El Gobierno apunta contra el esquema impositivo vigente en el sur del país, al que considera ineficiente, costoso y de bajo impacto productivo.
La decisión del Ejecutivo nacional de eliminar aranceles para la importación de celulares y reducir impuestos internos sobre móviles, televisores y aires acondicionados reactivó el debate sobre el régimen promocional de Tierra del Fuego, vigente desde hace más de cinco décadas. En el centro de las críticas se encuentran el alto costo fiscal, la escasa competencia, el débil aporte al empleo y el bajo nivel de valor agregado que genera la industria electrónica radicada en la isla.
A continuación, las cuatro claves que explican los cuestionamientos al modelo fueguino:
Para el economista Juan Carlos Hallak, coautor del informe e investigador del Conicet, el esquema no devuelve beneficios equivalentes. “Cada vez le cuesta más competir con la industria electrónica global. En vez de generar una actividad sustentable, se han ido incorporando nuevos productos solo para sostener el modelo, como los celulares en 2009”, advirtió.
Exención del IVA sobre la facturación total, no solo sobre el valor agregado: USD 630 millones al año.
Eliminación de aranceles de importación: USD 436 millones anuales.
Diferencial de Impuestos Internos: USD 20 millones.
Exenciones en Ganancias y el impuesto al cheque, aunque sin datos detallados sobre su impacto.
Este esquema incentiva la importación de kits de ensamblado, en detrimento del desarrollo industrial local. “Es hora de que las empresas compitan en serio. Lo que hacen es ensamblar productos importados aprovechando enormes ventajas fiscales”, criticó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El reciente anuncio sobre la quita gradual de aranceles puso en duda la rentabilidad del modelo y empujó a varias empresas a revisar su estrategia de producción.
Según sus cálculos, el mantenimiento del esquema significaba una pérdida neta de 60.000 empleos a nivel nacional, debido al bajo requerimiento de mano de obra que caracteriza a la industria local. Hallak fue más contundente: “Es un chupadero de plata terrible. Se gasta mucho para sostener apenas a 10.000 trabajadores en un sistema ineficiente”.
Actualmente, los principales productos que se fabrican en la isla son celulares, televisores, aires acondicionados y microondas. Excepto en el caso de los aires, donde hay cierta actividad metalúrgica, el proceso productivo se limita al ensamblaje de partes importadas.
Las frecuentes compras de artículos electrónicos en el exterior o en países limítrofes —como el caso de mendocinos que cruzan a Chile para hacer «tours de compras»— son una muestra clara de esa desconexión entre producción local y precios competitivos.
El Gobierno asegura que, con la apertura de importaciones y la baja de impuestos internos, se generará un entorno más competitivo que podría presionar a la baja los precios en el mercado local. Para sobrevivir, las empresas fueguinas deberán ajustar sus márgenes y replantear su modelo de negocio.
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