Colombia venció a Senegal y se clasificó a octavos de final

Al Cafetero no le fue nada fácil el trámite del partido. Se enfrentó ante un rival muy fuerte físicamente y bien parado en el campo de juego.

Y la historia se complicó aún más cuando, a los 30 minutos del primer tiempo, James Rodríguez debió ser reemplazado por Luis Muriel como consecuencia de una lesión. En la primera mitad, casi ni generó situaciones de gol.

Ya en el complemento salió con otra actitud. De todas formas, siguió mostrando muy pocas ideas a la hora de generar situaciones de gol. Era más garra que fútbol. Hasta que llegó el gol tan ansiado. Fue de la única forma que podía ser: Yerry Mina ganó de cabeza en el área e hizo explotar al público colombiano.

A partir de este tanto, el equipo africano debió cambiar su receta y salir a buscar desesperadamente el empate que lo mantuviera con vida en la competencia. Tuvo alguna chance para cambiar el rumbo del encuentro, pero no estuvo fino en la definición y se quedó con las manos vacías.

Fue victoria para Colombia, que se quedó con el primer puesto del Grupo G y eliminó a Senegal: los africanos terminaron con la misma cantidad de puntos y de goles que Japón -rival con el que empataron-, pero con más tarjetas amarillas. Es la primera vez que el «fair play» define qué equipo avanza y cuál se queda afuera.

En el primer tiempo, el árbitro serbio Milorad Mazic sancionó una falta de Davison Sánchez contra Sadio Mané dentro del área colombiana. Sin embargo, le soplaron el error por cucaracha, revisó la acción y decidió corregir su fallo.

Estuvo en lo cierto: no había penal.

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