El murciano, tras una impresionante remontada desde un 3-0 en el primer set, ofrece otro espectáculo para asegurar su reinado en el primer Masters 1000 del año.
Carlos Alcaraz, quien regresaba este domingo a una final después de siete meses desde su derrota ante Novak Djokovic en Cincinnati, no ha dejado pasar la oportunidad de coronarse por segunda vez consecutiva en Indian Wells.
La última persona en lograr este hito fue Djokovic, en las ediciones de 2014 y 2015, enfrentándose a Roger Federer. La victoria del español sobre Daniil Medvedev, por 7-6(5) y 6-1, le permite levantar su quinto trofeo de categoría Masters 1000 a la edad de 20 años.
Alcaraz sale del desierto californiano fortalecido en su juego y en puntos. Ahora es el número dos en el ranking de la ATP, justo detrás de Djokovic, y el número tres en la Race 2024, siguiendo los pasos de Jannik Sinner y Medvedev.
Ambos finalistas llegaron a la final tras partidos de tres sets en las semifinales. Alcaraz necesitó 2 horas y 5 minutos, mientras que Medvedev estuvo en la cancha 18 minutos más, debido a que su partido cerró la jornada del sábado marcada por la lluvia matinal.
Medvedev comenzó con más fuerza, llegando a tener una ventaja de 3-0 en tan solo 17 minutos, recordando el inicio de su semifinal contra Sinner.
Sin embargo, Alcaraz recuperó terreno, rompiendo el servicio de su oponente y recibiendo indicaciones de su entrenador Juan Carlos Ferrero para mantener la calma y concentrarse. Con un «break» a su favor, Alcaraz igualó el marcador a 3-2. Este momento fue crucial, demostrando que podía resolver situaciones difíciles.
En la grada, figuras como Charlize Theron y Maria Sharapova presenciaban el encuentro. En la silla del árbitro, el experimentado Mohamed Lahyani, conocido por su interacción animada con los jugadores.
El ruso no pudo igualar el nivel de su oponente, y sufrió su cuarta derrota en seis enfrentamientos contra Alcaraz. A pesar de tener 20 títulos como profesional, Medvedev no ha ganado un torneo desde el TMS de Roma en su superficie menos preferida, la tierra batida.
Las condiciones de juego en el Valle de Coachella favorecieron el estilo de juego de Alcaraz. El alto bote de la pelota multiplicó la efectividad de sus golpes sin tener que arriesgar demasiado.
Aunque Alcaraz desperdició una oportunidad de quiebre con un revés que salió fuera, inmediatamente después ganó el punto con un espectacular «banana shot», reminiscente de Rafael Nadal en su mejor momento.
Con la central llena de banderas españolas, la «Alcarazmanía» se extendía por el mundo. Medvedev, luchando por mantenerse en el juego, no pudo igualar la firmeza de su rival.
El segundo set fue un dominio absoluto de Alcaraz, quien se adelantó rápidamente 3-0. Ante esto, Medvedev perdió la compostura y se enfrentó a algún aficionado con palabras altisonantes.
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