Es un universo inmenso, 4 millones de personas, trabajadores del «día a día» a los que la cuarentena por el coronavirus les pega directamente en el bolsillo: un pintor, una profesora particular, un taxista, un peluquero, una comerciante, una niñera o un parquero.
Habitan una franja que no cobra un salario público ni privado pero, tampoco, recibe asistencias directa del Estado a través de la AUH, pensiones o programas de empleo. Entran en la categoría genérica de independientes.
Alberto Fernández anunciará este lunes medidas «de alivio» para ese sector. Una de ellas será, según supo Clarín, una suma fija durante dos meses con posibilidad de prórroga si se extiende la cuarentena. El monto lo analizan el presidente con los ministros de Economía Martín Guzmán y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el jefe de Gabinete Santiago Cafiero.
El presidente también confirmó, en una entrevista televisiva, que en las próximas horas firmará un DNU en el que establecerá la suspensión de los cortes de servicios esenciales, entre los que nombro, «luz y agua».
«Son trabajadores y trabajadores cuentapropistas, que viven el día a día, y se ven muy afectados por las medidas de aislamiento» explicaron a Clarín desde el Gobierno. «La decisión es acompañarlos», puntualizó a fuente oficial.
La decisión se formalizará este lunes y consistirá en un monto fijo mensual, en principio por dos meses, para los monotributistas que pagan el mínimo -que además tendrían facilidades para el pago de las próximas cuotas- y aquellos sectores de la economía informal que trabajan de manera autónoma y no reciben asistencia del Estado.
El informe oficial estima un universo de 4 millones de personas aunque el dato fino, por tratarse en muchos casos de sectores informales, se terminará de definir con los días.
Es probable, incluso, que haya una especie de «censo virtual» para incorporar trabajadores que no están registrados.
La semana pasada, el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo y el titular del ANSeS; Alejandro Vanoli, anunciaron medidas para jubilados y beneficiarios de programas sociales. Luego, Guzmán y Kulfas, detallaron un plan para sectores productivos, PyMEs, con créditos y ayudas para el pago de salarios.
Faltaba el sector que transita entre esos dos grandes grupos: los que tienen empleos estables y los que reciben asistencia del Estado a través de jubilaciones, planes o pensiones.
Hay, en gobierno, una pauta general: «El objetivo es que no se pierdan puestos de trabajo» dijo, optimista, un funcionario aunque se lo puede traducir como que se pierdan los menos posible.
El lado B de ese escenario son las pequeñas y medianas empresas comerciales que están afectadas por la cuarentena y advierten que no podrán pagar los salarios de sus empleados, según una advertencia de CAME.
La entidad hizo un detalle sobre las actividades que «no pueden resistir a la cuarentena»: peluquerías, tiendas de cotillón y regalos, indumentaria, calzado, electrodomésticos, bares, restaurantes, decoración, joyería, jugueterías, electrónica, librerías, mueblerías, los relacionados con eventos y turismo.
Pe aceleran, en paralelo, una serie de medidas globales respecto a servicios públicos. La semana pasada, Cafiero se reunió con las empresas de telefonía y acordó que retrotraigan al precio de noviembre los valores del servicio prepago -que usan 35 millones de cuentas- y de la telefonía fija.
Esta semana habrá, además, conversaciones con empresas de electricidad y gas para acordar medidas para los sectores más vulnerables. Según anunció a la noche el Presidente por televisión, se suspenderá el corte de los servicios por falta de pago.
Fernández analizó el fin de semana ese paquete de medidas mientras siguió, en persona, la marcha de los operativos cerrojos para reducir al mínimo indispensable la circulación. El sábado recorrió en helicóptero distintos puntos del Area Metropolitana para evaluar el despliegue de fuerzas de seguridad.
En Gobierno se muestran conformes con los resultados durante los primeros días de aislamiento obligatorio, «cuarentena» dispuesta mediante un DNU el jueves por la noche que comenzó a regir el viernes a las cero horas.
El domingo el presidente y su equipo más cercano consideraron, a partir de ese balance, que no es necesario dictar el «estado de sitio», un pedido realizado por varios gobernadores que reclaman tener mayor margen de acción policial para garantizar que no haya circulación ciudadana.
Este lunes, en Olivos, el presidente recibirá a los 24 intendentes del conurbano, del oficialismo y de la oposición, para pedirles que unifiquen los controles en los municipios.
En gobierno dicen que hay posturas diferentes, algunos distritos tienen controles estrictos y fuertes y otros son laxos. Fernández los a recibir junto a su jefe de Gabinete y este domingo invitó a Axel Kicillof, el gobernador bonaerense.
El encuentro será a las 11 AM en la quinta presidencial, residencia en la que se instaló definitivamente el presidente y de la que sale solo cuando es imprescindible, explican a su lado.
Las últimas dos ocasiones que dejó Olivos fue en helicóptero para fiscalizar unas obras en hospitales y para evaluar la marcha del operativo cerrojo.
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