sintió el desgaste de la doble competición, pero que volvió a renacer para sacar energías de quien sabe donde y meterse entre los cuatro mejores del Apertura. Boca fue puro empuje y carácter, pero le faltó lo básico: jugar bien al fútbol. Solo Milton Delgado y Miguel Merentiel se salvan de la desaprobación general, en donde Carlos Palacios completó otra actuación para el olvido y los hinchas no se lo perdonaron. Ni siquiera los ingresos de Edinson Cavani, Ander Herrera y Exequiel Zeballos cambiaron la ecuación de un desarrollo que se rompió con un golazo de Angulo.
Boca terminó siendo una caricatura de sí mismo, con los intentos desesperados de Herrón (¿de Herrón?) tirando a la cancha a Alan Velasco, que apenas tocó el balón, y hasta autorizando a Agustin Marchesin a que los últimos tres minutos los juegue como centrodelantero. Un despropósito que expone la desesperación que reina en Boca.
Los hinchas xeneizes despidieron al equipo otra evz con los cánticos contra la Comisión Directiva (“La Comisión, la Comisión, se va a la puta, que lo parió”) y el “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. La crisis de Boca parece no tocar nunca el fondo.
