Un Argentino murió en Montañita y apuntan a los excesos del hostel donde trabajaba

Juan Ignacio Figueroa Stazi tenía 25 años y oriundo de Rosario. Fue hallado sin vida el 29 de abril pasado en una habitación del Hostel Kamala, en Montañita (Ecuador) donde trabajaba desde hace más de seis meses. Las causas de su muerte son aún desconocidas, mientras su familia pide esclarecer el caso por lo sucedido en el hostel, al que acusan de intentar ocultar la muerte del joven.

“Lo que sabemos es que hubo una fiesta en el hostel, hubo excesos, y el se fue”, cuenta en diálogo telefónico con Perfil Fabio Bonamico, marido de la mamá y padrastro del joven. Los familiares se basan en los testimonios que pudieron recopilar, entre los que hay trabajadores del hostel y habitantes de Montañita. Esa aldea, ubicada en la provincia de Santa Elena, es un destino predilecto para mochileros y turistas de todo el mundo, y un lugar trágico para los visitantes argentinos: allí asesinaron a Marina Menegazzo y María José Coni en febrero de 2016.

“Nos dijeron que fue muerte súbita, y en la habitación donde lo encontraron no había rastros de nada” que les permitiera dilucidar qué pasó, contó Bonamico a este medio. “Sabemos que lo sacaron de la habitación e intentaron subirlo a un taxi. Cuando el taxista se dio cuenta de que no reaccionaba pidió que lo bajen y llamen a la policía, no los quiso llevar”, agregó, en base al testimonio de otra joven que trabajaba en la hostería.

Esa mujer, que da clases de gimnasia en el lugar, fue quien lo encontró a la mañana siguiente cuando todos aún dormían y reconstruyó a la familia parte de lo que había pasado: “Si ella no lo hubiera encontrado, quizás el cuerpo nunca hubiera aparecido”, dijo Fabio a Perfil.

Misterio en Montañita. “Tenemos fotos, tenemos testimonios, sabemos cómo se manejan! Lo único que reclamo son las pertenencias de mi hijo, y que no mueran más chicos en esos lugares», escribió en Twitter la mamá de Juan Ignacio, Mercedes Stazi.

A su vez, el padrastro del joven contó a Perfil que varias personas se contactaron con ellos luego de la muerte, para comentarles sobre una supuesta “connivencia entre la policía y el narcotráfico” en Montañita. Relataron en particular lo que sucedía en el hostel, destino de muchos turistas argentinos que llegan y, en casos como el de Juan Ignacio, se quedan un tiempo a trabajar.

En un primer momento, sostuvo Bonamico, la policía les informó que el dueño del hostel Kamala “tenía retenido por una deuda” el pasaporte del joven. Los responsables del lugar negaron a la policía que él trabajara allí, diciendo que sólo “lo asistían con lugar y comida hace seis meses”, explicó el padrastro, quien detalla que Juan Ignacio prestaba servicio en el hostel desde septiembre de 2017. Después de que murió, “borraron todas las fotos en las que aparece el de Facebook e Instagram, y eliminan las publicaciones en las que denunciamos lo que pasó”, dijo Fabio.

Después de que trascendiera lo sucedido con “Nacho”, como lo nombra el marido de su mamá, otras personas que trabajan en el hostel Kamala —e incluso habitantes del pueblo— les escribieron para brindarles información y les pidieron mantener en reserva su identidad por temor a lo que les pueda suceder.

“Muchos nos piden por favor que hagamos algo con lo que pasa en ese hostel, porque hay muchos chicos en situaciones similar a él trabajando ahí, y tienen miedo de lo que les pueda pasar”, afirmó a este portal el padrastro del joven.

La familia pidió ayuda a Cancillería para repatriar las cenizas de Juan Ignacio. Allí les manifestaron que “no asumen los gastos de traslado o repatriado de los restos de fallecidos en el exterior”, por lo que decidieron crear una cuenta donde la gente podía donar y juntar así los fondos para el traslado de los restos desde la morgue de Guayaquil hasta Buenos Aires y luego hasta Rosario.

La familia anunció este lunes que ya reunieron los 2 mil dólares, y que incluso desde la gobernación de Santa Fe se contactaron y se comprometieron a asumir los gastos, por lo que lo recaudado en esa cuenta será donado a una casa de apoyo a las víctimas de violencia de género, dirigida por el papá de una víctima en Rosario.

“El apoyaba la causa Ni una menos, iba a las marchas y luchaba por eso, así que vamos a destinar el dinero con ese fin, para esa casa que ayuda a víctimas”, concluyó Bonamico.

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